Redacción Farmacosalud.com
‘Yo es que de buena mañana no me entra nada’. ‘Yo nunca desayuno’. ‘Me salto el desayuno, y así adelgazo’. ¿Cuántas veces no habremos escuchado estas frases? Pues bien, atención porque una investigación demuestra que desayunar poco o nada duplica el riesgo de padecer lesiones ateroscleróticas independientemente de la presencia de los factores de riesgo tradicionales para la enfermedad cardiovascular. Por cierto, con respecto al tema de adelgazar: algunos estudios poblacionales han demostrado que el hábito de realizar adecuadamente esta comida del día está relacionado con el hecho de presentar menor peso…
Desayunar poco o nada, menos del 5% de las calorías diarias recomendadas, es decir, el equivalente a menos de 100 calorías/desayuno para una dieta de 2.000 calorías por día, duplica el riesgo de padecer lesiones ateroscleróticas independientemente de la presencia de los factores de riesgo tradicionales para la enfermedad cardiovascular, como el tabaco, el colesterol elevado, sedentarismo, etc. Estos resultados del estudio ‘Progression and Early Detection of Atherosclerosis’ (PESA), una investigación que lleva a cabo el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) en colaboración con el Banco Santander, se han publicado en ‘The Journal of American College of Cardiology (JACC)’, y no sólo confirman el importante papel del desayuno sobre la salud cardiovascular, sino que sugieren que saltarse esta comida matinal podría servir como marcador de hábitos alimenticios y de un estilo de vida poco saludables.
La ingesta energética de la mañana afecta a nuestro reloj biológico
A pesar del enorme avance que ha supuesto la investigación PESA para la mejora de la calidad de vida de las personas, por ahora no se sabe con certeza el mecanismo biologico-metabólico que explicaría la aparición de las lesiones ateroescleróticas en los sujetos que no desayunan, tal y como admite la doctora Beatriz López Melgar, cardióloga e investigadora post-doctoral del CNIC y miembro de la Unidad de Imagen Cardiaca y Programa Personal de Salud Cardiovascular CIEC-HM Hospitales: “La razón, como ya ha apuntado en otras ocasiones el Dr. Valentín Fuster, investigador principal del estudio PESA-CNIC-Santander (“Progression of Early Subclinical Atherosclerosis Study”), parece estar en que la ingesta energética de la mañana afecta a nuestro reloj biológico, localizado en nuestro sistema del hipotálamo. Hemos podido comprobar en este estudio con más de 4.000 empleados del Banco Santander que aquellos individuos que no desayunaban acababan comiendo más y peor el resto del día. Además, tenían un mayor índice de tabaquismo, consumo de alcohol y vida sedentaria, lo que inicialmente puede llevar a pensar que la falta de desayuno es un simple marcador de hábitos de vida poco saludables”.
“Sin embargo -señala López Melgar en declaraciones a www.farmacosalud.com-, el valor de nuestro estudio es que, al ajustar nuestros análisis a los demás factores de riesgo, incluidos los hábitos de vida, la actividad física o las características sociodemográficas, vimos que un desayuno hipocalórico se relacionaba de manera independiente con un riesgo incrementado de tener aterosclerosis. De manera que ‘saltarse’ el desayuno parece ser un verdadero factor de riesgo por sí mismo, en cuyo caso, el verdadero mecanismo de acción estaría por definir”.
El PESA-CNIC-Santander es un estudio prospectivo de cohortes en el que más de 4.000 individuos de edad intermedia son controlados a largo plazo gracias al empleo de las técnicas de imagen más innovadoras y cuya finalidad principal es caracterizar la prevalencia y la tasa de progresión de las lesiones ateroscleróticas latentes (llamadas ‘subclínicas’ porque no han dado ningún síntoma) y estudiar su asociación con factores moleculares y ambientales, incluyendo los hábitos alimentarios, la actividad física, los biorritmos, las características psicosociales y la exposición a contaminantes ambientales. A edades tempranas, las placas ateroscleróticas (acumulación de grasas en las paredes de las arterias dentro del proceso llamado aterosclerosis) ya empiezan a desarrollarse, aunque no haya síntomas (aterosclerosis subclínica).
