Dr. Gilberto E. Chéchile Toniolo
La melatonina es una hormona que se produce en la glándula pineal a los 60-90 minutos de dormirse en una habitación totalmente oscura. La producción de melatonina es sensible a la luz, que produce un descenso en la liberación. Los sensores que regulan su secreción por la glándula pineal se localizan en la retina1.
También se ha observado que los campos electromagnéticos (móviles, WIFI, etc) disminuyen los niveles plasmáticos de melatonina y debilitan el sistema inmunitario, ya que la melatonina estimula la producción de células inmunes -como las células natural killers y células T- que atacan a las células malignas, y además estimula la producción de citocinas (interleucina 2, 6, 12 e interferon gamma)2.
La melatonina ejerce su acción sobre las células a través de dos receptores, MT1 y MT2. Existen muchos estudios experimentales que muestran que la melatonina ejerce efectos antitumorales en líneas celulares de cáncer de próstata sensibles a las hormonas. El receptor MT1 presenta niveles elevados en las células de cáncer de próstata hormono-sensible LNCaP, mientras que el receptor MT2 se detectó solamente en las células hormono resistentes PC3 y DU 145. Estudios recientes han mostrado que la melatonina y sus análogos sintéticos ejercen sus efectos actuando sobre el receptor MT1 presente en las células hormono-sensibles, mientras que no actúan sobre las células hormono resistentes que presentan el receptor MT23.
En un estudio reciente realizado con células de cáncer de próstata hormono sensibles (LNCaP y 22Rv1) que sobre-expresaban el factor nuclear κB y la variante 7 del receptor de andrógeno que lleva a la hormono resistencia, la asociación de tratamiento hormonal y melatonina puede retrasar la aparición de la hormono-resistencia4.
En estudios in vivo se observó que los tumores de células prostáticas implantados en ratones disminuían de tamaño cuando los animales eran tratados con melatonina.
Relaciones de la melatonina con el sueño
La agencia internacional para la investigación del cáncer ha incluido la falta de sueño como un probable agente carcinógeno, por lo que la melatonina puede ser considerada como un agente anticáncer.
Varios estudios han mostrado que las mujeres que trabajan en turnos de noche, como enfermeras o auxiliares de vuelo, las que duermen con luz artificial o las que tienen patrones de sueño irregular producen menos melatonina y presentan mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama. Por el contrario, las mujeres ciegas tienen menor incidencia de cáncer de mama que las mujeres con visión conservada.
En lo que respecta a los hombres, los que trabajan en turnos nocturnos presentan una incidencia triple de cáncer de próstata, doble de cáncer de colon, un 79% más de cáncer de pulmón y un 70% más de cáncer vesical que los que trabajan en turnos diurnos.
En un estudio de meta-análisis con cerca de 2 millones y medio de individuos se demostró que los trabajadores del turno de noche presentaban mayor riesgo de tener cáncer de próstata5.
Varios estudios epidemiológicos sugieren que los patrones de sueño alterados como el insomnio, dormir pocas horas o tener un sueño de mala calidad pueden aumentar el riesgo de varios cánceres, incluido el de próstata. Las alteraciones del sueño y la exposición a luz artificial durante la noche se han asociado con niveles bajos de melatonina en sangre y con el riesgo aumentado de presentar cáncer de próstata, colon y pulmón en los hombres6.
En un estudio prospectivo realizado en Islandia y publicado en 2013 se observó que los hombres mayores con problemas de sueño severos o muy severos presentaban un riesgo significativamente mayor de presentar un tumor prostático comparado con los hombres sin problemas de sueño7.
Otro estudio -realizado en Estados Unidos- mostró que los hombres que dormían entre 3 y 5 horas y los que dormían 6 horas por noche tenían un 64% y un 28% más de posibilidades, respectivamente, de morir por cáncer de próstata que los hombres que dormían 7 horas por noche8. En otro trabajo realizado en Estados Unidos se observó una disminución del 30% en el riesgo de presentar cáncer de próstata en los hombres que dormían más de 10 horas por noche comparado con los que dormían 8 horas por noche9. Sin embargo, en otros estudios realizados en Suecia, en Finlandia y en España no se observó asociación entre la duración del sueño y esta enfermedad.
En un estudio realizado en Corea, la incidencia de cáncer de próstata se asoció significativamente con la exposición a luz artificial durante la noche y a la urbanización10. En una investigación reciente en la que se analizaron varias bases de datos sobre la incidencia mundial de cáncer, se correlacionó la incidencia de cáncer de próstata con la exposición a la luz artificial durante la noche en 180 países, observándose una asociación muy significativa en los 110 países en los que el registro de cáncer se realiza correctamente11.
