Farmacosalud.com, con la colaboración de STADA, saca la primera guía de España que repasa las evidencias en probióticos en salud vaginal y urológica
Descargar aquí el PDF original de la Separata
1. ¿Qué es la microbiota vaginal?
Se denomina microbiota vaginal -antiguamente conocida como “flora vaginal”- al conjunto de microorganismos que pueblan la mucosa vaginal, constituyendo con dicha mucosa un verdadero ecosistema dinámico y hormonodependiente que, en condiciones normales, se halla en perfecto equilibrio. Está constituida por diferentes especies bacterianas donde destacan los lactobacilos, (bacterias Gram positivas anaerobias aerotolerantes que llevan a cabo fermentación láctica), creando así un ambiente ácido en la vagina de la mujer en la edad fértil.
La microbiota vaginal fisiológica no sólo posee características propias (derivadas de la histología de la mucosa vaginal y del pH ácido) sino que también presenta variaciones interindividuales entre mujeres en una misma franja etaria y etnia, e incluso intraindividuales (dependiendo de factores como la edad, fase del ciclo menstrual, actividad sexual…). Es decir, no existe una microbiota única en la mujer sana.
Referencias
Kim TK, Thomas SM, Ho M, Sharma S, Reich CI, Frank JA, et al. Heterogeneity of vaginal microbial communities within individuals. J Clin Microbiol 2009; 47: 1181-9.
Rodríguez JM. Primera Pregunta: Microbiota intestinal y vaginal. En: Beltrán D, Guerra JA. Consenso en probióticos vaginales. EDIMSA 2012, p.29-36.
2. ¿Cómo evoluciona la microbiota en la vida de la mujer?
El aparato genital femenino pasa por diversas etapas, controladas por la actividad endocrina, que va a condicionar la estructura y las condiciones existentes en la cavidad vaginal. Así, los fetos reciben los estímulos de las hormonas maternas a través de la placenta, por lo que su vagina se colonizará con lactobacilos, mayoritariamente adquiridos durante su paso por el canal del parto, si bien se ha demostrado la presencia de lactobacilos en líquido amniótico, sangre del cordón umbilical y meconio de recién nacidos sanos en los que las membranas amnióticas estaban íntegras.
En las niñas premenárquicas el sistema endocrino está en reposo, lo que supone que la vagina presentará una mucosa fina y poco húmeda en la que escasean los nutrientes. La microbiota residente será producto de la contaminación desde la piel y el intestino.
La puesta en marcha de la producción de estrógenos que marca el inicio de la pubertad, provoca el incremento del espesor del epitelio vaginal y la secreción del exudado rico en nutrientes, lo que facilita la colonización por lactobacilos. El metabolismo fermentativo de estas bacterias genera ácidos orgánicos y agua oxigenada, que eliminarán la contaminación vaginal por microorganismos intestinales y controlarán la proliferación excesiva de otros patógenos potenciales, como Gardnerella vaginalis, Candida albicans.
El embarazo induce una cierta inmunosupresión que podría favorecer el desarrollo de patógenos vaginales o perinatales. Este efecto se verá compensado por la disminución del pH vaginal, debido al aumento de la secreción de nutrientes y al incremento subsiguiente de la concentración de lactobacilos, sobre todo durante el tercer trimestre.
En las mujeres postmenopáusicas, la deprivación hormonal se acompaña de una gran disminución del volumen de exudado vaginal y de los nutrientes disponibles. Como consecuencia, la densidad microbiana disminuye hasta el 1% de los valores del periodo fértil y las bacterias intestinales y de la piel vuelven a ser la microbiota predominante. Sin embargo, casi el 50% de las mujeres conserva una población apreciable de lactobacilos y ese porcentaje puede incrementarse con terapia hormonal.
Referencias
Gajer P, Brotman RM, Bai G, Sakamoto J, Schütte UM, Zhong X, et al., Temporal dynamics of the human vaginal microbiota. Sci Transl Med 2012;4:13.
