Redacción Farmacosalud.com
Un estudio de cohorte observacional y retrospectivo basado en datos del Registro SEMI-COVID-19 de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) ha comparado las características clínicas, complicaciones y pronóstico de la enfermedad por COVID-19 entre los pacientes a tratamiento crónico con estatinas (grupo de fármacos usados, por ejemplo, en la hipercolesterolemia) a los que se le mantuvo esta terapia durante la hospitalización a causa de la infección de SARS-CoV-2 frente a los que les fue retirada. Se trata de un estudio cuyos resultados publica ahora la revista científica ‘Drugs (Springer Nature)’ en un artículo que lleva por título Prior treatment with statins is associated with improved outcomes of patients with COVID-19: Data from the SEMI-COVID-19 Registry y que firman 25 médicos internistas españoles.
De un total de 11.523 pacientes incluidos en el Registro SEMI-COVID y analizados para el presente estudio, un total de 2.921 habían recibido tratamiento previo con estatinas (grupo de fármacos usados en el control de las alteraciones de los niveles de lípidos en la sangre) en el momento de su admisión en el hospital y de inclusión en el registro, mientras que los 6.669 pacientes restantes no tenían tratamiento con estatinas previo. De entre los que habían recibido terapia previa con estatinas, 1.130 mantuvieron dicha terapia con este tipo de fármacos durante la hospitalización por COVID-19, mientras que 1.791 no mantuvieron dicho tratamiento con estatinas.
“La evidencia sugiere que las estatinas ejercen actividad antiviral”
La investigación indica que las interacciones farmacológicas pueden constituir una de las razones principales para explicar el no mantenimiento del tratamiento con estatinas durante la hospitalización. Aunque se trata de fármacos generalmente seguros, cuando la enfermedad que causa la COVID-19 se trata con medicamentos antirretrovirales o algunos antibióticos según precisan los investigadores, se recomienda que los prescriptores presten especialmente atención a las posibles interacciones con estos fármacos.
Al analizar los dos subgrupos de pacientes dentro del grupo de uso previo de estatinas (los que continuaron recibiendo el tratamiento con estatinas durante la hospitalización y los que no), los investigadores hallaron que la continuación del tratamiento con estatinas durante la hospitalización por COVID-19 se asoció con una menor mortalidad por todas las causas, menor incidencia de lesión renal aguda y menor incidencia del Síndrome de Distrés Respiratorio Agudo (SDRA). Además, un menor número de pacientes de los que continuaron con la terapia con estatinas durante la hospitalización por COVID-19 requirieron ventilación mecánica invasiva (VMI) (5,35% frente a 8,57%) y hubo una menor incidencia de sepsis (4,82% frente a 9,85%, en comparación con los pacientes que no continuaron recibiendo estatinas en el hospital.
Estos resultados están en línea de otros estudios que sugieren un posible papel beneficioso de las estatinas en pacientes con COVID-19, según detallan los investigadores. “La evidencia sugiere que las estatinas ejercen actividad antiviral y podrían bloquear la infectividad de los virus encapsulados”, indican. Además, sugieren que “las estatinas, como antiinflamatorios, juegan un papel crítico en la inhibición de la infección por coronavirus debido a sus efectos sobre el endotelio vascular”.
Con todo, los investigadores reiteran que se necesitan más estudios prospectivos y ensayos clínicos para evaluar los efectos del tratamiento con estatinas en pacientes con COVID-19 y establecer los mecanismos a través de los cuales las estatinas ejercen estos posibles efectos beneficiosos.
Un índice pionero determina el pronóstico de los pacientes COVID-19 en Urgencias
Investigadores de distintos hospitales de España, entre los que se encuentra un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla), han llevado a cabo un estudio para desarrollar una herramienta que determine el pronóstico de los pacientes con COVID-19 que acuden a urgencias: el índice COVID-19/SEIMC. Este indicador predictivo permitirá a los médicos tomar decisiones clínicas de una forma fácil y rápida, basadas en la posible evolución de enfermo y su riesgo de fallecer.
El COVID-19 tiene un curso muy variable desde la enfermedad asintomática en un extremo, al desarrollo de complicaciones potencialmente mortales como el distrés respiratorio en el otro. El principal factor que determina el pronóstico en la COVID-19 es la edad. Otros factores que influyen son el sexo, la presencia o no de enfermedades subyacentes y alteraciones en las pruebas de laboratorio o estudios radiológicos. Todo esto son estadísticas orientadoras, pero no resulta fácil establecer el pronóstico de manera precisa cuando se presta asistencia a una persona con esta patología.
En medicina, es muy común el uso de lo que se conoce como índices predictivos pronósticos, o índices pronósticos ‘a secas’, para estimar con precisión la probabilidad de que ocurra un evento específico, como una complicación grave o la muerte, para ayudar a los médicos a tomar decisiones bien fundamentadas. Los investigadores identificaron que sólo siete variables son necesarias para determinar con precisión el pronóstico de los pacientes: la edad, el sexo, la dificultad para respirar; y algunos parámetros de la sangre como la saturación de oxígeno, la cifra de dos tipos de leucocitos (neutrófilos y linfocitos) y la concentración de creatinina. Con estas variables se pudo confeccionar un índice de 0 a 30 puntos que permite clasificar a los pacientes por el riesgo de mortalidad a 30 días de manera que una puntuación menor o igual a 2 indicaría un riesgo de mortalidad bajo (0-2,1%), entre 3 y 5 el riesgo sería moderado (4,7-6,3%), entre 6 y 8 el riesgo sería alto (10,6-19,5%) y entre 9-30 el riesgo sería muy alto (27,7%-100%).
