Redacción Farmacosalud.com
La Dra. Carola Giménez-Esparza Vich ha sido elegida presidenta de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), y, en virtud de su nuevo cargo, se ha marcado como prioridad “conseguir la integración y el liderazgo de los médicos intensivistas en todo el circuito de atención al paciente crítico o semicrítico”. A juicio de la Dra. Giménez-Esparza, también es el momento de potenciar las denominadas UCIs (Unidades de Cuidados Intensivos) de Resucitación “y de hacer ver a los gestores sanitarios que estas unidades, por su alta rotación de enfermos, su dinamismo y su capacidad de adaptación a las necesidades de cada hospital, permiten optimizar los recursos hospitalarios, mejorar el trabajo en equipo y disminuir la mortalidad de los pacientes graves”.
Otro de los retos de la nueva presidenta de SEMICYUC pasa por reducir la brecha de género y fomentar la equidad entre los profesionales de la Medicina Intensiva, por ejemplo mediante la elaboración de “recomendaciones que faciliten la conciliación familiar y la adecuación de puestos de trabajo durante el embarazo y la lactancia”.
-¿Cuál es la prioridad más urgente que, como nueva presidenta de SEMICYUC, quiere abordar?
La prioridad más urgente es conseguir la integración y el liderazgo de los médicos intensivistas en todo el circuito de atención al paciente crítico o semicrítico. Este circuito comienza a nivel extrahospitalario con los servicios de emergencias, continúa a nivel hospitalario con las unidades de resucitación integradas en las urgencias hospitalarias, las unidades de shock, los equipos de respuesta rápida, los equipos PROA (Programas de Optimización de uso de Antimicrobianos), las unidades de cuidados intermedios o semicríticos, los propios servicios de Medicina Intensiva y los servicios extendidos de cuidados intensivos. Este circuito se cierra con las consultas de seguimiento postcuidados intensivos, una vez que el paciente ha sido dado de alta a su domicilio.
Todo ello para lograr un abordaje integral y multidisciplinar del enfermo crítico -en colaboración con otras especialidades médicas- que fomente el trabajo en equipo, y con un liderazgo importante del médico intensivista, que es el profesional para este tipo de pacientes. Evidentemente, la consecución de este modelo asistencial requiere dimensionar bien los servicios de Medicina Intensiva, reuniendo a los profesionales necesarios para poder llevar a cabo esa amplia cartera de servicios.
-Los servicios de Medicina Intensiva han sido uno de los grandes protagonistas de la pandemia de COVID-19. ¿Realmente hemos aprendido algo de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus SARS-CoV-2?
Fundamentalmente, hemos aprendido que los servicios de Medicina Intensiva son esenciales para el buen funcionamiento del sistema sanitario, ya que son el último eslabón de la cadena asistencial, del cuidado del paciente grave. Por ello, deben estar adecuadamente dotados y dimensionados, tanto en número de camas como en tecnología y monitorización y personal especializado en Medicina Intensiva, con el fin de poder dar una respuesta rápida, segura y eficaz ante cualquier situación de emergencia. Y no me refiero solamente ante una pandemia como fue la del SARS-CoV-2, sino en el día a día, para conseguir que el paciente crítico o semicrítico reciba una atención de calidad en un servicio especializado, dotado de tecnología innovadora y con personal experto.
-Nos decía hace unos días el Dr. Mario Chico, responsable del Registro RETRAUCI de SEMICYUC, que las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos) de Resucitación ‘no son un modelo muy extendido’ en España. ¿Hay que convencer a los gestores hospitalarios de las ventajas asociadas a estas UCI?
