Redacción Farmacosalud.com
La consejera de Salud de la Generalitat de Catalunya, Alba Vergés, ha visitado la recientemente estrenada Unidad de Hospitalización Terapéutica del Trastorno del Espectro Autista del Hospital Universitario MútuaTerrassa (HUMT, Terrassa, en Barcelona). Liderada por la Dra. Amaia Hervás, jefa del servicio de Salud Mental Infanto-Juvenil del HUMT y referente a nivel estatal e internacional en autismo, es la primera instalación de estas características de España. Su objetivo es el de atender y proporcionar tratamiento integral a todos los niños y adolescentes con autismo que no hayan respondido a tratamientos previos. En este sentido, la Unidad está concebida para las personas con autismo que tienen graves limitaciones en su funcionamiento diario y que necesitan de un tratamiento terapéutico intensivo. El nuevo servicio, que cuenta con profesionales altamente especializados, se integra en un contexto hospitalario seguro. La unidad dispone de programas especializados para el manejo de las alteraciones de conducta mediante técnicas sensoriales y propioceptivas.
La familia y el niño son el centro sobre el que gira el proyecto. Los pacientes cuentan con la posibilidad de acompañamiento diurno y / o nocturno por los familiares, siempre de acuerdo con el criterio del equipo terapéutico, y en todo el proceso se trabaja conjuntamente para la comprensión de la problemática de los hijos y las limitaciones asociadas, así como las maneras de abordarlas. El ingreso se articula mediante un Programa Terapéutico Individualizado, que contempla programas de intervención familiar, de apoyo conductual y escolar, planes terapéuticos integrales basados en el análisis funcional, emocional, conductual y cognitivo, y abordaje farmacológico -basado en las principales guías internacionales- así como exploraciones médicas y pruebas complementarias. Este programa también incorpora iniciativas de carácter lúdico y terapéutico.
A pesar de ser hospitalaria, la asistencia prestada tiene una orientación comunitaria y -en consecuencia- se realizan actividades tanto en el Hospital de Día de Autismo como en los entornos más cercanos. Con el objetivo de favorecer el establecimiento de rutinas, la Unidad cuenta con zonas y actividades claramente diferenciadas y dispone de programas comunes para favorecer las relaciones sociales e individualizadas, encaminadas todas ellas a fomentar la autonomía.
Confort y seguridad
Situada en la planta 2 del edificio del Centro Vallparadís, la unidad tiene una superficie de 1.000 m2 para proporcionar a los usuarios el máximo confort doméstico. Dispone de una zona de noche con 12 habitaciones y una de día con un espacio diáfano que sirve como comedor o espacio para talleres y también con una sala de reclusión y una de psicomotricidad. Para desarrollar la actividad asistencial hay 3 consultorios y una sala de estimulación sensorial. Uno de los alicientes del nuevo servicio es la gran terraza exterior, que ocupa casi un tercio de la superficie total de la planta. Lejos de un aspecto hospitalario, la Unidad presenta una estética muy doméstica; la iluminación se ha elegido buscando el confort del niño con respecto a encendidos, intensidades y colores, que son neutros y cálidos. La instalación está diseñada para disminuir la sensorialidad y los estímulos excitantes con la voluntad de reducir el estrés ambiental. La seguridad también se ha tenido muy presente en la construcción de los espacios. En cuanto a las puertas de acceso, funcionan con tarjeta y las de los baños y habitaciones presentan apertura hacia el exterior. En relación a las cámaras, las hay estrictamente de seguridad y otras para grabar estudios con objetivos terapéuticos.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una alteración en el neurodesarrollo que afecta principalmente a dos áreas: la comunicación e interacción social y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. Tiene una prevalencia de 1 de cada 100 nacimientos, es cuatro veces más frecuente entre los hombres que entre las mujeres y persiste a lo largo de toda la vida. Su causa es biológica, con una influencia muy relevante de los factores genéticos. Se hace evidente antes de los 3 años (antes de los 12 meses ya se pueden percibir señales de alerta), aunque a menudo se diagnostica tarde. En este sentido, es muy importante poder realizar un diagnóstico precoz e iniciar el tratamiento lo antes posible, ya que se ha demostrado que, con una pronta detección, una intervención psico-educativa especializada y con la intensidad necesaria y los soportes adecuados, las personas con TEA mejoran de manera significativa.