Redacción Farmacosalud.com
Proponerle a una persona con depresión divertirse o ‘salir de fiesta’ es totalmente desaconsejable porque ese paciente, además de su incapacidad de disfrutar generada por su propio estado mental, tendrá un sentimiento de culpa por no poder complacerse a sí mismo y a su entorno cuando rechace, por inapetencia, ese intento de entretenimiento o de distracción. Así viene a advertirlo el Dr. Víctor Pérez Sola, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica (SEPB), director del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar (Barcelona), y profesional que ha participado como experto médico en la serie documental ‘No es depre, es DEPRESIÓN’.
Varios pacientes anónimos y conocidos y profesionales de diferentes ámbitos abordan abiertamente todos los ángulos que rodean a una enfermedad tan compleja como es la depresión en esta serie de seis capítulos impulsada por la compañía Janssen y producida por Medicina TV. ‘No es depre, es DEPRESIÓN’ ha contado para su realización con el asesoramiento de profesionales sanitarios así como de las asociaciones de pacientes ASAPME (Asociación Aragonesa Pro Salud Mental), ES+Salud Mental (Asociación Empresarial de la Economía Social en Salud Mental) y AVIFES (Asociación Vizcaína de Familiares y Personas con Enfermedad Mental). Tras su estreno en televisión, el proyecto ya está disponible también en Internet a través de una página web destinada a pacientes, Janssen Contigo.
Angy Fernández: ‘me decían: venga, levántate de la cama, vámonos de fiesta…’
La actriz y cantante Angy Fernández ejerce de maestra de ceremonias contado su propia historia personal como enferma deprimida, lo que sirve como hilo conductor para ir conociendo los diferentes ángulos de esta patología que no siempre es fácil de entender y de la que se habla muy poco, a pesar de que está muy presente en nuestra sociedad. Tal y como ella misma relata en el primer capítulo de la producción documental, ‘la primera vez que le pusieron nombre a lo que me estaba pasando tenía unos 19 años. Me sentía triste y fue de repente; cuando mejor me iban las cosas, explotó todo. Me decían: venga, a ti te pasa algo, tú no eres esto, si tú eres todo alegría. Venga, levántate de la cama, vámonos de fiesta…’ Craso error, según viene a decir el Dr. Pérez Sola: “La gente, cuando propone eso (‘salir de fiesta’), lo hace con toda la buena fe del mundo, sin duda. Pero un enfermo que no es capaz de disfrutar con nada, que no tiene ninguna motivación, y que ante cualquier pequeño estresante lo pasa fatal, pues no parece la mejor recomendación”.
“De hecho, la mayoría de personas que han pasado por una depresión te cuentan que, cuando los amigos o la familia les decían ‘vamos a salir’, era una situación que todavía les angustiaba más… porque claro, los pacientes no sólo no salían porque no eran capaces de disfrutar, sino que además se sentían muy culpables porque pensaban ‘pero si es tan fácil y todo el mundo lo ve tan fácil, ¿cómo es que yo no soy capaz de cambiar?’ Lo que les acaba ocurriendo a estos pacientes es que ven aumentados sus sentimientos de culpa y sus sentimientos de ruina personal”, expone el facultativo a través de www.farmacosalud.com.
Estrés y expectativas vitales, entre los factores que pueden generar depresión
Angy explica también que ‘en ese momento estaba trabajando en una serie, con gente de mi edad, y todos estaban felices, salían, tenían ganas de vivir y yo, de repente, cada vez tenía menos ganas. No entendía nada’. No entendía nada porque parece contradictorio que a alguien a quien la vida le sonríe (por ejemplo, desarrollando con éxito una vocación o trabajando en un empleo deseado) padezca una depresión, que es una enfermedad que, desde un punto de vista popular, se asocia más bien a una vivencia triste o a una experiencia traumática. El Dr. Pérez Sola también tiene una explicación para eso: “con frecuencia, especialmente en los primeros episodios depresivos, hay acontecimientos vitales que desencadenan tales episodios; se ha visto que hay dos factores esenciales en las características de estos desencadenantes: uno es la expectativa de la persona y otro es el nivel de estrés producido por este acontecimiento vital”.
En otras palabras, lo que está argumentando el presidente de la SEPB es que, en Occidente, alguien puede estar pasándolo fatal a nivel psíquico porque la Bolsa baja unos pocos puntos, y, en cambio, puede haber gente en países económicamente desfavorecidos que tengan poca comida o que no puedan escoger la que quisieran, y no por ello se sienten menos felices. O lo que es lo mismo, las expectativas del primer caso quizás sean demasiado exigentes con respecto a las pruebas a las que nos somete la más estricta realidad.
