Redacción Farmacosalud.com
Todos nos hemos hecho cortes y rozaduras sin importancia, que podemos cuidar en nuestro propio hogar. Pero, ¿y qué pasa con las heridas de mayor gravedad, que requieren puntos o ingreso en un hospital?
Hay que tener en cuente que, una herida es una falta de la continuidad de la piel que puede estar originada por diferentes causas, como un golpe, un corte con un objeto afilado o una mordedura. Es importante conocer su origen, ya que el tratamiento va a estar condicionado en gran medida al agente que la provoca, si por ejemplo la herida ha sido provocada por una mordedura de animal habrá que vacunar a la persona, o para un corte puede que sea necesario suturar.
La mayoría de las veces las heridas no suponen un riesgo inmediato, pero pueden llegar a serlo si no se actúa correctamente desde el primer momento. Para no encontrarnos con alguna complicación hay una serie de signos que debemos conocer y unas conductas que debemos adoptar que nos proporcionarán tranquilidad y ayudarán a la recuperación de la herida.
Pasos a seguir para la curación de una herida
Ahora sí, si nos disponemos a curar una herida, ya sea propia, de un familiar o una persona de la calle, conviene conocer los pasos a seguir para actuar correctamente y evitar infecciones u otras complicaciones:
-Antes de actuar, es importante lavarse las manos con agua y jabón.
-Hay que observar si hay dolor, hemorragia, el tipo de herida que es y su extensión.
-Conviene conocer la causa para saber qué hacer.
-Observa la hemorragia: si la sangre es más oscura y sale a impulsos es sangre arterial, más grave. En ese caso acude rápidamente a un centro de salud para ser atendido.
-Si existe hemorragia se debe presionar con una gasa estéril. En caso de no tener una a mano, presiona con un paño.
-Comprueba si hay objetos extraños en la herida (arena, cristal…), pero no los extraigas.
-Una vez que la hemorragia ha parado, cubre la herida prestando atención a que no se adhiera, y vigilando que no vuelva a sangrar. Si dispones de algún gel bacteriano a mano aplícalo.
Que no hacer ante una herida
En canvio, por error, muchos de nosostros no actuamos como deberíamos ante la cura de una herida; debemos tener en cuenta qué NO hacer a la hora de curar una herida:
-Nunca hay que hacer torniquetes, puede provocar necrosis del miembro.
-Dejar la herida totalmente al descubierto.
-Sacar los objetos extraños de la herida. Puede que el cuerpo extraño esté taponando una hemorragia y es peor sacarlo que dejarlo.
-Si se está aplicando presión a una hemorragia, nunca quitar la gasa/paño que esté en contacto con la herida, ya que podemos romper la capa que se está creando para detener la hemorragia.
Distintos tipos de heridas
La mayoría de nosotros pensamos en las heridas que ocurren a consecuencia de accidentes. Pero las incisiones quirúrgicas limpias (los cortes que nos hacen los médicos cuando nos sometemos a una operación) también son heridas. Y también se consideran heridas los lugares del cuerpo por donde nos introducen tubos o catéteres. Cualquier cosa que rompa o perfore la piel es una herida, ya que cuando ocurre esto, existe el riesgo de que los gérmenes se introduzcan en el organismo y provoquen infecciones.
Cuanto más profunda y más grande sea una herida y cuánto más sucia esté, más cuidados necesitará. Por ello, un equipo de médicos y de enfermeros especialmente entrenados en el cuidado de heridas colaboran para supervisar y tratar las heridas importantes.
El personal médico y de enfermería empieza por evaluar una herida basándose en su riesgo de infección. La heridas "limpias", aquellas que no están contaminadas por bacterias, son las asociadas a menor riesgo de infección y son de más fácil tratamiento. Lo más probable es que la incisión que haga un cirujano en la rodilla de un paciente durante una intervención del ligamento cruzado anterior sea una herida limpia, ya que se trata de un corte estéril realizado en un lugar donde el riesgo de infección es muy bajo.
Las heridas sucias, como un absceso o una herida por arma de fuego son otra historia. Suelen requerir un tratamiento especial y mayor supervisión para prevenir posibles infecciones.