Se sabe que el desayuno tiene un impacto significativo en la salud cardiovascular. Ahora, los datos obtenidos del PESA, proyecto liderado por el Dr. Valentín Fuster, director general del CNIC, y que ha evaluado tres patrones de desayuno en relación con la presencia de placas ateroscleróticas en individuos asintomáticos, sugieren que saltarse esta comida del día es un marcador de un comportamiento alimenticio global poco saludable que está asociado con una mayor prevalencia de aterosclerosis generalizada.
Un 3% de los sujetos estudiados desayunaban muy poco o nada
El objetivo de PESA ha sido caracterizar la asociación entre diferentes patrones de desayuno y los factores de riesgo cardiovasculares, y, en particular, averiguar si saltarse el desayuno normal se asocia con aterosclerosis subclínica. Para ello se analizó la presencia de placas ateroscleróticas en diferentes regiones: arterias carótidas y femorales, aorta y coronarias, en una población sin antecedentes de enfermedad cardiovascular. En este trabajo, el 20% de los participantes tomaba un desayuno con alto valor energético (>20% de las calorías diarias), el 70% un desayuno de bajo valor energético (entre 5 y 20% de las calorías diarias), y un 3% desayunaba muy poco o nada (<5% de las calorías diarias) y apenas invertía 5 minutos en su desayuno, bebiendo sólo café o zumo de naranja o incluso omitía el desayuno. Además, apuntan los investigadores del CNIC, este último grupo se caracterizada por seguir una dieta menos saludable y por presentar una mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular.
Gracias a los estudios con tecnología de ultrasonido (ecografía) vascular, los investigadores han observado una presencia más elevada, de hasta 1,5 veces, en el número de placas ateroscleróticas y una afectación en varias regiones de hasta 2,5 veces mayor en el grupo que se ‘saltaba’ el desayuno comparado con el que tomaba un desayuno más energético, independientemente de la presencia de factores de riesgo cardiovascular y hábitos de vida poco saludables, explica la Dra. Irina Uzhova, investigadora del CNIC y primera autora del trabajo.
Hasta la fecha algunos estudios poblacionales han demostrado que desayunar bien está relacionado con menor peso, una dieta más saludable y un menor riesgo de desarrollar factores de riesgo cardiovascular como colesterol elevado, hipertensión o diabetes. Asimismo, se sabe que ciertos factores asociados con el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares como diabetes, obesidad, hipertensión y dislipidemia son modificables mediante cambios en el estilo de vida. Por ello, la dieta, incluyendo tanto la calidad nutricional como los patrones de alimentación adquiridos, constituye un objetivo principal de las estrategias de prevención de enfermedades cardiovasculares.
El Dr. José Luis Peñalvo, coautor del trabajo PESA, explica que este es el primer estudio que evidencia de forma directa la vinculación entre diferentes patrones de desayuno con la presencia de lesiones ateroscleróticas visualizadas por métodos no invasivos como la tecnología de ultrasonido vascular. Según el también autor de la investigación y experto en nutrigenómica del CNIC, el Dr. José María Ordovás, los análisis sugieren que ‘saltarse’ el desayuno podría ser un verdadero marcador o incluso un factor de riesgo para estas fases iniciales de la enfermedad aterosclerótica, cuyo mecanismo de acción habrá que investigar. “Necesitamos marcadores de riesgo más precoces y precisos en las fases iniciales de la enfermedad aterosclerótica que nos permitan mejorar la prevención en el riesgo de sufrir un infarto, un ictus o muerte súbita. Y los resultados de este trabajo contribuyen definitivamente a ello”, aduce el Dr. Antonio Fernández-Ortiz, investigador del CNIC y coordinador científico del estudio PESA.
