Redacción Farmacosalud.com
Coincidiendo con el 8 de mayo, Día Mundial del Cáncer de Ovario, se ha puesto de manifiesto que la innovadora técnica PIPAC puede reducir un tumor en casos de carcinomatosis peritoneal derivada de un cáncer ovárico, asegura en declaraciones a www.farmacosalud.com el doctor Juanjo Torrent, ginecólogo especialista en cirugía oncológica del Hospital El Pilar-Grupo Quirónsalud (Barcelona) y fundador del JTI Surgical Oncology Barcelona. No obstante, el doctor Torrent apela a la prudencia puntualizando que esos buenos resultados entran dentro de la ciencia experimental, sin que por ahora haya evidencia clínica al respecto.
La carcinomatosis peritoneal es un tipo de tumor localizado en la cavidad abdominal. Rara vez se trata de un tumor primario, sino que frecuentemente se observa la fase avanzada (metástasica) de un tumor primario de colon, ovario, gástrico o del propio peritoneo. El efecto de la quimioterapia convencional en este tipo de cánceres es limitado debido a la extensa superficie que ocupan y a la poca vascularización del área afectada. Además, eventualmente los tumores peritoneales recurrentes se vuelven resistentes a los quimioterápicos administrados sistémicamente. Según Torrent, “la carcinomatosis peritoneal es una enfermedad que confiere al paciente un peor pronóstico y calidad de vida que otras localizaciones metastásicas”.
Los nuevos tratamientos propician que la patología sea más conocida
Esta patología no es demasiado mediática, es decir, es poco conocida por la opinión pública. De todos modos, los avances terapéuticos están empezando a cambiar el panorama, tal y como remarca el doctor Torrent: “la carcinomatosis peritoneal empieza a ser más conocida debido a que, en algunos casos, y gracias a tratamientos avanzados, los pacientes consiguen supervivencias largas o incluso curaciones y cada vez se habla más de ello. Antes de la aparición de estos tratamientos, la mayoría de los pacientes fallecían a los 6 meses-1 año”.
El 75% de las pacientes con cáncer de ovario desarrollarán carcinomatosis peritoneal durante el proceso de la enfermedad. El porcentaje en cáncer de colon es de entre el 20 y el 35% y, en cáncer gástrico, la incidencia alcanza el 20%. En el caso concreto del tumor ovárico, la alta incidencia de extensión a la cavidad peritoneal (75% de los casos) se explica por el hecho de que los ovarios no están revestidos de peritoneo, que actúa como capa protectora. lo que comporta que las células cancerígenas puedan diseminarse fácilmente dentro de la cavidad abdominal, desarrollándose una carcinomatosis peritoneal. “Los síntomas que provoca el cáncer de ovario en sus estadios iniciales son muy inespecíficos. Esto, unido a que no hay un método de detección precoz del cáncer de ovario, hace que la mayoría de los casos se diagnostiquen en estadios avanzados (estadios III o IV, lo que equivale a una carcinomatosis peritoneal)”, explica el facultativo.
La cirugía de citoreducción + HIPEC mejora la supervivencia en más de un año
“La cirugía de citoreducción más la aplicación de quimioterapia hipertérmica intraperitoneal intraoperatoria (en sus siglas en inglés HIPEC) es la mejor opción terapéutica con finalidad curativa” para la carcinomatosis peritoneal, señala el doctor a través de un comunicado del Hospital El Pilar-Grupo Quirónsalud. Este tratamiento consiste en extirpar el tumor y los implantes tumorales intraabdominales mediante cirugía y, tras ello, aplicar de forma localizada en la cavidad abdominal una dosis de quimioterapia a alta temperatura (42º C). El 40% de los pacientes sometidos a este tratamiento sobreviven a los 5 años y el 85% mejoran su calidad de vida y la supervivencia media.
“Recientemente se ha publicado un estudio en la revista ‘New England Journal of Medicine’ que confirma que esta opción mejora la supervivencia en más de un año”, destaca. “Esta evidencia científica está cambiando el tratamiento de la carcinomatosis peritoneal en Europa, así que es importante contar con cirujanos con experiencia y, por supuesto, con una formación muy especializada”, apunta el experto. A lo que añade: “La cirugía de citoreducción más HIPEC es la mejor estrategia en cáncer de ovario en aquellos casos en los que hemos de iniciar el tratamiento con quimioterapia (llamada neoadyuvante) debido a que, de entrada, el tumor es irresecable. También se puede aplicar en aquellas pacientes que presentan una recaída del cáncer”. La cirugía de citoreducción más HIPEC se acostumbra a administrar en pacientes de menos de 75 años.
