Redacción Farmacosalud.com
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO) publican un artículo[1] conjunto en las revistas ‘Clinical and Translational Oncology’ y en ‘Farmacia Hospitalaria’ con 68 recomendaciones para el manejo seguro de medicamentos antineoplásicos. El nuevo documento es el primero de sus características que se publica en España.
La gestión de la seguridad de la medicación es un aspecto crucial en la asistencia de los pacientes oncológicos y una preocupación para los profesionales sanitarios, ya que la terapia antineoplásica ha sido desde hace décadas el paradigma de la medicación de alto riesgo. En los últimos años, se ha podido comprobar que la diversidad y complejidad de los tratamientos antineoplásicos es cada vez mayor. “En nuestro país no se disponía de un documento que reuniera las prácticas seguras fundamentales en la atención a los pacientes oncológicos, por lo que se planteó la elaboración de un documento de consenso entre las tres Sociedades científicas implicadas en el tratamiento de los pacientes con cáncer que, además, pusiera de manifiesto la necesidad de trabajar de forma multidisciplinar para garantizar la seguridad de los pacientes”, explica la Dra. María José Otero, coautora del consenso.
El tipo de error descrito con más frecuencia es el de dosificación
El nuevo documento pretende ser de ayuda para que los centros y los profesionales sanitarios que proporcionan tratamiento antineoplásico parenteral y oral, utilicen estas recomendaciones “como una referencia para su práctica asistencial y, de esta manera, reducir la variabilidad en la atención y mejorar la seguridad del paciente oncológico”, establece la Dra. Otero, a su vez miembro del comité editorial de la revista ‘Farmacia Hospitalaria’, colaboradora de varios grupos de trabajo de la SEFH, directora del Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP-España) y jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de Salamanca.
Según el consenso, ‘el establecimiento de medidas concretas destinadas a prevenir los errores de medicación en los centros sanitarios es esencial para garantizar la seguridad de los pacientes oncológicos tratados con medicación antineoplásica’. “El tipo de error descrito con más frecuencia es el de dosificación. El más emblemático quizás sea la administración equivocada por vía intratecal de la vincristina y otros alcaloides de la vinca, que fue calificado en su día por el National Health Service como ‘el accidente aéreo de la sanidad: un incidente raro, pero catastrófico’”, señala la experta.
“No obstante -prosigue Otero-, lo que hay que destacar es que en terapia oncológica los errores nunca deben suceder, dado que estos errores tienen un riesgo elevado de causar efectos adversos graves en los pacientes o bien comprometer el beneficio clínico del tratamiento. Por ello, es necesario implementar prácticas seguras en todas las etapas del proceso del tratamiento con fármacos antineoplásicos, desde la prescripción hasta el seguimiento del paciente, con el fin de evitar daños innecesarios a estas personas”.
España, el segundo país con más farmacéuticos certificados en Farmacia Oncológica
El nuevo texto incluye 68 recomendaciones sobre formación de profesionales; recursos técnicos necesarios; planificación del tratamiento; información al paciente y sus familiares; el proceso de prescripción, preparación y administración de terapias contra el cáncer, e indicaciones para la adherencia y sobre toxicidad del tratamiento.
En cuanto a la formación de profesionales, Otero indica que, en España, la formación inicial específica de los facultativos en este campo está cubierta a través de los programas MIR y FIR, “pero no se dispone de un sistema que acredite la formación del personal técnico y de enfermería encargado de la preparación y administración”. Por ello, en el documento se insiste en la necesidad de que los centros sanitarios establezcan procedimientos internos para asegurar que los profesionales de las diferentes categorías implicados en el tratamiento del paciente oncológico tengan los conocimientos y habilidades necesarias para llevar a cabo su actividad.
“También me gustaría señalar que la SEFH, consciente de la formación específica que necesitan los farmacéuticos que atienden a pacientes oncohematológicos, ha promovido desde hace años la obtención de la acreditación en Farmacia Oncológica (BCOP, Board Certified Oncology Pharmacist) otorgada por el Board of Pharmaceutical Specialties americano (BPS) y, de hecho, España es el segundo país con más farmacéuticos certificados en Farmacia Oncológica después de Estados Unidos”, apunta la directora de ISMP-España.