Asimismo, hay que dejar muy claro que las depresiones no se vinculan únicamente a vivencias o episodios vitales, dado que existen unas bases biológicas y genéticas que implican una cierta vulnerabilidad. Y, lógicamente, las personas que padecen esa vulnerabilidad son aquellas que, ante acontecimientos vitales estresantes, van a deprimirse. “Por decirlo de alguna manera, no se deprime quien quiere, sino quien puede”, ejemplifica Pérez Sola.
‘Cualquier cosa, como doblar ropa, tener que ir a hacer la compra, se convierte en algo que cuesta -recuerda Angy Fernández cuando da otros detalles de su depresión-. Las cosas de cada día… son un mundo. Lo único que piensas es que no quieres levantarte. Y además tienes esa cantidad de mensajes, en tazas, en cuadernos… que te dicen que tienes que ser feliz. No sólo te lo dice la gente, sino que ya lo ves también escrito en cualquier sitio. Tú quieres que sea un gran día, pero no puedes’.
Hay que saber diferenciar depresión de un estado de tristeza
La depresión, que afecta en España a cerca de tres millones de personas1, es más frecuente en mujeres2. Tal y como narran varios de los profesionales sanitarios que intervienen en la serie, se trata de una patología grave y discapacitante que interrumpe la vida de los individuos que la padecen y que todavía se sigue banalizando y confundiendo socialmente con expresiones como ‘estoy de bajón’ o ‘estoy depre’, lo que no ayuda a las personas que la sufren.
“Ante una depresión, como en cualquier otra enfermedad”, asegura en la serie el Dr. Pérez Sola, “lo primero que hay que hacer es un diagnóstico precoz que permita diferenciar lo que es la tristeza normal de lo que son otras enfermedades mentales con síntomas muy parecidos, o lo que son incluso enfermedades orgánicas, que muchas veces tienen sintomatología depresiva”. A lo que añade: “El título de la serie (‘No es depre, es DEPRESIÓN’) está puesto con mucha intención, para que socialmente seamos capaces de diferenciar una depresión de lo que es la tristeza, que es un estado de ánimo normal ante una situación adversa -habitualmente uno reacciona con tristeza a manera de recurso adaptativo- y que nos ayuda a gestionar aspectos como duelos o pérdidas de un ser querido”.
“Ahora bien -prosigue-, si esa tristeza se acompaña de una incapacidad para disfrutar, o de una serie de síntomas como pueden ser insomnio, ansiedad, disfunción de peso e ideas de culpa o de ruina y sobre todo ideas de muerte, por cuanto que la depresión es la enfermedad más asociada al suicidio, y todo ello dura de forma mantenida en el tiempo, es decir, dura más de 2 semanas, entonces podemos hablar de una depresión”.
En definitiva, que si una persona está o se siente triste durante un mes porque vive una situación sentimental traumática o una pérdida, pero puede hacer una vida normal y su funcionalidad está preservada, “entonces no se puede hablar de una depresión… estamos hablando de una emoción negativa, pero desde luego no estamos hablando de una enfermedad”, puntualiza el experto.
Escuchar a una persona deprimida no quiere decir callar y no hacer absolutamente nada
Además del Dr. Pérez Sola, intervienen en la serie numerosos especialistas en salud mental, como el Dr. Miquel Roca, catedrático de Psiquiatría en el Departamento de Medicina de la Universidad de les Illes Balears (UIB); el Dr. Javier Quintero, jefe del servicio de Psiquiatría Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid; el Dr. Luis Agüera, jefe de Sección de Psiquiatría del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, y un nutrido grupo multidisciplinar de profesionales de Atención Primaria, psicólogos, sociólogos y otras disciplinas.
Todos ellos subrayan el mensaje de Pérez Sola contra la banalización de esta patología mental: ‘La depresión es una enfermedad con un conjunto de síntomas, psicológicos y físicos que duran un cierto tiempo y que no hay que confundir con una tristeza pasajera, desencadenada por un acontecimiento puntual, que nos puede ocurrir a todos en la vida’. Al tiempo que señalan que ‘no siempre entendemos que la enfermedad mental es una enfermedad como cualquier otra’.
En la serie documental también han participado numerosos pacientes anónimos que van desgranando las diferentes aristas de esta enfermedad tan poliédrica, como lo demuestra la existencia de la depresión posparto, la presión que ejercen las redes sociales y su influencia en la salud mental o el papel desencadenante que pueden tener el acoso escolar o determinados acontecimientos vitales, como la pérdida de un hijo o una separación de pareja.
