Redacción Farmacosalud.com
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha presentado la ‘Estrategia 2018-2022 de la Endocrinología y Nutrición en España’ en el marco del 59 Congreso de esta sociedad científica, una reunión anual de máxima referencia y prestigio en el ámbito de la especialidad que este año reúne a más de 1.300 participantes en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona los días 18, 19 y 20 de octubre. Un equipo de reporteros de www.farmacosalud.com realiza una cobertura informativa de este evento. En cuanto a la Estrategia 2018-2022, el doctor Manel Puig, presidente de la SEEN, ha explicado que se trata de un documento con los retos más importantes de la especialidad con el objetivo prioritario de darles respuesta en los próximos cinco años mediante la puesta en marcha de unas líneas concretas de actuación. Así, ha adelantado que se han identificado 16 retos, entre los que destacan, entre otros:
• Manejar adecuadamente enfermedades tan comunes y cada vez más prevalentes como la diabetes, la obesidad o la tiroides: “Es muy necesario poder comprenderlas mejor, su conocimiento debería facilitar poner en marcha mejores estrategias terapéuticas y sobre todo organizativas para su necesario control. Avanzar en el conocimiento sobre los determinantes de enfermedad en cada individuo nos debería permitir ofrecer soluciones más efectivas y con menos efectos adversos para nuestros pacientes”.
• Implantar las nuevas tecnologías para hacer medicina personalizada: “Los pacientes deben beneficiarse de tratamientos más personalizados y hechos a medida. La adaptación de las intervenciones médicas mejora su eficacia y disminuye la aparición de efectos secundarios, consiguiendo en consecuencia una dinámica más eficiente”.
• Afrontar las enfermedades metabólicas asociadas al envejecimiento: “En una sociedad cada vez más envejecida, los endocrinólogos tenemos que dar respuesta anticipada a enfermedades metabólicas asociadas a la edad para mejorar la calidad de vida y prevenir discapacidades en la vejez”.
• Determinar el papel del endocrinólogo en el manejo multidisciplinar del paciente con enfermedades metabólicas compartido con otras especialidades: “La complejidad de enfermedades tan prevalentes con diversas comorbilidades como la obesidad, por ejemplo, hace necesario compartir el tratamiento del paciente con otras especialidades. Desde la SEEN abogamos por instaurar programas multidisciplinares para dar una mejor respuesta a esta pandemia”.
Alteraciones en la microbiota desde muy temprana edad
En las últimas décadas se ha producido una disbiosis, es decir, una microbiota alterada o una pérdida de la biodiversidad de nuestro intestino, lo que, ahora se sabe, está asociado al desarrollo de enfermedades tan prevalentes como la obesidad, la diabetes mellitus, y otras de tipo inmunológico y también del sistema nervioso central. “Nuestro estilo de vida ha hecho que la microbiota se maltrate por el uso abusivo de antibióticos, la excesiva asepsia y el cambio de alimentación, con mayor abuso de alimentos ricos en grasas”, explica el doctor Francisco Tinahones, jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga y coordinador del área de Lípidos y Riesgo Cardiovascular de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), en el marco del 59 Congreso de dicha organización científica.
En concreto, como moderador de la mesa ‘Microbiota, un órgano escondido dentro de otro órgano’, el experto ha apuntado que una microbiota intestinal saludable y equilibrada es fundamental para asegurar una función digestiva adecuada, ayudando a combatir las agresiones de otros microorganismos, manteniendo la integridad de la mucosa intestinal y contribuyendo a la maduración del sistema inmune. “La microbiota es un mediador que contribuye digiriendo los nutrientes y activando señales que produce el intestino a diferentes órganos. Una función fundamental de estas bacterias es que contribuyen a aislarnos del medio externo para que no entren toxinas en nuestro organismo, haciendo que nuestro intestino sea menos permeable a sustancias tóxicas. Esas sustancias tóxicas -continúa Tinahones- están relacionadas con enfermedades prevalentes en el siglo XXI, se relacionan con enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes, autoinmunes como la artritis reumatoide, esclerosis múltiple o alergias; y con enfermedades neurocognitivas”.
Así también se ha pronunciado la doctora Carmen Collado, investigadora en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA-CSIC), durante su exposición sobre la relevancia de la adecuada colonización microbiana intestinal en la salud infantil y del futuro adulto. “Durante los primeros meses de vida el proceso de colonización microbiana influye en el desarrollo del sistema inmune al mismo tiempo que desempeña un importante papel en la fisiología intestinal, así como también en el metabolismo. Tenemos datos que señalan que alteraciones en la microbiota desde muy temprana edad podrían contribuir, como un efecto más junto con otros factores, de forma importante en el desarrollo de la obesidad y en otras enfermedades prevalentes”.
Cada vez existe mayor evidencia científica sobre la relevancia de la microbiota materna como primer inóculo bacteriano para el neonato. Las bacterias que la madre transfiere a sus hijos tanto a través del parto como durante la lactancia son claves para la adecuada colonización microbiana y el correcto desarrollo y maduración del sistema inmune. Y, al mismo tiempo, existen factores como el tipo de parto, la dieta materna e infantil, uso de antibióticos, así como la genética del individuo que contribuyen de forma decisiva al proceso de colonización intestinal. “Recientes estudios han mostrado que en paralelo a los cambios fisiológicos, inmunológicos y metabólicos que ocurren durante la gestación, se producen cambios en la composición y diversidad microbiana materna. Sabemos que la obesidad y diabetes afectan a la composición y diversidad bacteriana y, además, existe evidencia científica que muestra que un excesivo peso en la madre antes y durante el embarazo, así como en el niño en las primeras etapas de la vida pueden predisponer al individuo al desarrollo del síndrome metabólico, el cual está caracterizado por obesidad, resistencia a la insulina, hipertensión, etc”.
Relevancia del estado de la madre durante el embarazo y la lactancia
Por lo tanto, el estado nutricional y fisiológico de la madre durante el embarazo y la lactancia juega un papel fundamental en la programación de la salud de su descendencia. Y también alteraciones en la microbiota materna podrían ser transmitidas al recién nacido a través del parto y posteriormente durante el período de lactancia, favoreciendo el desarrollo de una microbiota alterada en el neonato y aumentando el riesgo de desarrollar problemas de salud en el futuro. “Por lo tanto, un adecuado ambiente nutricional y microbiano en el entorno materno-infantil es crítico para la promoción de la salud infantil y del futuro adulto”, recalca la experta, especialmente durante los 1.000 días de vida, que se consideran como una “ventana de oportunidad” desde el punto de vista nutricional. “Una adecuada alimentación durante ese período tiene un impacto enorme en la programación metabólica, inmunológica y microbiana afectando a la salud, desarrollo físico e intelectual del niño y del futuro adulto”.
Respecto al tratamiento para restablecer la microbiota, hay mucha línea experimental y de estudios clínicos como la mezcla de probióticos, prebióticos y simbióticos. Pero lo más significativo, apunta el doctor Tinahones, es un cambio en el estilo de vida. “Un patrón de dieta mediterránea modifica la microbiota de forma saludable”. La doctora Collado, por su parte, explica que la línea de trabajo de su equipo está centrada en la relación de las bacterias (microbiota) con la salud humana y, en los últimos años, en la relevancia de las bacterias maternas y el papel de la dieta en el binomio materno-infantil. “Estamos estudiando cómo la dieta materna y también la dieta infantil, en especial la lactancia, influye en el desarrollo de la microbiota y en la maduración del sistema inmune, cuyos efectos son muy importantes en la salud de los niños”.