Redacción Farmacosalud.com
El Hospital Clínic de Barcelona ha realizado con éxito el primer trasplante renal en España a un paciente de 90 años. Este objetivo se ha podido realizar gracias a los profesionales del Servicio de Urología dirigidos por el Dr. Antonio Alcaraz y en la Sección de trasplante renal (del Servicio de Nefrología) dirigida por el Dr. Fritz Diekmann. El injerto se llevó a cabo en el mes de agosto y la cirugía fue realizada por la Dra. Mireia Musquera, jefa de sección de trasplante renal del Servicio de Urología.
Desde 2000 a 2021, el Clínic ha llevado a cabo 2.622 injertos renales, 88 de ellos en personas de 75 años o más (82 de donante cadáver y 6 con donante vivo). De esos 88 receptores, 15 tenían 80 años o más. Según datos de la Organización Catalana de Trasplante (OCATT), el porcentaje de injertos de este tipo en sujetos de más de 74 años en Cataluña ha aumentado de un 2,4% a un 10% en los últimos 10 años. Esto evidencia una tendencia al alza del trasplante de riñón en personas mayores y refuerza la idea de que la edad por sí misma no debería ser una contraindicación absoluta para la transferencia del órgano. El injerto de riñón es un procedimiento seguro que ofrece ventajas sobre la supervivencia en diálisis en la mayoría de pacientes. Sin embargo, a edades avanzadas, su riesgo/beneficio debe evaluarse de forma individualizada, dado que pueden derivarse problemas médicos, socioeconómicos y éticos.
“Hoy en día no hay barreras de edad para la donación y el trasplante de riñón”
El paciente, de 90 años, tenía una insuficiencia renal crónica, estaba en programa de hemodiálisis y llevaba 4 años incluido en lista de espera. Al cabo de unas semanas de haberse procedido con la cirugía, el paciente se encuentra bien, en fase de recuperación y con una mejor calidad de vida que antes de la intervención. Actualmente, el seguimiento del postoperatorio de esta persona lo realiza el Dr. Vicenç Torregrosa, nefrólogo del hospital. El Dr. Antonio Alcaraz, jefe del servicio de Urología, sostiene que “la complejidad de realizar un trasplante de estas características es un hecho excepcional que demuestra la gran capacidad humana y técnica que existe en el Clínic con el objetivo de individualizar los tratamientos y mejorar la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia renal crónica”.
El Dr. Fritz Diekmann, jefe de sección de Trasplante renal, tiene muy claro que “hoy en día no hay barreras de edad para la donación y el trasplante de riñón, pues la posibilidad de trasplantar depende mucho más de la edad biológica que de la cronológica. La mejora en la calidad de vida del paciente trasplantado es abismal, a pesar de su avanzada edad”.
Agustí Rovira tiene 90 años y se ha sometido a un trasplante de riñón en el Hospital Clínic de Barcelona. Antes del trasplante tenía una vida muy activa y era un amante de los viajes. Poco a poco, se empezó a notar más cansado y en las revisiones con el equipo de urología le alertaron de que tenía unos pequeños nódulos en el riñón, que de entrada no tenían que provocarle ninguna complicación grave. Sin embargo, a medida que pasaron los años, estos problemas continuaron y empezó a realizar sesiones de diálisis. Estuvo 5 años y 3 meses. Cuando salía de las sesiones de diálisis estaba muy cansado, pero al día siguiente “revivía un poco”, explica.
El paciente: “Afronto la vida sin pensar en la fecha de caducidad. No he perdido la curiosidad”
Cuando ya llevaba un tiempo sometido a diálisis, el equipo de nefrología del Clínic decidió ponerlo en lista de espera. Agustí explica que “nunca perdí la esperanza de que un día pudiera someterme a un trasplante de riñón”. Y el día llegó. La Dra. Mireia Musquera, la uróloga que le operó, le llamó a primera hora de la tarde y le dijo que "había llegado el momento y que ya podría venir hacia el hospital" relata emocionado.
Ahora, Agustí se está acabando de recuperar de la intervención y ya piensa en poder hacer vida normal y si puede, tomar un avión. “Afronto la vida sin pensar en la fecha de caducidad. No he perdido la curiosidad y no me acuesto si tengo una duda histórica, lingüística... No quiero dejar cosas pendientes” sentencia Agustí. “No sabemos si este trasplante me ha alargado la vida, pero ya puedo decir que me ha dado calidad de vida”, concluye.
El trasplante de riñón consiste en implantar un riñón procedente de un donante cadáver o de un donante vivo a una persona que tiene insuficiencia renal crónica avanzada con el fin de reemplazar la función de los riñones enfermos. El objetivo del injerto es restablecer las funciones del riñón como son, entre otras, depurar las toxinas de la sangre, realizar un balance hidroelectrolítico (equilibrio entre la cantidad de agua y minerales), producir la síntesis de diversas hormonas y, así, evitar la realización de diálisis.