Redacción Farmacosalud.com
En el escenario actual de pandemia mundial, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, semFYC, publica un documento elaborado por los Grupos de Trabajo de la sociedad, en los que se resumen una serie de pautas destinadas al abordaje del paciente con COVID-19 en Atención Primaria, conforme la evidencia actualizada de que se dispone a día de hoy. Se trata de indicaciones para emprender el diagnóstico del paciente con sospecha de COVID-19, del seguimiento de la continuidad asistencial al alta hospitalaria, y la conciliación de la medicación.
En el documento, además, se detallan actualizadas cuáles son las principales manifestaciones clínicas del COVID-19 en los pacientes que consultan en Atención Primaria. El documento incorpora los principales algoritmos de diagnóstico renovados y desarrollados durante los últimos 10 meses de pandemia.
En Atención Primaria se debe determinar si el paciente es un caso sospechoso
En la nueva guía se definen y clasifican los casos y el procedimiento de identificación del coronavirus SARS-CoV-2. Este debe comenzar con el primer contacto de los pacientes con el centro de Atención Primaria (AP), donde se debe determinar si el paciente cumple la definición de caso sospechoso. La presentación clínica más habitual es la de una infección respiratoria, mientras que los síntomas más frecuentes son fiebre, tos y disnea; sin embargo, algunos pacientes pueden ser asintomáticos. “Este documento es la guía de abordaje de la COVID-19 en AP más completa que a día de hoy se ha elaborado orientada a las consultas de Medicina Familiar y Comunitaria”, señala la secretaria de la semFYC, Remedios Martín, quien añade que el nuevo texto “es fruto de un gran esfuerzo por agrupar, sintetizar y actualizar el conocimiento de la decena de guías y protocolos publicados durante 2020”.
Síntomas de la infección 4 semanas después del diagnóstico
El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, comparecía en rueda de prensa avisando de la importancia de las secuelas a largo plazo causadas por la COVID-19. Desde entonces hasta ahora, se ha constatado la realidad de las manifestaciones persistentes de la enfermedad, es decir, aquellas cuya duración es muy superior a la descrita en la mayoría de personas infectadas por el virus y para las que no se encuentra aparentemente una causa que las justifique. A pesar de contar con pocos estudios publicados sobre este tema, se sabe que afectan a varios órganos y sistemas y que dependen tanto de los mecanismos fisiopatológicos del virus, como de la respuesta inmunitaria del paciente, además del desarrollo de la patología en el proceso agudo y de los fármacos y técnicas utilizados durante el mismo.
También se sabe que hasta el 20% de los pacientes que han sido diagnosticados de COVID-19 presentan síntomas de la infección 4 semanas después del diagnóstico. De hecho, un estudio reciente realizado en Estados Unidos refiere que solo el 65% de quienes han padecido infección por SARS-COV2 habían vuelto a su nivel de salud anterior a la enfermedad, entre 14 y 21 días después de dar positivo. Por lo tanto, la mayoría de datos disponibles hasta ahora sugieren que un 10-20% de pacientes con COVID-19 podrían presentar todavía síntomas de la infección hasta un mes después de la identificación de la afección, siendo la fatiga el más habitual: entre el 16 y el 55% de los pacientes diagnosticados de COVID-19 siguen sufriéndola hasta 12 semanas después del primer síntoma.
Avance en reconocimiento del COVID Persistente
Por su parte, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) y el colectivo LONG COVID ACTS continúan trabajando de forma conjunta para que se reconozca y se dé la relevancia que se merece a la COVID Persistente y, de este modo, se proporcione la atención que necesitan los afectados en España, un grupo poblacional en constante crecimiento de forma paralela al aumento de los contagiados por el SARS-CoV-2. Tras el análisis de los resultados obtenidos en el primer Estudio sobre COVID de larga duración, que fue presentado el pasado mes de noviembre, los representantes de la SEMG y los colectivos autonómicos de afectados, a través de sus diferentes grupos de trabajo, continúan avanzando en las diferentes áreas, con especial hincapié en la investigación y en la elaboración de una Guía clínica de atención y seguimiento a este tipo de pacientes, cuyo germen fue el Kit de Atención básica al paciente con enfermedad COVID-19 Persistente.
Para que estos materiales sean incorporados como protocolos de atención dentro de nuestro sistema sanitario, la SEMG ha iniciado los contactos con la Administración Sanitaria, con cuyos representantes han mantenido ya varios encuentros en los que han tenido la oportunidad de examinar toda la documentación y los materiales elaborados conjuntamente por la sociedad médica y LONG COVID ACTS. Con la incorporación de estas aportaciones a los protocolos oficiales, se conseguiría que los numerosos casos de COVID Persistente que llegan a las consultas reciban una atención adecuada, evitando que los afectados se sientan huérfanos de atención, como ha ocurrido desde que comenzó la pandemia.
Un primer paso en el camino del reconocimiento de esta afectación, resultado de estas reuniones de trabajo, lo constituye el documento de Información científica-técnica de la enfermedad de coronavirus del Ministerio de Sanidad que, en su actualización del pasado día 15 de enero, por primera vez incluye un apartado dedicado a la COVID Persistente o ‘Long COVID’, diferenciado de las secuelas de la COVID-19. En su contenido, uno de los argumentos utilizados para describir la problemática es la Encuesta de síntomas y discapacidad producida por los mismos en los afectados con persistencia de síntomas, desarrollada por la SEMG y el colectivo de pacientes.