Redacción Farmacosalud.com
Madrid ha acogido recientemente la XII Jornada del Grupo de Enfermedades Infecciosas (GTEI) de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), cita en la que se han actualizado datos sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS) como la clamidia (provocada por la Chlamydia, de origen bacteriano) y la gonorrea (causada por la bacteria del gonococo o neisseria gonorrhoeae). Si bien estas enfermedades son tratables, existe preocupación por la aparición de resistencias del gonococo a los tratamientos en varias zonas del mundo, y por la posibilidad de que este grave contratiempo sanitario acabe llegando a España.
“La clamidia y el gonococo se tratan con antibióticos, con diferentes pautas y duración de tratamiento en función de la localización y la gravedad del cuadro. Los antibióticos para tratar estas infecciones son muy eficaces; sin embargo, su mal uso por parte de la población general y/o por una prescripción inadecuada pueden hacer que estos microorganismos puedan volverse resistentes a las terapias. Preocupa especialmente la creciente resistencia del gonococo a nivel global, habiéndose descrito ya la existencia de gonococos resistentes a tratamientos orales/inyectables y que precisan de antibióticos intravenosos de uso restringido en el hospital. Afortunadamente eso no ha ocurrido hasta el momento en España, pero existe mucha preocupación y vigilancia al respecto”, destaca la Dra. Eva Orviz García, vocal de ITS del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la SEMI.
Perfil mayoritario de afectado por ITS: joven sexualmente activa/o
De acuerdo con Orviz, el aumento de casos de ITS no es un problema reciente -propio de los últimos meses- sino que lleva manifestándose ya “desde hace dos décadas”. Así, en el documento de Vigilancia epidemiológica de las infecciones de transmisión sexual en España del año 2019 se puede ver un incremento continuo en las tasas de infección, con una tasa de 44,18 por 100.000 habitantes para clamidiasis, 28,88 por 100.000 habitantes para infección gonocócica y un 13,29 por 100.000 habitantes para sífilis (también causada por una bacteria). Este incremento es mayor en hombres -a excepción de la clamidia genital, que es más frecuente en mujeres-, con un aumento especialmente en jóvenes menores de 35 años. Por tanto, el perfil mayoritario de afectados por estas patologías se corresponde con una “mujer u hombre joven sexualmente activa/o, especialmente por debajo de los 35 años”, especifica la experta de la SEMI.
Los síntomas compatibles con infección por clamidia y gonorrea pueden pasar por tener aumento de flujo y alteraciones del flujo vaginal, y secreción uretral, o pueden ser completamente asintomáticas, especialmente en localización extragenital (faríngea y rectal). Los riesgos de no tratar una infección de transmisión sexual a largo plazo pueden llegar a ser graves, pudiendo por ejemplo ocasionar esterilidad en las mujeres o estenosis uretrales en los hombres si no se realiza un tratamiento adecuado. “Asimismo, una infección gonocócica puede diseminarse a la sangre y producir afectación de los ojos, las articulaciones o incluso el sistema nervioso central (meningitis)”, advierte la Dra. Orviz.
Posible transmisión de estas infecciones durante el parto
Así pues, los hombres y las mujeres, en principio, enferman igualmente por estas infecciones, pero las secuelas -especialmente en las mujeres- son muy importantes respecto a la salud reproductiva (como esterilidad en la mujer), “y por la posibilidad de que se produzca una transmisión vertical (de madre a hijo) durante el parto”, añade.
Las infecciones por clamidia y gonococo pueden prevenirse haciendo uso del preservativo en todas las relaciones sexuales. “En muchas ocasiones -avisa la facultativa- se cree que sólo es posible tener una infección de transmisión sexual por tener sexo vaginal o anal no protegido, pero siempre tenemos que tener en cuenta el sexo oral como una vía importante de transmisión de estas y otras infecciones, por lo que debe recomendarse el uso del preservativo en todas las prácticas, incluido el sexo oral”.