Diferencias importantes en la implantación de recursos tecnológicos
Otras recomendaciones aluden a los recursos técnicos necesarios, uno de los aspectos críticos en los que, a juicio de la Dra. Otero, “existen diferencias importantes en la implantación de los recursos tecnológicos que han mostrado mejorar la seguridad, y donde hay un amplio margen de mejora, según se ha constatado en varios estudios. La prescripción electrónica asistida está bastante implementada en los hospitales, aunque no lo está en todos, mientras que el grado de implantación de prácticas seguras en la preparación y administración, como el control gravimétrico y el código de barras, es muy bajo”.
El nuevo consenso también pone el foco en la planificación del tratamiento. Estas prácticas están centradas fundamentalmente en la provisión de información al paciente y/o a los familiares o cuidadores sobre los diferentes aspectos de la terapia que van a iniciar (objetivo, duración, medicación de soporte, posibles efectos adversos, seguimiento, etc.), información que debe proporcionarse de una forma adaptada a su comprensión para que sigan adecuadamente las indicaciones y participen en su tratamiento.
El apartado sobre información al paciente y familiares “no cubre ningún vacío”
Con respecto a la información al paciente y sus familiares, la coautora del consenso aclara que el documento en sí “no cubre ningún vacío en este aspecto, ya que no cabe duda de que desde la SEFH y otras Sociedades se ha trabajado mucho en la provisión de información al paciente oncológico; un claro ejemplo son los numerosos dípticos y hojas de información al paciente que ha elaborado el grupo GEDEFO (Grupo de Farmacia Oncológica de la SEFH)”. Lo que sí que hace el documento es reunir todas las prácticas seguras que van a determinar un manejo seguro de la medicación antineoplásica, incluyendo las referidas a la utilización por parte de los propios enfermos y familiares, y recalcar el interés de que todos ellos estén perfectamente informados de cómo tienen que tomar el tratamiento los pacientes y “cómo pueden minimizar la toxicidad”, por lo que el manual “dedica una sección completa de las recomendaciones a estos aspectos”, precisa.
En lo relativo al apartado del proceso de prescripción, preparación y administración de terapias contra el cáncer, cabe resaltar que este parte del texto reúne 33 prácticas referentes a las diversas etapas de los procesos de prescripción, validación, preparación y administración de la terapia antineoplásica que afectan a los diversos profesionales involucrados. Según Otero, todas esas prácticas “son importantes para garantizar la seguridad de los pacientes”.
Los farmacéuticos de la terapia oncológica, muy bien valorados por los pacientes
En lo concerniente a las indicaciones para la adherencia y sobre toxicidad del tratamiento, la colaboradora de la SEFH hace hincapié en el hecho de que, como en el apartado dedicado a la información al paciente y sus familiares, “el documento no trata de solucionar ninguna carencia como tal. Simplemente pone de relieve la necesidad de evaluar la adherencia al tratamiento y la toxicidad, y dedica otro apartado específico a estos aspectos”.
Desde la SEFH se sostiene que el nuevo consenso pone en valor la figura del farmacéutico especialista dedicado específicamente a la terapia del cáncer para la validación, preparación y la dispensación de medicamentos oncológicos. En opinión de Otero, los enfermos “valoran muy positivamente a los farmacéuticos encargados de la terapia oncológica, en los que depositan su confianza debido al conocimiento que tienen de los medicamentos y a su cercanía con el paciente”.
Referencias
1. Otero M.J., Vera R., González-Pérez C., Ayala de la Peña F., Peñuelas Á., Quer N. ‘Recommendations by the Spanish Society of Hospital Pharmacy, the Spanish Society of Oncology Nursing and the Spanish Society of Medical Oncology for the safe management of antineoplastic medication in cancer patients’. Farmacia Hospitalaria 2018. Vol. 42. Nº 6. 261-268. DOI:10.7399/fh.11132 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30381047 https://www.sefh.es/fh/177_v42n06.pdf