Suarez E. Microbiota autóctona, probióticos y prebióticos. SEMAL. 2013. González SP, Cuerva MJ. La flora vaginal. http://www.gineblog.com/menopausia/flora-vaginal.html. 2013.
3. ¿Qué sucede cuando se altera?
La microbiota vaginal presenta la función principal de proteger frente a la colonización y proliferación de microorganismos patógenos. Para ello desarrolla una serie de mecanismos de acción, entre los que destacan:
• Inhibición de la adherencia a la mucosa vaginal.
• Competición por los nutrientes.
• Producción de sustancias antimicrobianas:
-Ácido láctico – Mantenimiento del pH vaginal ácido.
-Agua oxigenada (H2O2).
-Péptidos antimicrobianos (Bacteriocinas).
• Inmunomodulación.
• Coagregación con los patógenos.
La producción de ácido es el principal mecanismo de protección de la mucosa vaginal y ello hace que el pH de la misma sea de 4–4,5 dando lugar a unas condiciones que resultan tóxicas para la mayoría de los patógenos.
El equilibrio del ecosistema vaginal se basa en estos mecanismos. Sin embargo, bien como causa o como consecuencia de una alteración infecciosa o puramente inflamatoria de la mucosa, en ocasiones, la concentración de lactobacilos en la vagina disminuye por debajo de un nivel crítico. Esta circunstancia es aprovechada por microorganismos que se encuentran habitualmente en la vagina sana y/o por otros de origen exógeno, que proliferarán hasta hacerse dominantes, comportándose así como patógenos oportunistas.
Referencias
González SP. Mecanismo de acción de los probióticos, administración oral y vaginal. En: Beltrán D, Guerra JA “Consenso en probióticos vaginales”. EDIMSA 2012, p.45-53.
4. ¿Por qué se altera la microbiota?
Determinados factores son capaces de alterar el perfecto equilibrio en que, en condiciones normales, se encuentra el ecosistema vaginal.
Entre ellos podemos señalar:
• Factores endógenos, como la menstruación, la alteración de los niveles hormonales, las modificaciones de la inmunidad local o sistémica, determinadas patologías como la diabetes, etc.
• Factores exógenos, como la actividad sexual, el empleo de duchas vaginales, jabones, desodorantes, fibras sintéticas, la antibioticoterapia, la presencia de dispositivos intrauterinos, la práctica de determinadas intervenciones ginecológicas, así como el tabaco y los anticonceptivos hormonales.
Referencias
Cancelo MJ. Flora vaginal. Un abordaje multidisciplinar. Ed. Mayo. 2010.
Suárez E, Beltrán DA, Daza M, González SP, Guerra JA, Jurado AR, Ojeda MD, Rodríguez JM. La microbiota vaginal: composición y efectos beneficiosos. Http://www.sepyp.es/es/sabermas.
5. ¿Qué son los probióticos?
El término probiótico hace referencia a un preparado o a un producto que contiene cepas de microorganismos viables en cantidad suficiente como para alterar la microbiota en algún compartimento del huésped (por implantación o colonización) y que produce efectos beneficiosos en dicho huésped.
La OMS propone una definición más simple, y se refiere a microorganismos vivos que cuando son administrados en cantidad adecuada, confieren un efecto beneficioso sobre la salud del huésped, en nuestro caso, en lo referente a salud vaginal. Se hace necesario diferenciarlo del término prebiótico, que se refiere a los ingredientes de los alimentos no digeribles que producen efectos beneficiosos sobre el huésped, estimulando selectivamente el crecimiento y/o actividad de un tipo o de un número limitado de bacterias.
Referencias
Suarez E. Pasado, presente y futuro de los probióticos. . En: Beltrán D, Guerra JA. Consenso en probióticos vaginales. EDIMSA 2012, p.25-30.