En un estudio prospectivo realizado en Islandia con 928 hombres se analizó la asociación entre los niveles matinales en orina de un metabolito de la melatonina, la 6-sulfatoximelatonina, con la hipótesis de que los hombres con niveles bajos de melatonina en orina tenían mayor riesgo de presentar tumor prostático avanzado. Los hombres que referían problemas para dormir tenían niveles más bajos de melatonina comparado con los niveles de los hombres que no tenían problemas para dormir. Se diagnosticaron 111 cánceres de próstata, 24 de los cuales fueron avanzados. Los hombres con niveles de melatonina en orina por debajo de la media (17,1 ng/ml) tenían 4 veces más riesgo de presentar cáncer de próstata avanzado comparado con los hombres con niveles de melatonina en orina por encima de la media12. Los hombres con niveles de melatonina por encima de 17 ng/ml tenían un 30% de menor riesgo de presentar cáncer de próstata y un 75% de menor riesgo de que el tumor fuera avanzado.
Melatonina en el tratamiento del cáncer de próstata
Estudios experimentales y en animales han evidenciado que la melatonina inhibe el crecimiento de varios tipos de tumores, entre ellos el cáncer de próstata.
En un estudio se analizaron los resultados de 8 ensayos clínicos aleatorizados que reunían 761 pacientes con tumores sólidos tratados con 20 mg de melatonina 1 hora antes de acostarse como complemento del tratamiento convencional con radioterapia o quimioterapia 13. Los pacientes tratados con melatonina mostraron mayor sobrevida a un año (52,2% frente a 28,4%, P=0,001), mayor porcentaje de respuestas completas y parciales (32,6% frente a 16,4%, P< 0,00001) y muchos menos efectos secundarios (trombocitopenia, neurotoxicidad y fatiga) por la ‘quimio’ y/o radioterapia que los pacientes que no habían recibido tratamiento con melatonina.
En un trabajo de meta-análisis realizado durante un año en la Universidad de Copenhague, las posibilidades de sobrevida en cáncer de próstata aumentaron del 28% al 52% en los pacientes que recibieron melatonina.
Los efectos antitumorales de la melatonina se ejercen por varios mecanismos: detención del ciclo celular, inducción de apoptosis, inhibición de la angiogénesis, modulación del stress oxidativo y estimulación del sistema inmunitario.
En un estudio piloto con pacientes con cáncer de próstata metastásico que se habían hecho resistentes al tratamiento hormonal se asoció 20 mg de melatonina oral cada noche a triptorelina (análogo de LH-RH) intramuscular cada 28 días14. En 8 casos (57%) se observó un descenso de las cifras de PSA de más del 50%. En el 64% de los casos se logró una sobrevida mayor de 1 año.
No se han observado efectos secundarios por el tratamiento con melatonina. Al ser un estimulante del sistema inmunitario se debe valorar su utilización en pacientes con enfermedades autoinmunes, ya que se podría producir la agudización de los síntomas.
Aunque en muchos países se puede comprar melatonina en formulaciones de 3 y 5 mg sin prescripción médica, en España las formulaciones existentes en el mercado son menores de 2 mg en cada comprimido. Para utilizar dosis mayores se debe realizar una prescripción con doble firma (como ratificación de la dosis) cada 3 meses para que sea preparada como fórmula magistral. La gran mayoría de los estudios utilizan una dosis de 20 mg cada noche, pero durante el tratamiento activo de quimioterapia y/o radioterapia se pueden utilizar dosis de 40 mg o superiores.
Para intentar preservar la producción nocturna de melatonina por la glándula pineal se debería evitar dormir con luces encendidas, aunque sean de baja potencia lumínica, limitar la utilización de pantallas de ordenador, televisión o teléfonos móviles por la noche y mantener unas horas de sueño regulares, con el fin de evitar la alteración del ritmo circadiano.
La melatonina es un producto muy barato como para que haya despertado el interés de las casas comerciales. En el momento actual ya se están ensayando análogos sintéticos de la melatonina o de sus receptores con un coste mucho más elevado, por lo que en los próximos años veremos un aumento considerable en el número de estudios con estos análogos en pacientes con cáncer y con otras patologías en las que la melatonina ha demostrado su utilidad como el Alzheimer, enfermedades neurodegenerativas, etc.
Bibliografía
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