Además, otros ciudadanos con un perfil más conocido como el actor Javier Martín, la deportista olímpica Anna Boada, la artista e influencer Beatriz Prados, o la DJ Marta Fierro, muestran también que esta afección no entiende de edades, géneros, profesiones, ni éxitos profesionales o fama. Todos ellos relatan su propia experiencia y coinciden en que los enfermos con depresión no necesitan que les den consejos o mensajes de ánimo, sino que se les escuche, porque tener depresión es mucho más que sentirse triste. De ahí que, para salir de ella, sea necesario pedir ayuda profesional y contar con atención especializada.
Claro que, escuchar no quiere decir callar y no hacer absolutamente nada. “Estos pacientes, sobre todo cuando ya están bien, te dicen que lo que más agradecen es que sus seres queridos o sus amigos no intenten hacerles ver la televisión o quieran entretenerles con algo, sino que estén por ahí cerca, mostrándoles cariño y cuidando de que tengan todo lo que necesitan; las personas deprimidas necesitan saber que pueden hablar con alguien. Lo que piden es que no se les fuerce a hacer cosas, lo cual no quiere decir que no se les hable, quiere decir que agradecen que la gente que hay a su alrededor se comporte de manera empática”, especifica el Dr. Pérez Sola. Para que se entienda mejor: a una persona a la que se le acaba de romper una pierna no se le debería proponer ir a caminar por el bosque… pues algo parecido ocurre con una persona que sufre depresión (no hay que plantearles propuestas inconvenientes). Pérez Sola recuerda, además, que cada enfermo con depresión es una persona única y cada uno necesita un abordaje distinto. “Lo que sí es muy importante -remarca- es buscar ayuda lo antes posible. De la depresión se puede salir”.
“La salud mental es cosa de todos”
“El objetivo de esta serie documental es romper aquellos tabúes que siguen existiendo en torno a la depresión y evitar que se banalice un problema de salud tan grave y discapacitante. No siempre es fácil de entender y, a pesar de estar muy presente en nuestra sociedad, se sigue hablando muy poco sobre la depresión. Hablar y reconocer el problema es el primer paso para concienciar y normalizar este tipo de situaciones, y estos seis capítulos sin duda van a ayudar a acercar esta enfermedad mental a la sociedad. Porque la salud mental es cosa de todos”, indica por su parte el director de la nueva producción audiovisual, Guillermo Martínez.
El 20% de población en España padecerá una enfermedad mental a lo largo de su vida3. Las más frecuentes, como la ansiedad, la depresión, los trastornos de la conducta alimentaria y los problemas de sueño han registrado un incremento con motivo de la pandemia de COVID-19. Una situación que se ha visto más acusada entre la población infanto-juvenil de España. Según la última Encuesta Nacional de Salud, realizada en 2017 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), un 6,68% de la población española habría recibido un diagnóstico de depresión por un médico en el último año2.
La depresión es la segunda causa de discapacidad; en 2030, según la OMS (Organización Mundial de la Salud), será la primera causa, concreta Pérez Sola. El 5% de los pacientes diagnosticados de depresión fallecen por suicido. Cada año se quitan la vida cerca de 800.000 personas en el mundo, estimándose que el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo de población de 15 y 29 años de edad, precisa la OMS1.
Esta problemática también se aborda abiertamente en ‘No es depre, es DEPRESIÓN’. Se trata de una serie que pretende derribar estigmas y tabúes en torno a esta dolencia mental y que trata de lanzar un mensaje en positivo a las personas que puedan estar en el proceso de pasar la enfermedad. A ellos se les recuerda que, con la ayuda de los profesionales sanitarios, es posible salir de la depresión.
Referencias
1. Depresión y Suicidio 2020. Documento estratégico para la promoción de la Salud Mental. Disponible en: https://sepb.es/webnew/wp-content/uploads/2021/09/LibroBlancoDepresionySuicidio2020.pdf Último acceso noviembre 2021.
2. Ministerio de Sanidad. Encuesta Nacional de Salud. Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/estadEstudios/estadisticas/encuestaNacional/encuestaNac2017/SALUD_MENTAL.pdf. Último acceso noviembre 2021.
3. Confederación Salud Mental España. Disponible en_: https://comunicalasaludmental.org/guiadeestilo/la-salud-mental-en-cifras/#espana último acceso noviembre 2021.