Redacción Farmacosalud.com
Una de cada cinco personas con enfermedad renal crónica (ERC) presenta anemia, complicación que empeora a medida que aumenta el deterioro de la función renal1. Si la anemia no se trata adecuadamente conlleva un empeoramiento, provocando mayores costes y un mayor uso de recursos hospitalarios2. En el estadio 3 de la ERC, aquella alteración sanguínea afecta hasta el 40% de los afectados3-5, y en el 5 hasta en el 90%3,4. Sin embargo, este factor determinante en la evolución de la enfermedad y en la vida del paciente está actualmente infradiagnosticado por la falta de visibilidad y concienciación a nivel sanitario y social, infratratado al existir retrasos en su manejo inicial, y con un insuficiente seguimiento por la falta de coordinación y continuidad asistencial.
Una situación que, agravada por la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias de saturación en el ámbito sanitario, ha motivado el desarrollo del ‘Proyecto TEIDE: Diseño y mejora del proceso asistencial del paciente con anemia asociada a la ERC tras la situación de pandemia’, impulsado por Astellas Pharma, y con el aval de 7 Sociedades Científicas (SECA, SEDYSA, SEMERGEN, SEMFyC, SEFH, SEDEN, S.E.N.) y la Federación Nacional de Asociaciones de Pacientes, ALCER.
Incorporación de aspectos clínicos, de gestión, económicos y humanísticos
La finalidad del Proyecto TEIDE ha sido definir y optimizar el recorrido asistencial de los pacientes con anemia asociada a ERC en España desde una visión integral, incorporando aspectos clínicos, de gestión, económicos y humanísticos para lograr una mayor calidad de vida y mejores resultados en salud. Para ello, se ha contado con la participación de un Comité Asesor y un Panel de expertos con experiencia en el marco de la ERC, la anemia renal, y en calidad y gestión sanitaria, quienes conjuntamente y de manera multidisciplinar han diseñado el proceso asistencial óptimo que debería seguir este tipo de enfermo en España, y 10 líneas de actuación con 37 acciones específicas para poder implementarse. Además, se ha realizado una propuesta de 18 indicadores que permitirán valorar en un futuro la correcta implantación de este recorrido asistencial. Todo este conjunto de medidas ha sido propuesto por los expertos en el Proyecto con la finalidad de que puedan ser llevadas a cabo y tener una aplicación práctica y real en España.
La anemia asociada a la ERC está relacionada, principalmente, con la inadecuada producción de eritropoyetina por el riñón6, lo que provoca debilidad, fatiga, palpitaciones, dificultad para respirar, letargia y alteraciones del sueño, entre otras manifestaciones7. Se asocia además con un mayor riesgo de enfermedad coronaria, de accidente cerebrovascular, progresión de la enfermedad renal e incluso mortalidad8. Esta situación desencadena en numerosos pacientes síntomas depresivos9 y de ansiedad10.
“En definitiva, este tipo de anemia disminuye la calidad de vida del paciente, pues interfiere con la vida cotidiana, la actividad física, el cuidado personal y la vida laboral, debido a la importante repercusión en su salud”, explica la Dra. Patricia de Sequera, presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) y miembro del grupo de trabajo de anemia de la S.E.N. y Comité Asesor. “De ahí la relevancia de tratarla y gestionarla bien. Y para ello hemos realizado un análisis de la situación actual de la atención que recibe el paciente, encontrándonos que los cuellos de botella principales son el infradiagnóstico, el retraso en el tratamiento y el inadecuado seguimiento de esta afección”.
También se ha tenido en cuenta -en el análisis inicial realizado en el Proyecto TEIDE- la situación de pandemia vivida en el mundo a causa del COVID-19 y la repercusión que la saturación hospitalaria ha tenido en el tratamiento de estos pacientes. Y es que las personas con anemia asociada a ERC, sobre todo en fases avanzadas, deben acudir al entorno hospitalario para la dispensación o la administración de sus tratamientos. “Con la pandemia nos hemos dado cuenta de que es una prioridad que el paciente frecuente menos el hospital, siempre que no sea necesaria su presencia física. La implantación de la telemedicina y la telefarmacia, evitar que el paciente asista al hospital a recoger su medicación, la implantación de técnicas de diálisis domiciliarias y, en un futuro, tener en cuenta las alternativas orales para acercar la atención sanitaria al paciente, se han manifestado como mejoras indispensables para lograr una mayor calidad de vida y evitar ocasiones de contacto en épocas de pandemia. Todo ello lo hemos destacado en las conclusiones”, afirman los expertos.