-Abiertas: con separación de la piel. Debemos comprobar la distancia que hay de un borde a otro de la herida, y la profundidad. Si no es muy abierta, no será necesaria una sutura.
-Cerradas: no se observa separación de la piel, pero generalmente hay hematoma. Suelen estar producidas por golpes, y requieren una atención rápida para descartar el compromiso de algún órgano o de la circulación.
-Simples: alcanzan solamente a la piel sin afectar ninguna función del organismo. La persona solo manifiesta dolor local, no se queja de dolor en órganos internos.
-Complicadas: son extensas y profundas, con hemorragia abundante, y generalmente conllevan lesiones de músculos, nervios, vasos u órganos internos. Son muy llamativas y se reconocen fácilmente.
A veces, aunque se trate de una herida limpia, existe un riesgo de infección debido a la parte del cuerpo donde se encuentra. Si la herida se encuentra en un área donde abundan las bacterias (como el aparato urinario o los sistemas digestivo o respiratorio), los fluidos u otras sustancias contaminantes podrían entrar por la herida y provocar infecciones.
Signos de alarma ante una herida
Habrá situaciones en las que será necesaria la atención sanitaria inmediata del herido, bajo riesgo de compromiso del miembro. Algunos de los signos que nos harán ver la gravedad de la herida son:
-La hemorragia persiste durante un tiempo razonable, a pesar de la compresión de la herida.
-Herida de gran tamaño o con pérdida de músculo, hueso…
-Presencia de hemorragia intensa; más probable en los casos de afectación vascular directa.
-Herida localizada en cuello, cerca de un orificio natural, ojo o párpados y tórax, abdomen o espalda.
-Herida con cuerpos extraños: vidrio, cuchillo, tierra…
-Heridas en personas con circunstancias especiales: niños pequeños, ancianos, inmunodeprimidos, diabéticos, alcohólicos, etcétera.
-El herido comienza a perder la conciencia. Está frío y pálido.
-La herida está enrojecida, supura pus o líquidos y existe dolor local.
-La herida empieza a desprender un olor desagradable.
-Dolor muy persistente en el tiempo y a pesar de los analgésicos.
Antisépticos
Los antisépticos son compuestos químicos con efecto antimicrobianos que se pueden aplicar en tejido vivo, localmente, de forma tópica en piel sana. Al ser sustancias que se utilizan en tejidos vivos requieren de propiedades especiales.
En general el uso de antiséptico está recomendado para:
-Disminuir la colonización de la piel con gérmenes.
-Lavado de manos habitual en unidades de alto riesgo.
-Preparación de la piel para procedimientos invasivos.
-Para la atención de pacientes inmunocomprometidos o con muchos factores de riesgo de IIH.
-Posterior a la manipulación de material contaminado.
-Lavado quirúrgico de manos.
-Preparación pre-operatoria de la piel.
Tipos de Antisépticos
-El alcohol (70 u 90º): de los antisépticos más conocidos del mercado, el alcohol es el más común a la hora de desinfectar una herida. Sin embargo, hay que tener presente que NO se debe aplicar en heridas abiertas (cortes o raspaduras). El alcohol se usa mayoritariamente para la desinfección previa de la piel sana, para desinfectar la zona o área a tratar.
-El agua oxigenada: se puede usar sobre piel sana, para lavar heridas o taponar una hemorragia nasal; no se debe aplicar como antiséptico sobre la piel, ya que puede dificultar la curación de la herida.
-La Povidona yodada: es eficaz como antiséptico y también como desinfectante (desinfección de material quirúrgico). Actúa frente microorganismos como bacterias, hongos, virus, esporas, etcétera. Es decir este antiséptico es el más versátil para desinfectar heridas abiertas. Las marcas más conocidas son Betadine y Isodone.
-Clorhexidina: antiséptico bactericida que se puede usar sobre heridas abiertas. Tiene baja toxicidad para la piel pero no se debe usar cerca de ojos, boca u oídos. Útil para raspaduras y pequeños cortes pero poco efectiva en hongos y virus. No usarlo conjuntamente con jabón o yodo.