Redacción Farmacosalud.com
Según indica en un comunicado la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP), la escasez de profesionales sanitarios en las prisiones españolas durante los largos períodos festivos comporta que el sistema de reparto de fármacos ponga en peligro la salud de los internos que necesitan medicarse, ya que éstos reciben, en una sola entrega, medicación para todos esos días con el fin de que se la vayan tomando cuando corresponde, lo que supone que el recluso tenga, de repente, ‘un montón de medicación sin control’. Esto genera, por supuesto, riesgos de sobredosis. “Las estadísticas están ahí: en los puentes y fines de semana un poco largos -sin llegar a ser puentes-, estadísticamente se producen más muertes en los centros penitenciarios, en algunos casos por consumo de drogas, pero en otros por ingesta de medicación, sobre todo por medicación, por tener los internos en su poder una cantidad de fármacos que deberían ser capaces de administrar, pero a veces no ocurre así”, asegura Paco Llamazares, presidente del sindicato APFP.
Sin ir más lejos, en este pasado puente de la Constitución se registraron en las prisiones españolas 6 defunciones que, a la espera los resultados de las autopsias, podrían tener su origen en una sobredosis farmacológica involuntaria (es decir, no serían suicidios).
Partiendo de esta base, el panorama previsto para los próximos días es, a ojos de Llamazares, más que preocupante: el miércoles 25 es Navidad, el 24 es Nochebuena -para muchos la jornada laboral acaba al mediodía- y el lunes puede que algunos trabajadores hagan puente. Son, por lo tanto, tres posibles días festivos consecutivos. Por si esto fuera poco, el 4 de enero es sábado, el 5 es domingo y el 6, festividad de Reyes, es lunes: otro largo fin de semana. “A día de hoy, todo está igual” y nada hace presagiar que aumente la presencia de personal sanitario en esos períodos festivos, advierte el presidente de APFP.
Siempre hay personal sanitario de guardia, pero no para repartir fármacos
Este representante sindical quiere dejar muy claro que durante los puentes o largos fines de semana siempre hay personal sanitario (médicos, Enfermería, auxiliares) para atender las urgencias (curas, lesiones, etc), pero no para ocuparse del reparto de medicación módulo por módulo, como sí ocurre de lunes a viernes, cuando los profesionales pueden atender sin problemas las tres tomas que son habituales en un régimen farmacológico convencional -mañana, mediodía y noche-. “Si estás en Enfermería no estás repartiendo la medicación, eso es matemático. Muchos centros dicen: ‘que salgan los internos de cada módulo y vayan a Enfermería’. Pero es que, aunque lo hagan, la Enfermería es un centro neurálgico que constantemente está recibiendo internos (que si un dolor de muelas, que si alguien se ha lesionado por una caída, etc), y, si están cubriendo eso, no pueden paralizarse para dar medicamentos a cada usuario”, señala.
De acuerdo con APFP, esa ‘medicación sin control’ puede acabar en manos de personas potencialmente conflictivas, muchas de ellas con patologías psiquiátricas. A partir de ahí se producen conflictos, ‘ventas’ y robos de medicamentos, con lo que los reclusos que no toman aquellas medicinas que precisan se alteran y acaban agrediendo en muchos casos a los funcionarios. En otros casos, los internos sufren sobredosis -algunas de ellas letales- por ingesta masiva de fármacos.
Para el sindicato, esas muertes podrían evitarse o al menos disminuir en número si se completaran las relaciones de puestos de trabajo en los centros penitenciarios. ‘Hay más de 3.000 plazas sin cubrir que afectan a todas las áreas laborales, si bien la falta de médicos y personal sanitario es una realidad y un grave problema’, se lee en su comunicado. Lógicamente, incrementar la presencia de profesionales de la salud durante los puentes o largos períodos festivos se erige como la gran solución para cubrir con garantías el reparto y el control de la medicación, acciones que sin lugar a dudas contribuirían a evitar, o al menos minimizar en grado sumo, el riesgo de sobredosis entre los reclusos.
Según Llamazares, en la inmensa mayoría de los centros los controles y el reparto de medicación para las personas con enfermedades psiquiátricas sí es más riguroso y exhaustivo en períodos festivos. Pero hay que tener en cuenta que esos internos están repartidos por varios módulos, con lo que el problema del tráfico y el abuso de fármacos también les puede implicar a ellos por estar en contacto con reclusos sin patologías mentales que quieran sacar provecho de la acumulación momentánea de medicamentos. “En la cárcel todo tiene un valor… hasta una aspirina tiene un valor porque no te la dan en Enfermería así por las buenas. Unos internos se automedican, mientras que otros compran o se intercambian fármacos”, explica Llamazares.
La SEFH habla de ‘nefasta gestión farmacoterapéutica’
Por su parte, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) considera que los fallecimientos del pasado puente de la Constitución en las prisiones españolas obedecen a una ‘nefasta gestión farmacoterapéutica’. A través de un comunicado, la SEFH argumenta que ‘la situación actual es la consecuencia trágica de una política basada en la ausencia de farmacéuticos especialistas en la mayoría de los centros penitenciarios en los que se manejan de forma habitual medicamentos de alto riesgo y que requieren un estricto control para su dispensación y seguimiento terapéutico. Esta situación vulnera, por otra parte, la legislación en materia de ordenación farmacéutica y gestión del medicamento por parte de Instituciones Penitenciarias y supone un agravio para las personas institucionalizadas’.
‘La abdicación de funciones y la inacción de las autoridades sanitarias encargadas de inspeccionar y exigir el cumplimiento de la Ley en materia sanitaria y de ordenación farmacéutica, han traído como consecuencia un aumento exponencial de fallecimientos por ingesta no controlada de medicamentos en las prisiones españolas, especialmente en los fines de semana y puentes, cuando los servicios de farmacia son cerrados por ausencia de facultativos, a los que hay que añadir el alarmante aumento de muertes por reacciones adversas a psicofármacos en algunas CCAA en los últimos meses’, sostienen desde la SEFH.
‘Debemos recordar que entre las funciones del servicio de farmacia (también en el ámbito penitenciario) están garantizar y asumir la responsabilidad técnica de la adquisición, calidad, correcta conservación, cobertura de las necesidades, custodia y dispensación de los medicamentos precisos en el centro. Igualmente son los responsables legales de establecer un sistema eficaz y seguro de distribución de medicamentos, tomar las medidas para garantizar su correcta administración y velar por el cumplimiento de la legislación sobre medicamentos de sustancias psicoactivas o de cualquier otro medicamento que requiera un control especial’, se destaca en la nota de prensa.
‘Por lo tanto, sin la existencia de servicios de farmacia que cumplan todos los requisitos legales, que cuenten con la presencia efectiva y actuación profesional de los farmacéuticos especialistas que sean necesarios para su buen funcionamiento se hace imposible atender y gestionar de forma eficaz la farmacia penitenciaria. La SEFH considera que, ante la dramática situación de la farmacia penitenciaria, es necesario y urgente poner en marcha de forma efectiva el proceso de transferencias de la sanidad penitenciaria a los servicios autonómicos de salud, integrando así dicho ámbito asistencial. Igualmente, la SEFH considera que la inspección farmacéutica de cada una de las Comunidades Autónomas debe actuar de forma inmediata para terminar con la situación actual de incumplimiento legal por parte del Ministerio del Interior’, concluye el comunicado.