Redacción Farmacosalud.com
Recientemente se ha presentado en España el primer tratamiento farmacológico de dosis única para la tracción vitreomacular (TVM), la ocriplasmina. También se ha puesto de relieve la nueva herramienta para el diagnóstico de esta patología, como es la tomografía de coherencia óptica (OCT), ha informado la compañía Novartis. La TVM es una dolencia ocular progresiva y relacionada con la edad que, de no tratarse, puede provocar distorsión visual, pérdida de agudeza visual y ceguera central. Con los años, el vítreo se licua y se desprende de la retina, específicamente de la mácula. El desprendimiento parcial del humor vítreo puede dejar zonas de adherencia focal entre esta estructura y la retina. Si dicha adherencia afecta al área macular puede producir deformación de las imágenes, desprendimiento de retina y formación de quistes en la mácula, que provocarán una disminución de visión al paciente. “La tracción vitreomacular son estas zonas de adherencia entre la retina y el humor vítreo que provocan cambios en la retina”, ha señalado el profesor José García Arumí, catedrático de Oftalmología de la Universitat Autònoma de Barcelona y jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitari de la Vall d'Hebron (Barcelona).
Según el mismo doctor, “el diagnóstico de la tracción vitreomacular es complejo, pero nuevas herramientas como la tomografía de coherencia óptica (OCT) permiten analizar de forma exacta las adherencias y tracciones”. Y es que un adecuado diagnóstico y clasificación de la tracción vitreomacular y el agujero macular resulta fundamental para mejorar y optimizar los resultados de los tratamientos. En este sentido, un panel de expertos en la patología de la interfase vitreorretiniana (International Vitreomacular Traction Study Group, IVTS) ha desarrollado un sistema de clasificación de las enfermedades de la interfase vitreomacular. “La nueva clasificación nos indica qué pacientes son tributarios de tratamiento con fármacos intravítreos (ocriplasmina) y que posibilidades de éxito tendremos si los tratamos con inyección intraocular, y qué pacientes son tributarios de vitrectomía”, ha señalado García Arumí.
La TVM puede ser reversible con la inyección intravítrea
Hasta la fecha, la única opción terapéutica para la TVM era la intervención quirúrgica o la ‘observación’ asociada al progresivo deterioro de la visión que puede derivar en ceguera central. Pero recientemente se ha presentado en España el primer tratamiento farmacológico de dosis única para este síntoma, la ocriplasmina. “Este nuevo fármaco, administrado en los casos seleccionados como en agujeros maculares de pequeño tamaño o en tracciones vitreomaculares focales, puede separar la adherencia entre la retina y la hialoides, liberando la tracción que estaba dañando la retina, y mejorar así la visión del paciente sin tener que recurrir a la cirugía”, ha indicado el profesor. Por último, se ha destacado la utilidad del nuevo tratamiento en los estadíos iniciales de la TVM. En palabras del oftalmólogo, “en estos casos la tracción vitreomacular puede ser reversible con la inyección intravítrea. Si no se realiza el tratamiento de forma precoz, la tracción vitreomacular puede evolucionar hacia la formación de un agujero macular con la consiguiente disminución de visión, y en estos casos se requiere un tratamiento quirúrgico”.
Avances en corrección del astigmatismo durante la cirugía de catarata
Por otro lado, los expertos destacan los grandes avances tecnológicos en la corrección del astigmatismo durante la cirugía de la catarata. Para el Dr. José Ángel Cristóbal, jefe de Servicio de Oftalmología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), “gracias a las últimas técnicas podemos alcanzar la emetropía en estas intervenciones. Sin embargo, este éxito varía cuando además es necesario corregir el astigmatismo. Por lo tanto, el conocimiento de las técnicas de corrección y control intraoperatorio son fundamentales”. “Defectos astigmáticos superiores a una dioptría reducen la agudeza visual si no son corregidos”, ha señalado el Dr. Miguel Ángel Gil, oftalmólogo del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), quien ha añadido que “corregir este defecto refractivo durante la cirugía de catarata resulta primordial sobre todo en los pacientes a los que se les implanta lentes multifocales, o bien cuando el objetivo es la emetropía. En este último caso, las lentes monofocales tóricas o multifocales tóricas son una opción de gran ayuda para conseguir la independencia de gafas para visión lejana y visión próxima respectivamente”.
En este sentido, los expertos han destacado los grandes avances tecnológicos en el campo de la cirugía de cristalino. Entre ellas, la cirugía de cataratas es una de las intervenciones quirúrgicas más comunes con casi 22 millones de cirugías de catarata al año a nivel mundial. “Las tecnologías han mejorado notablemente. La mayor fiabilidad de los métodos de cálculo de las lentes intraoculares, los nuevos diseños de lentes multifocales-tóricas y la constante evolución de la tecnología de los aparatos de facoemulsificación hacen que el procedimiento quirúrgico sea más seguro, y nos permiten mejorar nuestros resultados. La corrección de la presbicia con lentes multifocales y del astigmatismo con lentes tóricas, proporcionan la independencia de gafas en la mayoría de los pacientes”.
En astigmatismos mayores de una dioptría, lentes intraoculares tóricas
Además, el Dr. Gil ha explicado que “los astigmatismos bajos podemos corregirlos con técnicas incisionales, pero en astigmatismos mayores de una dioptría, las lentes intraoculares tóricas son una mejor opción: por no incrementar las aberraciones ópticas corneales, especialmente en corneas con alteraciones de la superficie ocular o con alteración de la biomecánica, así como por la sencillez y reversibilidad de la técnica, además de proporcionar una mayor predictibilidad y estabilidad del resultado refractivo”. Asimisno, se han resaltado las nuevas técnicas que facilitan la colocación de estas lentes intraoculares durante la cirugía: “Los aparatos que nos permiten el control de la orientación de las lentes y la medición de la refracción intraoperatoria resultan fundamentales para los especialistas”, ha concluido el Dr. Cristóbal.