FAO/WHO. Guidelines for the Evaluation of Probiotics in Food: Joint FAO/WHO Working Group meeting, London Ontario, Canada, 30 April-1 May 2002. Geneva: WHO/FAO;2002.
6. ¿Cuál es el uso propuesto para los probióticos en la salud vaginal?
El uso de probióticos puede tener interés en la patología infecciosa de la vagina, tanto como adyuvante o incluso sustituto del tratamiento antimicrobiano convencional como en la prevención de recidivas, especialmente en vaginosis bacteriana y candidiasis vaginal. También podrían tener indicación en la prevención de infecciones urinarias, pues existen estudios que demuestran que las bacterias colónicas, máximo causante de infecciones del tracto urinario inferior, necesitan antes de llegar a la región uretral anidar previamente en la mucosa vaginal, hecho que se ve dificultado si el ecosistema vaginal se encuentra equilibrado.
Además, se ha observado cómo el recto actúa de reservorio natural de los lactobacilos vaginales, que la colonización del recto y la vagina por lactobacilos productores de peróxido reduce la prevalencia de vaginosis bacteriana, más que la colonización de la vagina sola, y que el L rhamnosus Lcr35 (productor de peróxido) administrado vía oral llega al recto atravesando el tubo digestivo.
Igualmente, puede resultar de interés la reposición de la microbiota vaginal cuando ésta es deteriorada por procesos inflamatorios no infecciosos (vaginitis radioterápica, alérgicas, irritativa, por cuerpo extraño, atrófica)…
Referencias
Beltrán D.A., Guerra, J.A.. Consenso en probióticos vaginales. AEEM. Ed: EDIMSA.2012.
Gonzalez SP. Retrato de un probiótico. La visión del clínico en Ginecología. Edimsa. 2010.
González SP, Ojeda MD, Canseco C, Barreche I. “Efecto de una combinación de probióticos vaginales liofilizados en la atrofia vaginal postmenopáusica sintomática”. 12º Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer. Madrid.
Christophe De Champs, Nathalie Maroncle, Damien Balestrino, Chantal Rich and Christiane Forestier Persistence of Colonization of Intestinal Mucosa by a Probiotic Strain, Lactobacillus casei subsp. Rhamnosus Lcr35, after Oral Consumption J. Clin. Microbiol. 2003, 41(3):1270. DOI: 10.1128/JCM.41.3.1270-1273.2003.
Antonio MA, Rabe LK, Hillier SL. Colonitation of the rectum by Lactobacillus Species and Decreased risk of bacterial vaginosis. J Infect Dis. 2005 Aug 1;192(3): 394-8. Epub 2005 Jun28.
7. ¿Qué es la vaginosis bacteriana?
Es una patología infecciosa endógena que se debe a la proliferación desordenada de la microbiota como consecuencia de la ruptura del equilibrio vaginal: los lactobacilos dominantes son sustituidos por microorganismos como Gadnerella vaginalis y otros anerobios (Bacterioides spp, Peptostreptococcus spp, Prevotella spp,, Mobiluncus spp, Mycoplasma hominis, etc).
Provoca un flujo vaginal anormal, abundante, generalmente referido con mal olor, pero sin inflamación; es decir, no suele provocar picor o síntomas irritativos. Para su diagnóstico se utilizan los Criterios de Amsel (presencia de al menos 3):
• Leucorrea abundante (grisácea, fétida, pegada a las paredes vaginales)
• Presencia de “Clue cells” en el frotis en fresco (criterio con mayor sensibilidad)
• Ph vaginal >4,5
• Desprende olor a pescado con la adición de KOH al flujo por liberación de aminas (mismo efecto que al mezclarse con el semen)
Referencias
Beltrán D.A., Guerra, J.A.. Consenso en probióticos vaginales. AEEM. Ed: EDIMSA.2012.
