Redacción Farmacosalud.com
GSK y Vir Biotechnology han anunciado que el Comité de Medicamentos para Uso Humano (CHMP, por sus siglas en inglés) de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) ha emitido una opinión científica positiva de sotrovimab tras su revisión por parte del CHMP en conformidad con el Artículo 5.3 del Reglamento 726/2004. El dictamen se refiere al uso de sotrovimab para el tratamiento de pacientes adultos y adolescentes (de 12 años o más y con un peso mínimo de 40 kg) con COVID-19 leve o moderada con alto riesgo de progresión a hospitalización o muerte. Las autoridades nacionales de los estados miembros de la Unión Europea pueden ahora considerar el dictamen del CHMP con arreglo al artículo 5, apartado 3, para tomar decisiones basadas en evidencias sobre el uso temprano del medicamento antes de la autorización de comercialización.
El CHMP ha emitido su opinión tras una revisión de datos que incluía un análisis intermedio de eficacia y seguridad de los datos del estudio de fase III COMET-ICE COVID-19 Monoclonal antibody Efficacy Trial - Intent to Care Early), que evaluó sotrovimab como monoterapia para el tratamiento en fases tempranas de la COVID-19 en adultos con alto riesgo de hospitalización. Los resultados del análisis intermedio, basados en datos de 583 pacientes que han participado en el ensayo, han demostrado una reducción del 85% (p = 0,002) en la hospitalización o muerte en pacientes que recibieron sotrovimab como monoterapia en comparación con placebo, el criterio de valoración principal del ensayo.
Como resultado de estos datos, un Comité Independiente de Monitorización de Datos (IDMC por sus siglas en inglés) recomendó que el ensayo detuviera la incorporación de más pacientes debido a la evidencia de una gran eficacia. La revisión del CHMP también consideró datos sobre la calidad y seguridad del medicamento.
Sotrovimab (anteriormente VIR-7831), un anticuerpo monoclonal
El CHMP también estudió los datos de varios estudios in vitro que demostraron que sotrovimab mantiene la actividad frente a múltiples variantes circulantes de especial interés, incluidas las de Brasil (P.1), California (B.1.427 / B.1.429), Sudáfrica (B. 1.351) y Reino Unido (B.1.1.7), basado en datos de ensayos in vitro con virus vivos y virus pseudotipados. BioRxiv también publicó recientemente datos in vitro adicionales que demuestran actividad frente a las variantes de Nueva York (B.1.526) e India (B.1.617). Aún no se conoce el impacto clínico de estas variantes. Sotrovimab se une a un epítopo altamente conservado de la proteína spyke del SARS-CoV-2 que es menos probable que mute con el tiempo. La recopilación y el análisis de datos aún están en curso.
Sotrovimab (administrado por vía intravenosa y se prevé también hacerlo en otros ensayos por vía intramuscular) es un anticuerpo monoclonal en investigación de doble acción frente al SARS-CoV-2. Los datos preclínicos sugieren que tiene el potencial de bloquear la entrada del virus en las células sanas y que puede tener una mayor capacidad para eliminar las células infectadas. El anticuerpo se une a un epítopo del SARS-CoV-2 que también está presente en el SARS-CoV-1 (el virus que causa el SARS), lo que indica que el epítopo se mantiene de forma prolongada y esto puede dificultar más el desarrollo de resistencia. Sotrovimab, que incorpora la tecnología Xtend ™ de Xencor, también ha sido diseñado para que su concentración en los pulmones sea alta con el fin de que su penetración en los tejidos de las vías respiratorias afectados por el SARS-CoV-2 sea óptima y para que tenga una semivida prolongada.
Identificadas células inmunitarias de memoria en sangre y en pulmones
Por otro lado, un estudio liderado por el grupo de investigación en Enfermedades Infecciosas del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR, en Barcelona) ha analizado las diferencias en la respuesta inmunitaria celular durante la infección por SARS-CoV-2 en función de la gravedad de los enfermos. Los investigadores han encontrado, por primera vez para este virus, que en los pulmones de las personas que han pasado la infección quedan células T de memoria residentes de larga duración que permitirían luchar contra una posible reinfección. Los resultados se han publicado en la revista ‘Nature Communications’.
En la fase aguda de la infección, los investigadores identificaron patrones en la respuesta de los linfocitos T en sangre que se asocian con la evolución clínica de los pacientes. En concreto, los sujetos hospitalizados tenían niveles más altos de las citosinas IFNg e IL-4, mientras que aquellos con síntomas más leves tenían más IL-10. “La IL-10 es una citocina que podría tener un papel importante para controlar la inflamación. Si va acompañada de una respuesta antiviral, la IL-10 crea un ambiente que favorece que se resuelva la infección sin promover una inflamación exagerada, que se asocia a la gravedad de la COVID-19”, razona la Dra. Meritxell Genescà, investigadora principal del grupo de investigación en Enfermedades Infecciosas del VHIR.
Los pacientes más graves, además, tienen menos linfocitos T, ya que muchas de estas células mueren por la sobreestimulación que provoca la gran inflamación que se genera. Esta muerte se produce sobre todo en las células que producen la IL-10, lo cual empeora la situación de la persona.