Dr. Pedro M. Quirós / Redacción Farmacosalud.com
Un equipo científico de la Universidad de Oviedo liderado por los Drs. Carlos López-Otín y Pedro M. Quirós ha demostrado[1] que el mantenimiento de una microbiota sana mejora la salud y la esperanza de vida de ratones con envejecimiento acelerado. Cuando se habla de tener una microbiota sana, en este caso microbiota intestinal sana, se está diciendo que existe un equilibro entre todas las bacterias y microorganismos del intestino, lo que se denomina eubiosis. “No existe ningún parámetro o lista de microorganismos que pueden definir tener una microbiota sana, ya que cada individuo posee un perfil microbiano único. Sin embargo, podemos considerar que una microbiota sana o equilibraba estaría caracterizada por la presencia preponderante de bacterias potencialmente beneficiosas para nuestro organismo, mientras que las bacterias o microorganismos patogénicos estarían representados en un porcentaje muy bajo”, explica el Dr. M. Quirós, investigador del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo.
El equipo científico de dicho centro universitario, que en este trabajo ha contado con la colaboración del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (INSERM) de París, el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA-CSIC), la Universidad de Zaragoza y la Universidad Europea de Madrid, ha estudiado el microbioma de ratones y pacientes con envejecimiento acelerado o progeria. El síndrome de progeria de Hutchinson-Gilford, una enfermedad rara que afecta a una persona de cada cuatro millones, provoca un envejecimiento acelerado durante la infancia que conduce finalmente a una muerte prematura de los pacientes. La media de edad que alcanzan las personas afectadas gira en torno a los 15 años, “aunque hay ciertos casos excepcionales, como el de Leon Botha, que alcanzó los 26 años, o Sammy Basso, que tiene 23 años”, señala el experto.
Disbiosis intestinal presente en la progeria
El estudio coliderado por el Dr. M. Quirós ha demostrado que los ratones y pacientes con progeria presentan disbiosis intestinal. La disbiosis intestinal, en contraposición con la eubiosis, es una alteración del equilibrio de la microbiota intestinal en el que bacterias o microorganismos patógenos aumentan, pudiendo incluso convertirse en mayoritarios. Esto hace que desaparezcan muchos efectos producidos por los microorganismos beneficiosos y se favorezcan especialmente procesos inflamatorios generados por bacterias patógenas.
Uno de los objetivos de la investigación era identificar qué alteraciones estaban presentes en la microbiota intestinal de los ratones y pacientes con progeria y analizar si las bacterias cuyos niveles estaban alterados ejercían un papel perjudicial o beneficioso. Asimismo, se analizó la microbiota de centenarios españoles, identificándose en ellos un aumento de bacterias beneficiosas como Akkermansia muciniphila, la cual se encontraba además disminuida en los ratones con progeria.
“Akkermansia muciniphila es un tipo de bacteria anaerobia que degrada la mucina intestinal -subraya el investigador-. Esta bacteria se ha identificado en diversos estudios como un microorganismo beneficioso para el organismo por sus posibles efectos antiinflamatorios. De hecho, una disminución en sus niveles se ha asociado con diversas enfermedades inflamatorias y metabólicas, además de con el envejecimiento. Varios estudios recientes han demostrado el efecto positivo de Akkermansia muciniphila en la respuesta a inmunoterapia en pacientes de cáncer y en el tratamiento de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes tipo 2”.
Akkermansia muciniphila alarga la esperanza de vida un 6% en ratones enfermos
De acuerdo con el estudio, el trasplante de microbiota fecal de ratones sanos o el tratamiento con la bacteria probiótica Akkermansia muciniphila extiende la vida de ratones con envejecimiento acelerado. En ese sentido, queda avalado que el reemplazo de la microbiota endógena de los ratones con progeria por microbiota proveniente de ratones sanos mejoró diversos parámetros metabólicos, además de alargar la esperanza de vida. “Nuestro trabajo estaba centrado en el estudio de la progeria. En estas condiciones, el trasplante de microbiota sana a ratones enfermos extendió la esperanza de vida alrededor de un 14% en dos modelos distintos de ratones con progeria. Si esto fuese trasladable directamente a pacientes (humanos) con progeria, sería un aumento de su esperanza de vida de aproximadamente 2 años”, calcula M. Quirós.
En lo concerniente al tratamiento con la bacteria probiótica Akkermansia muciniphila, su uso en ratones con progeria “extendió la esperanza de vida alrededor de un 6% de media, lo que, si fuese trasladado a pacientes con progeria, sería un aumento de la esperanza de vida de aproximadamente 1 año. Como se puede observar, este efecto es menor que el trasplante de microbiota, ya que solo restauramos los niveles de una sola bacteria, mientras que en los anteriores casos restauramos la flora bacteriana completa con el fin de eliminar la disbiosis”, apunta.
Según el Dr. M. Quirós, “actualmente existe un gran interés empresarial en obtener probióticos con Akkermansia muciniphila, dado que su administración podría ser muy beneficiosa en múltiples patologías inflamatorias y metabólicas, e incluso en la respuesta a inmunoterapia en cáncer. Pero no debemos olvidar que todos los avances científicos tienen que recorrer un largo camino desde el laboratorio hasta el paciente, por lo que siempre han de tomarse con prudencia. Si los resultados que nosotros hemos obtenido en ratones de progeria demuestran ser extrapolables a humanos, cabe esperar que la administración de Akkermansia muciniphila mejore distintos síntomas de la enfermedad o que, en el mejor de los casos, consiga ralentizar su avance. Sin embargo, es una parte del trayecto laboratorio-paciente que no nos corresponde a nosotros explorar”.
¿Ralentización del envejecimiento en términos de medicina estética?
Si bien el tratamiento con Akkermansia muciniphila podría ser beneficioso en múltiples patologías, su efecto en el envejecimiento fisiológico (o estético) aún no está demostrado. “En cualquier caso -refiere el especialista-, nuestro interés y, podría decir que el de la mayor parte de la comunidad científica, no es mejorar el aspecto visual del envejecimiento sino retrasarlo o extender la salud a edades avanzadas, esto es, no vivir más sino vivir mejor”. En este sentido, los pasos siguientes implicarán definir con mayor precisión las alteraciones de la microbiota más relevantes en el envejecimiento y sus funciones fisiológicas para tratar de diseñar estrategias antienvejecimiento basadas en combinaciones de probióticos o de determinados componentes moleculares derivados de estos microorganismos.
Referencias
1. Clea Bárcena, Rafael Valdés-Mas, Pablo Mayoral, Cecilia Garabaya, Sylvère Durand, Francisco Rodríguez, María Teresa Fernández-García, Nuria Salazar, Alicja M. Nogacka, Nuria Garatachea, Noélie Bossut, Fanny Aprahamian, Alejandro Lucia, Guido Kroemer, José M. P. Freije, Pedro M. Quirós & Carlos López-Otín. Healthspan and lifespan extension by fecal microbiota transplantation into progeroid mice. Nature Medicine. Volume 25, 1234–1242 (2019). https://www.nature.com/articles/s41591-019-0504-5