Amsel R, Totten PA, Spiegel CA, Chen KC, Eschenbach D, Holmes kk. Nonspecific vaginitis. Diagnosis criteria and microbial and epidemiologic associations. Am J Med. 1983 Jan; 74(1):14-22.
8. ¿Cómo se trata la vaginosis bacteriana?
Aunque se produce sobre todo en mujeres sexualmente activas, la vaginosis bacteriana no es una enfermedad de transmisión sexual y no siempre requiere tratamiento. Por su relación con diversas complicaciones ginecológicas y obstétricas (parto prematuro, rotura prematura de membranas, enfermedad inflamatoria pélvica, etc), y por su asociación a otras infecciones de transmisión sexual (aumenta riesgo de contagio por HPV, VIH, VHS…), se propone su tratamiento en mujeres sintomáticas, gestantes asintomáticas con antecedentes de parto prematuro, cuadros de repetición, balanitis de la pareja, y previo a procedimientos ginecológicos invasivos.
El tratamiento de elección es Metronidazol (500 mg/12h x 7d vía oral o 5g/d x 5 d vía vaginal en gel 0,75%) o Clindamicina vaginal en crema 2% (5g/d x 7d).
Las alternativas principales son: Tinidazol vía oral (2g/d x2d o 1g/d x5d) o Clindamicina vía oral (300mg/12h x7d) o en óvulos vaginales (100mg/d x3d).
Referencias
Eckert LO, Moore DE, Patton DL, Agnew KJ, Eschenbach DA, Relationship of vaginal bacteria and inflamation with conception and early pregancy loss following in-vitro fertilization. Infect Dis Obstet Gynecol, 2003;11(1):11-7.
Diagnóstico y tratamiento de las infeciones vulvovaginales. Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Protocolo actualizado en 2012. Ed: Equium SL.
9. ¿Qué es la candidiasis vaginal?
Se conoce con el nombre de candidiasis vulvovaginal a la infección de la región genital femenina por diferentes especies fúngicas del género Candida. En Europa es la infección vulvovaginal más prevalente y que más consultas supone. Se caracteriza por leucorrea densa blanquecina, caseosa, acompañada de eritema y prurito. Cabe destacar dos situaciones clínicamente diferentes:
• Candidiasis episódicas: Desarrollo de episodios aislados de candidiasis vulvovaginal aguda. Suponen el 75% de la población femenina y al menos el 40% desarrollará un nuevo episodio.
• Vulvovaginitis candidiásica recurrente (VVCR): Infección clínica de 4 episodios/año o más. Dentro de la misma se distinguen:
-Reinfecciones: episodios causados por un nuevo proceso infeccioso en cada ocasión (sea por la misma o diferente especie)
-Recidivas: ausencia de una completa erradicación de la infección inicial por un tratamiento inadecuado o resistencia de la levadura al mismo.
Las VVCR suponen sólo un 5-15% de las pacientes, pero constituyen un reto para los profesionales sanitarios y una alteración significativa para la calidad de vida de las mujeres.
Referencias
Cancelo MJ et al. Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Diagnóstico y tratamiento de las infecciones vulvovaginales. 2012. Ed. Equium.
Beltrán D, González SP, Guerra JA. Aplicaciones clínicas de los probióticos en Ginecología. En: Álvarez G. Probióticos, prebióticos y salud, evidencia científica. Ed. Ergon. 2016.
10. ¿Se cura la candidiasis vaginal?
Toda mujer que presente vulvovaginitis candidiásica sintomática debe ser tratada. El tratamiento de elección son los agentes azólicos vía vaginal (Clotrimazol, Miconazol, Tioconazol, Butoconazol, Terconazol) o vía oral (Fluconazol), contraindicada en gestantes. No existen diferencias significativas entre los diferentes fármacos y pautas.
Para el tratamiento de las VVCR se ha propuesto varias pautas como: Fluconazol 150mg/d x10d, seguido de 150mg/semana x 6 meses; o Clotrimazol 200 mg vía vaginal 2 veces/semana, o 500 mg/semana, hasta la mejoría clínica.