Intervenir de manera precoz puede frenar el avance de las lesiones
Una vez llegados hasta este punto, no resultaría extraño que a los que decían ‘yo es que de buena mañana no me entra nada’ se les haya abierto de golpe el apetito al empezar cada jornada. ¿Así pues, si alguien se ha saltado el desayuno durante años y ahora empieza a desayunar correctamente, podría remediar de alguna manera las placas ateroescleróticas que podrían habérsele formado? “Esta es la preocupación más frecuente de nuestros voluntarios cuando les descubrimos, con el estudio de ecografía 3D vascular que les realizamos, que presentaban depósitos de colesterol en sus arterias, esto es, placas de aterosclerosis. Lo que hasta ahora conocemos es que intervenir de manera precoz sobre los factores de riesgo puede frenar el avance de las lesiones que ya han aparecido, y como no, estas medidas incluyen mejorar nuestros hábitos de vida empezando por mejorar nuestros hábitos de desayuno. Pero conocer cuáles son todos los determinantes de la progresión de la aterosclerosis es algo complejo y esperamos poder ayudar en su conocimiento con el seguimiento de nuestros voluntarios a más largo plazo”, explica la doctora López Melgar.
Se sabe que la edad es el factor más importante en la aparición de la aterosclerosis; en parte también es una de las consecuencias del envejecimiento de nuestras arterias. Asimismo, las mujeres tienen una cierta protección frente al peligro de aterosclerosis hasta la edad de la menopausia, en la que este riesgo se iguala al de los hombres. La edad y el sexo, aun siendo los factores más influyentes en el proceso de la enfermedad cardiovascular, “son factores de riesgo no modificables y, por tanto, es necesario tenerlos en cuenta para los estudios de investigación, pero su influencia no puede servir para descuidar nuestros hábitos de vida, asumiendo que podemos permitirnos algunos excesos porque por nuestras condiciones naturales ‘estamos protegidos’. El efecto de los factores de riesgo es acumulativo y descuidarnos desde jóvenes nos hipoteca para el futuro”, advierte López Melgar.
La tentación de recurrir a diario a la bollería industrial
Por cierto, la experta lanza otra advertencia, en este caso dirigida a aquellas personas que decidan abandonar el hábito de saltarse el desayuno pero que, por comodidad, opten por la comida industrial o rápida para alimentarse durante esta fase del día: “Tomar un desayuno adecuado -el compuesto por lácteos, fruta, cereales y una parte de proteínas- es verdad que puede llevarnos tiempo y podemos fácilmente caer en la tentación de la bollería industrial. Pero, a la vista de nuestros resultados, merece la pena comenzar a cuidar estos pequeños detalles. Además, ¿a quién no le apetece un buen desayuno? Nuestro organismo agradecerá algo fácil y apetecible como es desayunar adecuadamente, lo que podrá ser también el principio de una vida mucho más saludable”.
Por su parte, el Dr. Fuster considera que la apuesta del grupo Santander y del CNIC por un proyecto científico como el PESA constituye un modelo a seguir en el mundo científico y empresarial. “La contribución al conocimiento científico y a la salud de la población en general de este estudio es de un valor incalculable”, subraya. En este sentido, el Dr. José María Mendiguren, director de Servicios Médicos de Banco Santander y también autor de la investigación, señala que proyectos como el PESA colocan definitivamente al Grupo Santander en una posición de liderazgo en Responsabilidad Social Corporativa por su contribución a la generación de conocimiento en un ámbito tan importante como es la salud cardiovascular.
El estudio PESA CNIC-Santander, que comenzó en 2010, pretende avanzar en el conocimiento de la progresión de la enfermedad cardiovascular subclínica, para mejorar la prevención de la que continúa siendo la primera causa de mortalidad en España y en el mundo, un problema que lleva asociado un enorme coste personal y económico. La investigación, cofinanciada por el Banco de Santander y CNIC, se inscribe dentro de una serie de grandes estudios internacionales, como el High Risk Plaque (HRP) o el estudio Multi-ethnic Study of Atherosclerosis (MESA), ambos en EE.UU., que tratan de mejorar la capacidad de diagnosticar y prevenir la enfermedad cardiovascular.