Sin duda, es el momento de potenciar estas UCI de resucitación y de hacer ver a los gestores sanitarios que estas unidades, por su alta rotación de enfermos, su dinamismo y su capacidad de adaptación a las necesidades de cada hospital, permiten optimizar los recursos hospitalarios, mejorar el trabajo en equipo y disminuir la mortalidad de los pacientes graves. Estos equipos se encargan de la atención inicial de las personas que presentan un deterioro agudo muy grave de diferentes etiologías (traumáticos, neurocríticos, sépticos, cardiacos, etc.), pacientes muy inestables que requieren un cuidado rápido inicial altamente cualificado, con personal entrenado en competencias de diferentes especialidades. Es un tipo de asistencia en la que prima el trabajo en equipo y en la que se busca conseguir la estabilidad clínica del enfermo y la toma consensuada de decisiones.
-Usted es experta en el ‘síndrome postcuidados intensivos’…
Es un síndrome que aparece frecuentemente en sujetos ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos y que consiste en la manifestación de una serie de alteraciones de su salud física y/o psíquica. Aparecen de novo como consecuencia de su enfermedad grave, o pueden agravar otras situaciones preexistentes. Es un síndrome que puede estar desencadenado por una serie de factores, algunos de ellos prevenibles, tales como inmovilización prolongada, delirium, aislamiento, falta de comunicación, sedación profunda… y en ello es en lo que estamos volcando todos nuestros esfuerzos. Puede afectar tanto a pacientes como a familiares, y persistir meses o años después del alta hospitalaria, dificultando la vuelta al trabajo e incluso las relaciones sociales.
-Se acaba de publicar un posicionamiento que busca reducir la brecha de género y fomentar la equidad entre los profesionales de la Medicina Intensiva.
Este sigue siendo un reto de la Medicina Intensiva, ya que a pesar de que en el momento actual más del 50% de nuestros especialistas son mujeres, los cargos de responsabilidad siguen recayendo mayoritariamente en los hombres, sobre todo en ámbitos de gestión e investigación. Con este posicionamiento, desde SEMICYUC queremos fomentar la equidad entre los profesionales de nuestra especialidad, promover la inclusión de todos sus integrantes en las actividades científicas, y elaborar recomendaciones que faciliten la conciliación familiar y la adecuación de puestos de trabajo durante el embarazo y la lactancia.
-Usted ha sido elegida presidenta de SEMICYUC en el marco del Congreso Nacional que los intensivistas españoles han celebrado recientemente en Málaga. ¿Qué avance o novedad que se haya conocido en esta reunión quisiera destacar?
Quizás una de las más importantes es la nueva organización de los servicios de Medicina Intensiva, con una nueva planificación de la asistencia del paciente grave que sobrepase las paredes de las Unidades de Cuidados Intensivos convencionales y aborde de forma integral todo el circuito, tanto extra como intrahospitalario. Pero, además, destacaría que se haya evidenciado la importancia de la formación basada en competencias y simulación clínica, y el papel prioritario de la investigación en Medicina Intensiva y la alta capacitación y adquisición de habilidades en tecnologías innovadoras.
-¿Desde el cargo de presidenta, potenciará la cooperación internacional con otros países con menos recursos sanitarios y, por tanto, con una menor posibilidad de dar asistencia en Medicina Intensiva?
Sí, por supuesto. En España, los especialistas en Medicina Intensiva tenemos una gran formación y contamos con todas las habilidades y competencias para tratar al paciente grave más allá de las paredes de nuestras UCI y, por qué no, también más allá de nuestras fronteras. Somos una Sociedad declarada de utilidad pública, y qué mejor servicio público que compartir nuestros conocimientos y nuestras capacitaciones con países con menos recursos sanitarios y menos formación en el paciente crítico. De momento, estamos trabajando activamente en África, en donde entrenamos in situ al personal de dos UCIs en Ruanda y les dotamos de las infraestructuras y materiales necesarios para el funcionamiento de estas unidades, en colaboración con la Universidad Miguel Hernández de Elche. También tenemos proyectos formativos en Latinoamérica.
Con el proyecto UCI Sin Fronteras hemos conseguido concentrar y aunar las inquietudes de solidaridad de una buena parte de nuestros socios, que ya colaboraban en otros proyectos de cooperación internacional.