En general, la respuesta al tratamiento es buena, pero las posibilidades de presentar nuevos cuadros, con criterios o no de VVCR es muy elevada, por persistencia de factores de riesgo o por disminución de la sensibilidad de las cepas a los antifúngicos.
Referencias
Cancelo MJ et al. Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. Diagnóstico y tratamiento de las infecciones vulvovaginales. 2012. Ed. Equium.
Beltrán D, González SP, Guerra JA. Aplicaciones clínicas de los probióticos en Ginecología. En: Álvarez G. Probióticos, prebióticos y salud, evidencia científica. Ed. Ergon. 2016.
11. ¿Por qué son cuadros clínicos con tendencia a recurrir?
En el caso de la vaginosis bacteriana, las recurrencias se deben tanto a la persistencia de los factores predisponentes que alteran la microbiota, disminuyendo los lactobacilos, lo cual ocurre en el 80% de los casos, como a su propio tratamiento con antibióticos, que es ya de por sí un factor predisponente. En un círculo vicioso, el uso continuado de antibióticos puede generar resistencias, pues hasta el 15% de las mujeres podrían no responder al tratamiento.
En el caso de las candidiasis, también hay que tener en cuenta la persistencia de los factores desencadenantes, además de una serie de resistencias que se pueden generar a los antifúngicos, probablemente mediante la formación de biofilms por parte de las mismas levaduras (colonias ancladas a las células superficiales en una matriz extracelular que producen ellas mismas).
Lo determinante en los cuadros recurrentes suele ser la continuidad de la alteración en la microbiota que los favorece.
Referencias
Beltrán D, González SP, Guerra JA. Aplicaciones clínicas de los probióticos en Ginecología. En: Álvarez G. Probióticos, prebióticos y salud, evidencia científica. Ed. Ergon. 2016.
Muzny CA, Schwebke JR. Biofilms: An Underappreciated Mechanism of Treatment Failure and Recurrence in Vaginal Infections. Clin Infect Dis. 2015 May 1. pii:civ353.
12. ¿Ayudan los probióticos al tratamiento de la vaginosis bacteriana?
Precisamente, lo determinante en los cuadros agudos suele ser la alteración en la microbiota, con disminución de los lactobacilos en favor de los microorganismos anaerobios. Gran cantidad de ensayos clínicos controlados con placebo aportan el mayor grado de evidencia científica en cuanto al beneficio de la administración de probióticos junto al tratamiento específico. Se ha demostrado que mejoran las tasas de curación, en relación al tratamiento con Metronidazol sólo, y que mejoran los parámetros diagnósticos, con restauración de la microbiota, esto último incluso sin administrar antibiótico. Por ejemplo, la cepa probiótica Lactobacillus rhamnosus Lcr35® es capaz de inhibir el crecimiento de Prevotella bivia, Gadnerella vaginalis y Candida albicans a partir de la cuarta hora de su administración, además de adherirse a las células vaginales y cervicales.
Referencias
Jurado AR, Allué J, Pérez S. Retrato de un probiótico. Noticias Médicas. 2010. 16-30 Junio: 3960.
Beltrán Vaquero DA, Guerra Guirao JA. Consenso en probióticos vaginales. AEEM. Ed: EDIMSA. 2012.
Oduyebo OO, Anorlu RI, Ogunsola FT. The effects of antimicrobial therapy on bacterial vaginosis in non-pregnant women. Cochrane Database of Systematic Reviews. 2009, Issue 3. Art. No.: CD006055.
Coudeyras S, Jugie G, Vermerie M, Forestier C, Adhesion of human probiotic Lactobacillus rhamnosus to cervical and vaginal cells and interaction with vaginosis-associated pathogens. Infect Dis Obstet Gynecol. 2008;2008: 549640 Epub 2009 Jan 27.