Recorrido del enfermo en el proceso asistencial
Teniendo en cuenta los aspectos clínicos, de gestión, humanísticos y de calidad de vida y económicos analizados, se ha definido desde una perspectiva multidisciplinar el recorrido asistencial óptimo del sujeto con anemia asociada a ERC en los estadios 1-3, estadio 4-5 sin terapia renal sustitutiva (TRS) y estadio 5 con TRS, a través de las diferentes unidades asistenciales, identificando profesionales involucrados e indicando el tratamiento habitual para la anemia asociada a ERC. A partir del recorrido óptimo de estos pacientes, los expertos identificaron 10 líneas de actuación priorizadas para la mejora del proceso asistencial. Cada una de estas líneas, cuenta además con una serie de acciones concretas que se han establecido para su ejecución.
1. Reforzar la visibilidad de la anemia como una complicación y factor determinante de la ERC en la sociedad, los afectados de ERC y los profesionales sanitarios.
2. Disponer de los recursos necesarios para favorecer el seguimiento compartido del paciente entre los profesionales sanitarios, como la e-consulta, la historia clínica compartida o la receta electrónica por parte de las administraciones regionales, para impulsar la coordinación asistencial y el acceso multifocal.
3. Promover la atención sanitaria a distancia de los individuos con anemia asociada a la ERC a través del uso de las tecnologías de información y comunicación y la indicación de alternativas terapéuticas de manejo domiciliario, más aún, teniendo en cuenta el contexto por el COVID-19. Para el uso protocolizado de la telemedicina y acercar la atención sanitaria al paciente, de forma individualizada, se identifica como una prioridad la promoción de indicaciones de alternativas terapéuticas, orales o autoadministrables que favorecerían el manejo domiciliario y el control de la enfermedad, y el ahorro de desplazamientos al hospital, lo que contribuiría a la disminución del absentismo laboral y la conciliación con las actividades cotidianas. No obstante, para ello se deben tener en cuenta herramientas de telemedicina y telefarmacia que faciliten la comunicación con los pacientes y el seguimiento farmacoterapéutico y la dispensación de medicamentos a distancia.
4. Definir y medir indicadores de calidad asistencial, resultados en salud y calidad de vida que permitan identificar e implementar acciones de mejora en la atención, como encuestas que puedan evaluar la experiencia y satisfacción de estas personas.
5. Mejorar la experiencia del enfermo con anemia asociada a ERC en el ámbito hospitalario, mediante la coordinación de las visitas a los distintos servicios o unidades asistenciales del hospital para reducir desplazamientos y mejorar la conciliación de la vida diaria del paciente.
6. Reforzar la información y formación al afectado sobre la anemia asociada a la ERC y las opciones terapéuticas para optimizar el manejo de la enfermedad y fomentar la toma de decisiones compartidas. Para ello, los profesionales sanitarios deben ofrecer materiales informativos y educativos, así como fomentar la individualización del tratamiento, a través de contenidos que den a conocer las diferentes alternativas terapéuticas existentes.
7. Mejorar el abordaje clínico en etapas precoces e intermedias (estadio 1-3) para favorecer el diagnóstico precoz, realizar el tratamiento óptimo y asegurar la derivación al servicio de Nefrología en el momento adecuado.
8. Mejorar el abordaje clínico en etapas intermedias y avanzadas (estadio 3-5 no TRS) para favorecer el diagnóstico y seguimiento de la anemia y garantizar un tratamiento adecuado.
9. Mejorar el abordaje clínico en etapas avanzadas (estadio 5 TRS) para favorecer el diagnóstico y seguimiento de la anemia y garantizar que se realiza un tratamiento adecuado desde la Unidad de Diálisis, hemodiálisis y trasplante.
