Redacción Farmacosalud.com
La radioterapia es uno de los tratamientos oncológicos más importantes en la erradicación del cáncer o el control del crecimiento tumoral, minimizando, al mismo tiempo, los efectos adversos que pueden derivarse del tratamiento. Aunque en los últimos años se han producido mejoras tecnológicas sustanciales que han permitido la irradiación del tumor de modo más preciso, la exposición a la radiación del tejido sano a menudo provoca toxicidades que comprometen la función de los órganos y afectan a la calidad de vida de los supervivientes al cáncer. Desde hace muchos años se sabe que existen factores genéticos que condicionan la respuesta de los pacientes sometidos a dosis similares de radiación. Esto ha llevado al desarrollo de una nueva línea de investigación, la radiogenómica, cuyo fin es la identificación de los genes y las rutas implicados en la toxicidad producida por la radioterapia, así como marcadores genéticos que puedan utilizarse clínicamente en modelos de predicción de riesgo.
El fin último de este tipo de estudios es poder ofrecer, en un futuro cercano, una radioterapia personalizada en la que se optimice el tratamiento para cada paciente basándose en la predisposición genética a los efectos secundarios, ha informado la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR).
La Radioterapia Conformada 3D, mínimo estándar en tumor cerebral
Esta entidad médica ha incidido en los tumores cerebrales para ejemplificar el uso de la radioterapia. El desarrollo de la radioterapia (RT) está muy ligado a los avances tecnológicos gracias a los cuales es posible administrar la dosis de forma más precisa y exacta. “Desde hace décadas la RT está definida y consigue aumentar, en muchos casos, la supervivencia de los pacientes”, expone el doctor José Begara, coordinador del grupo de Tumores Cerebrales de SEOR. En este sentido, la doctora Palmira Foro, coordinadora del Grupo de Tumores Cerebrales de la SEOR, considera que “la Radioterapia Conformada 3D debe ser hoy el mínimo estándar para tratar a un paciente con tumor cerebral”.
Por otro lado, la RT de Intensidad Modulada (IMRT) es especialmente precisa en los tumores cercanos a órganos de riesgo y tumores irregulares, ya que mejora la distribución de la dosis. Además -añade la profesional-, “la radioterapia guiada por imagen (IGRT) es otra de las herramientas más útiles para tratar esta patología, ya que permite obtener imágenes antes o durante la sesión de radioterapia con la posibilidad de comprobar y corregir si es necesario el posicionamiento del paciente”. Los coordinadores de la SEOR resaltan que para el tratamiento de este tipo de cáncer, teniendo en cuenta el número de metástasis y su localización, se puede realizar también cirugía local o bien un tratamiento con radioterapia local como la radiocirugía, “que combinada o no con la radioterapia externa consigue hoy que un 25% de los pacientes puedan sobrevivir más de 12 meses”, apuntan los doctores.