13. ¿Consiguen los probióticos reducir las recidivas en vaginosis?
También en ensayos clínicos controlados con placebo se obtienen evidencias del más alto nivel en cuanto a la reducción de las recidivas de vaginosis en las mujeres tratadas con antibiótico y con una pauta de probióticos, cuando dicha pauta se mantiene en el tiempo. El uso de probióticos solos durante al menos 3 meses, cuando la paciente ya está asintomática, disminuye las recidivas del cuadro clínico, incluso meses después de haber finalizado tratamiento.
Tan solo la administración de dos cápsulas de un probiótico vía oral con L rhamnosus durante 28 días (2x108 UFC diarias de Lcr35) es capaz de normalizar el nugent vaginal. Ver Tabla 1
Referencias
Jurado AR, Allué J, Pérez S. Retrato de un probiótico. Noticias Médicas. 2010. 16-30 Junio: 3960.
Beltrán Vaquero DA, Guerra Guirao JA. Consenso en probióticos vaginales. AEEM. Ed: EDIMSA. 2012.
Larson PG, Brandsborg E, Forsum U, Pendharkar S, Krogh-Andersen K, Nasic S, Hammarstrom L, Marcotte H. Extended antimicrobial treatment of bacterial vaginosis combined with human lactobacilli to find the best treatment and minimize the risk of relapses. BMC Infect Dis. 2011; 11: 223.
Bohbot JM, Cardot JM. Vaginal impact of the oral administration of total freeze-dried culture of LCR35 in healthy women. Infect Dis in Obstet and Gynecol. 2012; 2012:503648 Epub 2012 Jun 4.
Estudios clínicos más relevantes que evidencia la eficacia de los probióticos sobre la VB. (LR: Lactobacillus rhamnosus; LF: Lactobacillus Fermentum; LP: Lactobacillus plantarum; LG: Lactobacillus Gasseri). Jurado AR. Evidencias en el uso de probióticos en la prevención/tratamiento de la vaginosis bacteriana. Disponible en: http://farmacosalud.com/evidencias-sobre-el-uso-de-probioticos-en-la-prevenciontratamiento-de-la-vaginosis-bacteriana/
Referencias de la TABLA 1:
1. Gardiner GE, Heinemann C, Bruce AW, Beuerman D, Reid G. Persistence of Lactobacillus fermentum RC-14 and Lactobacillus rhamnosus GR-1 but not L rhamnosus GG in the human vagina as demostrated by randomly amplified polimorphic DNA. Clin Diagn Lab Immunol. 2002 Jan;9(1):92-6
2. Rossi A, Rossi T, Bertini M, Caccia G. The use of Lactobacillus rhamnosus in the therapy of vaterial vaginosis. Evaluation of clinica efficacy in a population of 40 women treated for 24 months. Arc Gynecol Obstet. 2010 Jun;281(6):1065-9. Epub 2009 Dec 12
3. Marcone V, Calzolari E, Bertini M. Effectiveness of vaginal administration of Lactobacillus rhamnosus following conventional metronidazole therapy: how to lower the rate of bacterial vaginosis recurrences. New Microbiol. 2008 Jul;31(3):429-33
4. Marcone V, Rocca G, Lichtner M, Calzolari E. Long-term vaginal administration of Lactobacillus rhamnosus as a complementary approach to management of bacterial vaginosis. Int J Gynaecol Obstet. 2010 Sep;110(3):223-6. Epub 2010 Jun 22
5. Larsson PG, Brandsborg E, Forsum U, Pendharkar S, Krogh-Andersen K, Nasic S, Hammarstrom L, Marcotte H. Extended antimicrobial treatment of bacterial vaginosis combined with human lactobacilli to find the best treatment and minimize the risk of relapses. BMC Infect Dis. 2011; 11: 223
6. Petricevic L, Witt A. The role of Lactobacillus casei rhamnosus Lcr35 in restoring the normal vaginal flora after antibiotics treatment of bacterial vaginosis. BJOG. 2008 Oct;115(11):1369-74
