Redacción Farmacosalud.com
Los primeros grupos poblacionales en vacunarse frente al COVID-19 están siendo los ancianos ingresados en residencias y, por otro lado, los trabajadores sanitarios, todos ellos en situación de alto riesgo de contagio por coronavirus y de sufrir las peores consecuencias en caso de desarrollar la enfermedad. Con todo, no puede olvidarse que la convivencia en instituciones cerradas pero con ciertas entradas y salidas como las prisiones (visitas a internos, permisos para salir al exterior, idas y venidas de funcionarios cuando empiezan y acaban los turnos de trabajo, etc.) se convierte también en un foco de alto riesgo de transmisión del SARS-CoV-2, involucrando tanto a trabajadores como a reclusos.
Sea como fuere, indica Paco Llamazares, presidente del sindicato Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), en estos centros por ahora no hay implantado un protocolo de vacunación antiCOVID: “Y eso a pesar de estar englobados en el grupo de riesgo (los trabajadores penitenciarios estamos declarados como servicio esencial, lo mismo que los compañeros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado)”.
“Este es un tema que preocupa a todo el personal que trabajamos en los centros penitenciarios, dado que de momento no se ha establecido un criterio de vacunación de los funcionarios y personal laboral en los centros penitenciarios dependientes de la SGIIPP (Secretaría General de Instituciones Penitenciarias), si bien quienes tienen competencias en esta materia son las Comunidades Autónomas y las Delegaciones de Gobierno y Subdelegaciones. A día de hoy, no se ha establecido ningún criterio, ni se ha convocado a los responsables del ámbito penitenciario ni a los representantes de los trabajadores, para perfilar y establecer una estrategia, procedimientos y plazos de vacunación para trabajadores penitenciarios y población reclusa”, asegura Llamazares.
Repunte progresivo de casos positivos
Según el presidente de APFP, poco a poco y semana tras semana se va observando un ligero repunte significativo en el número de funcionarios/as y personal laboral que dan positivo por COVID-19 en comparación con los meses anteriores, en los que había una menor incidencia e incluso un estancamiento en el número de casos positivos. En lo relativo a los internos, evidentemente se aprecia también un aumento en el número de contagios, “provocados principalmente por los contactos en las salidas correspondientes a permisos durante el periodo de las fiestas navideñas. En próximas semanas veremos el impacto global entre la población reclusa que ha tenido el cumplimiento de dichos permisos”, apunta.
Asimismo, hay que tener en cuenta “el aumento de positivos por los contactos en los vis a vis", y, fundamentalmente, "por una tercera vía, que son las conducciones que se han hecho entre centros… Y es que, a pesar de establecerse cuarentenas, no se han tomado las medidas necesarias, ni adecuadas ni suficientes en las conducciones y traslados”, afirma tajante Llamazares.
¿Qué medidas preventivas hay previstas para los vis a vis íntimos?
De acuerdo con el representante del sindicato, actualmente para los vis a vis íntimos (contactos sexuales de los internos con sus parejas), visitas convencionales de familiares, etc. no se ha implantado ningún tipo de control nuevo o diferente con respecto a las medidas seguidas durante la primera oleada del COVID-19: “continúa sin tomarse la temperatura a ningún funcionario tanto a la entrada como a la salida del trabajo; continuamos con la entrega de una mascarilla diaria para el personal que trabaja en turno de 8 horas, mientras que para los funcionarios que trabajan a turnos se entrega una mascarilla para los compañeros de vigilancia interior que hacen las tandas de mañana y tarde seguidas, y una mascarilla para los que hacen 24 horas seguidas”.
“Los vis a vis se siguen realizando por turnos -especifica-, en los cuales un turno se establece en los locutorios pares, y el siguiente en los impares, es decir, el 50% de los locutorios en cada tanda. Se han cortado los vis a vis desde septiembre hasta diciembre, volviéndose a abrir de nuevo, pero se volverán a cerrar si continúa el incremento de los casos positivos por COVID-19 entre la población reclusa”.
“En la mayoría de los centros no funcionan los termómetros o están deteriorados”
En cuanto a las medidas anticontagio previstas en los contactos sexuales de los internos con sus parejas, quienes acuden a este tipo de comunicaciones íntimas “deben de firmar un documento donde se comprometen a no quitarse las mascarillas. A las personas que acuden a comunicar se les toma la temperatura, si bien en la mayoría de los centros no funcionan los termómetros o están deteriorados, no reflejando correctamente la temperatura de aquellos que acuden a los vis a vis íntimos”, revela Llamazares.
Con respecto a las visitas tipo vis a vis familiar, el procedimiento es el mismo: se toma la temperatura y es obligatorio el uso de mascarilla, “permitiendo comunicar a un máximo de dos personas por interno”, precisa el portavoz.
Hace 9 meses, Llamazares comentaba que la lucha contra el coronavirus en las prisiones españoles podría ser mucho más efectiva si se dispusiera de un mayor contingente de profesionales sanitarios. Aun así, y a pesar del tiempo transcurrido, señala el presidente de APFP, “continuamos con el gravísimo problema de falta de personal funcionario, afectando igualmente esta falta de personal al Cuerpo Facultativo en los centros penitenciarios, sin que la SGIIP haya tomado medidas para que todas las plazas vacantes estén cubiertas”.