Redacción Farmacosalud.com
Sin existir un perfil claro para los pacientes con lumbalgia, habitualmente esta alteración afecta más a las mujeres que a los hombres y a las personas con sobrepeso y de edad avanzada. Al tratarse de un tipo de dolor condicionado por factores ergonómicos y físicos, los profesionales insisten en su importancia de la prevención: “Una dieta saludable, el ejercicio físico, evitar posturas inadecuadas o ejercitar la musculatura de la zona son elementos clave para evitar que se produzca un lumbalgia”, comenta el doctor Javier Vidal, responsable de la Unidad de Dolor Reumático del Hospital Universitario de Guadalajara y vocal de la Sociedad Española del Dolor (SED). “Aproximadamente el 8% de la población española sufre lumbalgia crónica”, asegura Vidal. En torno a un 60% de los casos referidos a las Unidades de Dolor (UD) están relacionados con el dolor lumbar de distintas etiologías. En la mitad de los casos se acompaña de componente neuropático de origen radicular.
“El dolor lumbar (que afecta a un área comprendida entre la última costilla y los glúteos) puede llegar a cronificarse si, tras dos o tres meses de tratamiento, no se produce una mejora sustancial”, afirma el experto. Su incidencia está directamente relacionada con algunos factores etiológicos, como el trabajo físico intenso, movimientos frecuentes y bruscos de la columna lumbar o ciertos factores psicológicos. En este sentido, el doctor Vidal explica que “normalmente no hay una única lesión específica que sea la causa de la lumbalgia, sino que suele ser la asociación de distintos elementos”, de acuerdo con fuentes de la SED.
Notable prevalencia del dolor miofascial
Por otra parte, el dolor miofascial presenta una elevada incidencia en la población. Tal y como explica el doctor Daniel Samper Bernal, anestesiólogo y director de la Clínica del Dolor del Hospital Germans Trias i Pujol, de Badalona (Barcelona), “el 30% de los pacientes que acuden a las consultas de Atención Primaria por dolor lo refieren”. Se localiza en un músculo o en un grupo muscular y sus causas más frecuente son los traumatismos, sobrecargas posturales, falta de ejercicio físico o alteraciones crónicas de la columna. Por ello, este especialista destaca que la prevención como una parte muy importante del abordaje de esta patología. “Además del tratamiento farmacológico, las técnicas de rehabilitación y la fisioterapia, es clave para la recuperación corregir malas posturas, dormir más horas y hacer ejercicio”, añade el doctor.
A pesar de esto, el profesional apunta que “hay casos en los que son necesarias ciertas técnicas intervencioncitas. Por eso, las nuevas líneas de investigación están dirigidas, principalmente, al uso de procedimientos mínimamente invasivas como la punción seca, la inyección en los nódulos dolorosos o el uso de anestésicos locales y toxina botulínica”, comenta el doctor Samper.