PIPAC: para casos no operables y cuando se ha agotado la opción de ‘quimio’ convencional
En casos no operables de carcinomatosis peritoneal, la opción del especialista del Hospital El Pilar es la novedosa técnica PIPAC, o quimioterapia intraperitoneal con aerosoles presurizados. Se trata de una técnica laparoscópica a través de la cual se introducen fármacos quimioterápicos en la cavidad abdominal en forma vaporizada. El aumento de presión propio de la laparoscopia permite una mejor distribución y penetrabilidad de los fármacos en los nódulos tumorales. El doctor Torrent, que es el primer cirujano que aplica este procedimiento experimental en España, afirma que “la PIPAC es una nueva opción para pacientes no operables" y en aquellos casos en que "se han agotado todos los tratamientos de quimioterapia endovenosa convencional”.
Según el especialista, los resultados de la innovadora técnica “por el momento son muy prometedores en algunos tipos de carcinomatosis peritoneal, como por ejemplo en el cáncer de ovario, pero debemos esperar a los resultados de los ensayos clínicos que se están haciendo para tener una evidencia científica propiamente dicha”.
Con PIPAC, se reducen los efectos secundarios respecto a la ‘quimio’ convencional
La PIPAC es, por ahora, una técnica paliativa. De todos modos, “en algunos casos” asociados a un cáncer de ovario, “y tras varios ciclos de PIPAC, se ha visto una reducción del volumen tumoral, haciendo posible una cirugía de citoreducción”, apunta. La PIPAC presenta también otras ventajas: por un lado, mejora la calidad de vida de las pacientes respecto a su sintomatología (hay personas sometidas a varias sesiones que llevan una vida normal), y por otro, reduce “los efectos secundarios respecto a la quimioterapia convencional endovenosa”, indica el doctor Torrent.
Para algunas pacientes, la aplicación de PIPAC supone tener molestias abdominales leves o moderadas, si bien la mayoría de estas mujeres suelen ser dadas de alta en 24-48 horas. El nuevo procedimiento está contraindicado en aquellas enfermas que presentan una oclusión intestinal, un estado general muy deteriorado o en aquellas que han presentado una progresión de la enfermedad tras un ciclo previo de PIPAC.
‘Romper el silencio’
El cáncer de ovario es la primera causa de muerte por cáncer ginecológico en los países desarrollados y la cuarta causa de muerte por cáncer en mujeres. De hecho, una de cada 75 mujeres en el mundo será diagnosticada de esta afección a lo largo de su vida. De las diagnosticadas, 7 de cada 10 sufrirán una recaída al cabo de dos años de iniciar el tratamiento. A este cáncer se le conoce como asesino silencioso, ya que la falta de una sintomatología clara provoca que habitualmente se detecte en fases avanzadas, informa el Hospital del Mar (Barcelona).
Por ello, este 8 de mayo se llevan a cabo actos informativos en toda España en torno al tumor ovárico y se pone en marcha la campaña #rompamoselsilencio, con el fin de hablar y hacer visible la necesidad de conocer los síntomas de la patología, para poder así favorecer su diagnóstico precoz y reducir su gran tasa de mortalidad.
Biopsia líquida para personalizar el tratamiento
Finalmente, el Hospital del Mar, a través de la Unidad Funcional Multidisciplinaria de Tumores Ginecológicos, pondrá en marcha un proyecto de investigación para analizar la viabilidad de utilizar la biopsia líquida en el tratamiento y monitorización de las pacientes con tumor ovárico. Durante los próximos 3 años, el equipo, en colaboración con el Laboratorio de Biología Molecular del Servicio de Anatomía Patológica, liderado por la Dra. Beatriz Bellosillo, estudiará si esta técnica es útil para la detección y tratamiento precoz de recaídas, lo cual podría tener un claro efecto en la supervivencia de las pacientes.
El Hospital del Mar es pionero en la utilización de la biopsia líquida en el diagnóstico y decisión de tratamiento en otros tipos de tumores, como los de colon y recto, de pulmón, de mama y tumores genitourinarios. Pero todavía no se ha explorado su posible utilización en los tumores de ovario. Esta técnica permite, con un simple análisis de sangre, detectar en el plasma sanguíneo ADN tumoral y, a través de sus niveles y tipos de mutaciones, predecir la respuesta de los pacientes a los diferentes tipos de tratamiento. Tal posibilidad de predicción constituye un factor de especial relevancia en el cáncer de ovario, dado que -tal y como se ha apuntado anteriormente- el 70% de las pacientes que padecen la enfermedad recaen dos años después de haber iniciado el tratamiento.