7. Martinez RC, Franceschini SA, Patta MC, Quintana SM, Gomes BC, De Martinis EC, Reid G. Improved cure of bacterial vaginosis with single dose of tinidazole (2g), Lactobacillus rhamnosus GR-1, and Lactobacillus reuteri RC-14: a ramdomized, double-blind, placebo-controlled trial. Can J Microbiol. 2009 Feb;55(2):133-8
8. Vicariotto F, Mogna L, Del Piano M. Effectiveness of the two microorganisms Lactobaillus fermentum LF15 and Lactobacillus plantarum LP01, formulated in slow-release vaginal tablets, in women affected by bacterial vaginosis: a pilot study. J Clin Gastroenterol. 2014 Nov-Dec;48 Suppl 1
9. Oduyebo OO, Anorlu RI, Ogunsola FT. The effects of antimicrobial therapy on bacterial vaginosis in non-pregnant women. Cochrane Database of Systematic Reviews. 2009, Issue 3. Art. No.: CD006055
10. Larsson PG, Stray-Pedersen B, Ryttig KR, Larsen S. Human lactobacilli as supplementation of clindamycin to patienes with bacterial vaginosis reduce the recurrence rate: a 6-month, double-blind, randomized, placebo-controlled study. BMC Womens Health. 2008 Jan 15:8:3
14. ¿Favorecen los probióticos la CURACIÓN de la candidiasis vaginal?
Dada la alta prevalencia de la candidiasis vaginal, resulta interesante esclarecer si los probióticos podrían resultar de utilidad tanto en el tratamiento como en la prevención del cuadro. En lo referente al tratamiento, contamos con estudios que avalan que los probióticos podrían poseer eficacia como coadyuvante en la curación clínica y microbiológica de la infección, tanto cuando se emplean por vía vaginal como por vía oral, si bien en este caso las pautas requeridas serían más prolongadas. No existen estudios que avalen el papel de los probióticos en sustitución del tratamiento antifúngico convencional cuando este esté desaconsejado o no resulte recomendable. Ver Tabla 2
González SP. Evidencias sobre el uso de probióticos en la prevención/tratamiento de la vulvovaginitis por cándida. Disponible en http://farmacosalud.com/evidencias-sobre-el-uso-de-probioticos-en-la-prevenciontratamiento-de-la-vulvovaginitis-por-candida/
15. ¿Ayudan los probióticos a reducir las recidivas de candidiasis?
El empleo de probióticos como coadyuvantes en las pacientes con candidiasis vulvovaginal recurrente ha sido investigado en numerosos estudios de calidad científica variable (escasos ensayos clínicos) y con tendencia a los resultados positivos. Ver Tabla 3
González SP. Evidencias sobre el uso de probióticos en la prevención/tratamiento de la vulvovaginitis por cándida. Disponible en http://farmacosalud.com/evidencias-sobre-el-uso-de-probioticos-en-la-prevenciontratamiento-de-la-vulvovaginitis-por-candida/
16. ¿Podemos proponer el uso de probióticos para reducir las infecciones urinarias de repetición?
El hecho de que las infecciones del tracto urinario (ITU) se traten con antibiótico hace pensar que éste pueda ser un factor de alteración de la microbiota y por lo tanto predisponente de vaginosis y vulvovaginitis por cándida. Pero además se ha visto que la colonización de las vías urinarias por agentes patógenos podría favorecerse ante un desequilibrio en la microbiota vaginal, y que algunas cepas de lactobacilos pueden inducir estrés en la membrana externa del E.coli (bacteria implicada en el 80% de las ITU extrahospitalarias en nuestro medio).
En estudios in vitro se ha observado que cepas de Lactobacillus plantarum (CECT8675 y CECT8677) presentan una actividad bactericida elevada, provocando una drástica reducción de la concentración de los principales patógenos de las ITU (E. coli, P. mirabilis, S saprophyticus y K pneumoniae).