Actualizaciones en COVID-19, resistencias bacterianas e infecciones nosocomiales
El encuentro de GTEI-SEMI ha congregado a más de 140 médicos internistas de toda España. Aparte de poner el foco en las ITS, la Jornada ha centrado su atención en las actualizaciones sobre COVID-19, la sintomatología que puede aparecer después de la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, las resistencias bacterianas y las infecciones nosocomiales. Según el coordinador nacional del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la SEMI, el Dr. Antonio Ramos Martínez, “la patología infecciosa es un claro ámbito de interés de la Medicina Interna” y, en ese sentido, hay que estar muy atentos al “perfil de paciente de avanzada edad, crónico, frágil o polimedicado habitual en nuestros servicios, que se descompensa a causa de patología infecciosa”.
Ramos Martínez destaca, asimismo, el “problema que suponen las resistencias bacterianas” y las “infecciones adquiridas en el propio ámbito de la asistencia sanitaria, relacionadas con dispositivos como catéteres o sondas”. Por su parte, el presidente de la Sociedad de Medicina Interna de Madrid-Castilla La Mancha (SOMIMACA), el Dr. Manuel Méndez Bailón, resalta “la importante labor clínica e investigadora de los internistas en la patología infecciosa”, lo que queda ejemplificado en el Registro SEMI-COVID desarrollado durante la pandemia. En esta línea, el presidente de la SEMI, el Dr. Jesús Díez Manglano, agradece la “encomiable labor de los internistas” durante la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, al tiempo que recuerda que “la patología infecciosa es un campo transversal de interés para los médicos y muy especialmente para los internistas”.
“En nuestros servicios suelen ingresar personas con infecciones adquiridas en la comunidad, especialmente la neumonía, infecciones urinarias, infecciones de piel y partes blandas o aquellas del tracto gastrointestinal”, precisa Ramos Martínez. Precisamente, entre los tres diagnósticos más comunes en este ámbito de la Medicina Interna figuran la neumonía, las agudizaciones de EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y las infecciones del tracto urinario. Con respecto al perfil-tipo de paciente aquejado de enfermedad infecciosa que se ve en los Servicios de Medicina Interna, se estaría hablando mayoritariamente de un sujeto de edad avanzada, con patología predisponente para la infección como es la cardiopatía y afectación del tracto urinario, usuario de sonda urinaria, y en menor medida con infecciones oportunistas tras diagnóstico reciente de VIH.
En el transcurso de la reunión se ha puesto de manifiesto que, durante la pandemia, hubo “un incremento en la prescripción inadecuada de antibióticos”, señala el Dr. Ramos Martínez. A este respecto, se hace mención de la importancia de los Programas PROA, puesto que “es muy importante mantener el esfuerzo sobre el uso apropiado de antibióticos. Las resistencias bacterianas son un problema muy relevante y que ocasionalmente puede condicionar que tengamos sólo uno o dos antibióticos para tratar a estos pacientes”, indica.
7 de cada 100 ingresados desarrolla una infección adquirida en el propio hospital
La cita de la SEMI ha servido, asimismo, para reiterar que los individuos no vacunados frente al coronavirus y mayores de 65 años con múltiples comorbilidades tienen mayor riesgo de desarrollar COVID-19 grave, y que las personas inmunosuprimidas presentan un mayor riesgo de hospitalización y muerte, siendo mayor en pacientes con malignidad hematológica, trasplantados pulmonares y cardíacos, y pacientes con terapias de linfocitos. Asimismo, se recalca que ómicron -la variante prevalente del coronavirus SARS-CoV-2 en el momento actual- se caracteriza por su mayor transmisibilidad, mayor escape vacunal y menor duración vacunal, pero con menor severidad clínica.
Otro de los temas abordados en el encuentro científico remite a las infecciones nosocomiales (adquiridas en el transcurso de la asistencia en el medio hospitalario), cuya prevalencia es del 7% en España. Es decir, 7 de cada 100 enfermos ingresados desarrolla una infección adquirida en el propio hospital. Las más frecuentes son las infecciones respiratorias, incluidas las asociadas a ventilación mecánica, e infecciones de la zona quirúrgica y las urinarias, y las asociadas al sondaje vesical y a catéteres venosos. Todos estos cuadros, comenta el Dr. Ramos Martínez, requieren “tratamientos con antibióticos restringidos en muchas ocasiones por presentar resistencias en un número elevado de casos”. Las infecciones nosocomiales con mortalidad más elevada son las neumonías adquiridas mediante ventilación mecánica.