10. Evaluar y reducir el impacto económico de la anemia asociada a la ERC, mediante la puesta en marcha de estudios de costes directos e indirectos que tengan en cuenta el impacto económico, social y laboral de ambas afecciones, desde estadios precoces y, por otra parte, fomentar las intervenciones sanitarias empleando técnicas domiciliarias como las terapias orales y autoadministrables, la telemedicina y la telefarmacia, entre otros.
En el marco del Proyecto TEIDE, también se han propuesto 18 indicadores dirigidos a evaluar la implementación del proceso asistencial óptimo, a partir de las líneas de actuación y acciones definidas y mediante fichas descriptivas que incluyen aspectos que facilitan su medición con fórmula, profesional responsable de evaluación, periodicidad, fuentes de información y estándar. Estos indicadores tienen que ver con la calidad asistencial, el uso de tecnologías de información y comunicación, estudios de costes, registro de materiales de información y formación dirigidos a enfermos y protocolos para la selección e inclusión de candidatos a un programa de telemedicina y/o telefarmacia, derivaciones de pacientes, tratamiento conservador, y alternativas terapéuticas disponibles. También se incluyen entre los indicadores propuestos la cantidad de actividades de formación para profesionales sanitarios, la cantidad de actividades realizadas anualmente para mejorar la experiencia del paciente y los porcentajes de enfermos derivados y seguidos en las diferentes consultas, así como los pacientes que empiezan con una modalidad de tratamiento y aquellos a los que se les realiza cuestionarios de calidad de vida.
Referencias
1. Dmitrieva O, de Lusignan S, Macdougall IC, Gallagher H, Tomson C, Harris K, et al. Association of anaemia in primary care patients with chronic kidney disease: cross sectional study of quality improvement in chronic kidney disease (QICKD) trial data. BMC Nephrol. 2013;14(1):24. doi:10.1186/1471-2369-14-24
2. Alexandre AF, Morga A, Marsh K, Thomas C. P0865A Qualitative study of patients’ preference for the treatment of anaemia associated with chronic kidney disease. Nephrol Dial Transplant. 2020;35(3). doi:10.1093/ndt/gfaa142.P0865
3. Wong MMY, Tu C, Li Y, Perlman RL, Pecoits-Filho R, Lopes AA, et al. Anemia and iron deficiency among chronic kidney disease Stages 3–5ND patients in the Chronic Kidney Disease Outcomes and Practice Patterns Study: often unmeasured, variably treated. Clin Kidney J. 2020;13(4):613-624. doi:10.1093/ckj/sfz091
4. Eriksson D, Goldsmith D, Teitsson S, Jackson J, Van Nooten F. Cross-sectional survey in CKD patients across
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doi:10.1186/s12882-016-0312-9
5. Cases-Amenós A, Martínez-Castelao A, Fort-Ros J, Bonal-Bastons J, Ruiz MP, Vallés-Prats M, et al. Prevalencia de anemia y su manejo clínico en la enfermedad renal crónica estadios 3-5 no en diálisis en cataluña: Estudio MICENAS I. Nefrologia. 2014;34(2):189-198. doi:10.3265/Nefrologia.pre2013.Dec.12261
6. Gorostidi M, Santamaría R, Alcázar R, Fernández-Fresnedo G, Galcerán JM, Goicoechea M, et al. Documento de la sociedad española de nefrología sobre las guías KDIGO para la evaluación y el tratamiento de la enfermedad renal crónica. Nefrologia. 2014;34(3):302-316. doi:10.3265/Nefrologia.pre2014.Feb.12464
7. Anemia and Chronic Kidney Disease | National Kidney Foundation. Disponible en. https://www.kidney.org/atoz/content/what_anemia_ckd
8. Beyond CKD: Unveling the hidden truth of anaemia. Publicado online 2020 en Astellas Pharma. Disponible en https://www.astellas.com/eu/system/files/2020-09/EST-C%20Corporate%20Website_Media%20Centre_Survey%20Report_Interactive.pdf.
9. Palmer S, Vecchio M, Craig JC, Tonelli M, Johnson DW, Nicolucci A, et al. Prevalence of depression in chronic kidney disease: systematic review and meta-analysis of observational studies. Kidney Int. 2013;84(1):179-191. doi:10.1038/ki.2013.77
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