En ensayos clínicos controlados con placebo se ha conseguido demostrar que la asociación de probióticos a la antibioticoterapia utilizada frente a las infecciones urinarias reduce la incidencia de recidivas por encima del uso de antibióticos solos, por lo cual esta opción cada día se valora más.
Referencias
Beltrán Vaquero DA, Guerra Guirao JA. Consenso en probióticos vaginales. AEEM. Ed: EDIMSA. 2012.
Urrútia G, Selva A, Calaf J. Revisión de la evidencia sobre la eficacia de los probióticos en la prevención de las infecciones del tracto urinario inferior y las infecciones vaginales. Progresos de Obstetricia y Ginecología. 2014;57(5):230-235
Brenes Bermúdez FJ. Evidencias sobre el uso de probióticos para la prevención de infecciones urinarias. Disponible en: http://farmacosalud.com/evidencia-sobre-el-uso-de-probioticos-para-la-prevencion-de-infecciones-urinarias/
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23433130
AB-Biotics, S.A. Estudio de Antagonismo L. plantarum CECT8675 y L. plantarum CECT8677 contra E. coli, P. mirabilis, S saprophyticus y K pneumoniae. Datos internos.
17. ¿Cuál es el efecto del arándano rojo sobre las infecciones urinarias?
Las proantocianidinas que se obtienen del arándano rojo (Vaccinium macrocarpon) inhiben la adhesión de E. coli a las células uroepiteliales, reduciendo de este modo su capacidad patogénica.
La administración de proantocianidinas se contempla como una de las estrategias más efectivas en la prevención de la ITU de repetición no complicada, lo cual se refrenda con un elevado nivel de evidencia científica.
En la actualidad tiende a asociarse a probióticos para mejorar la cobertura de los factores predisponentes.
Referencias
Brenes Bermúdez FJ. Evidencias sobre el uso de probióticos para la prevención de infecciones urinarias. Disponible en: http://farmacosalud.com/evidencia-sobre-el-uso-de-probioticos-para-la-prevencion-de-infecciones-urinarias/
18. ¿Qué pautas se recomiendan para los productos probióticos en salud vaginal?
Las pautas que se proponen para el uso de productos probióticos en la mejora de las tasas de curación y prevención de recidivas de infecciones vaginales y urinarias dependen de que se utilicen vía oral o vía vaginal. Los probióticos orales requieren una concentración de lactobacilos de 109 UFC, y los vaginales requieren 108 UFC.
Se utilizan junto a los tratamientos específicos: si el tratamiento es con antibióticos se recomienda espaciar unas horas la toma oral del probiótico, o 2-3 días el uso vaginal. Si es un antifúngico no es necesaria esta precaución.
Este curso inicial oscila entre 5 y 10 días en el caso del probiótico vaginal, y entre 15-30 días en el caso del probiótico vía oral (normalmente 20 días)
Después de este curso inicial, asociado al tratamiento específico, se recomienda un tratamiento de continuidad en el tiempo. No existen estudios que comparen las diferentes pautas de continuidad, por lo cual no hay una que pueda ser apreciada como mejor que las demás. Las pautas más recomendadas, por haber demostrado su efectividad en los estudios son:
• 1-2 veces a la semana durante 4-10 semanas, para probióticos vía vaginal
• 10 primeros días del ciclo menstrual durante 3 meses, para probióticos vía vaginal
• 20 días al mes, independientes del ciclo menstrual, durante 3 meses, para probióticos vía oral
Referencias
Jurado AR, Allué J, Pérez S. Retrato de un probiótico. Noticias Médicas. 2010. 16-30 Junio: 3960.
Beltrán Vaquero DA, Guerra Guirao JA. Consenso en probióticos vaginales. AEEM. Ed: EDIMSA. 2012.