Además, se considera que el poder disponer de un índice predictivo pronóstico de alta calidad es esencial para mejorar la asistencia de los pacientes con COVID-19. El desarrollo y validación del índice COVID-19/SEIMC permite clasificar a estos enfermos atendidos en servicios de urgencias hospitalarias en diferentes categorías de riesgo de mortalidad: bajo, intermedio, alto y muy alto. Por ejemplo, los pacientes de bajo riesgo (0-2 puntos) pueden ser atendidos de manera ambulatoria, mientras que los pacientes con riesgo alto (6-8) o muy alto (9-30) deben ser ingresados en el hospital o en unidades de críticos. Los pacientes en una categoría de riesgo moderado (3-5) podrían permanecer en unidades de observación o en hospitales para pacientes de menor complejidad.
COVID-19@Spain
El índice COVID-19/SEIMC se desarrolló con los datos del estudio COVID-19@Spain, que incluyó a 4.035 pacientes consecutivos con COVID-19 ingresados en 127 hospitales distribuidos por todas las regiones de España durante la primera oleada de la pandemia. La nueva herramienta ha sido desarrollada por un equipo multidisciplinar de especialistas en enfermedades infecciosas, epidemiólogos y expertos en estadística biomédica siguiendo las recomendaciones internacionales para el desarrollo de modelos predictivos pronósticos. El trabajo ha estado coordinado por el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y, en concreto, en el caso del Hospital Universitario Virgen del Rocío han participado especialistas de las unidades de Urgencias y Enfermedades Infecciosas.
Excepto otro índice creado en Reino Unido, es el primero de estas características en el mundo y puede facilitar y agilizar la atención a pacientes COVID-19 en los servicios de urgencias, especialmente en momento de presión asistencial significativa. Para su desarrollo se exploraron un total de 17 variables diferentes que habían demostrado tener importancia pronóstica en el estudio COVID-19@Spain. El índice se validó con posterioridad utilizando los datos de la cohorte COVID@HULP, incluyendo los primeros 2.000 pacientes hospitalizados durante la primera ola de la pandemia en el Hospital Universitario La Paz de Madrid.
Por ello, el Comité Científico del proyecto está integrado por investigadores clínicos de los hospitales Gregorio Marañón, La Paz y el Infanta Leonor de Madrid; los hospitales Virgen Macarena y Virgen del Rocío de Sevilla y el Hospital de Bellvitge en Barcelona. El comité cuenta además con investigadores del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y de la Fundación SEIMC-GeSIDA. El artículo completo ya está publicado en la prestigiosa revista científica ‘Thorax’.
Los eventos de coagulación asociados a la vacuna de AstraZeneca pueden tratarse
Por otro lado, un grupo de científicos alemanes ha realizado una investigación en la que se sugiere que los eventos de coagulación sanguínea asociados a la vacuna frente al COVID-19 de AstraZeneca (AZD1222) se asemejan a un trastorno conocido, la trombocitopenia inducida por heparina (TIH), que puede tratarse si se identifica de inmediato. Según el trabajo, los 9 pacientes estudiados (8 mujeres) presentaron trombosis entre los 4-16 días después de la vacunación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que los beneficios de la vacuna de AstraZeneca superan sus riesgos y recomienda que continúen las vacunaciones. Varios países que habían suspendido la inmunización con este preparado han decidido reanudar su administración.
13 recomendaciones de las denominadas del «No Hacer»
El Grupo de Prevención de Enfermedades Infecciosas del PAPPS-SEMFYC (Sociedad Española de la Medicina Familiar y Comunitaria) ha emitido un nuevo documento que recoge 13 recomendaciones de las denominadas del «No Hacer» vinculadas al protocolo de vacunación contra el SARS-CoV2, causante del COVID-19. Esta guía resuelve dudas habituales que los profesionales sanitarios implicados en el proceso de vacunación pueden manifestar ante casos particulares que se suelen dar entre las personas que tienen que ser vacunadas.
Algunas de esas cuestiones son: cómo proceder con personas en cuarentena por ser contacto estrecho de un enfermo; qué sucede cuando se han alargado los intervalos entre dosis más de lo recomendado; o cuál es la indicación frente a la posibilidad de intercambiar varias vacunas para completar la pauta de vacunación.
Las 13 dudas más frecuentes
El listado de cuestiones que analiza el grupo de prevención de enfermedades infecciosas del PAPPS-semFYC abordan dudas que son resueltas a través del análisis de la evidencia más actual. Son las siguientes:
• No intercambiar las diferentes vacunas contra la COVID-19 para completar la pauta de vacunación.
• No dejar de vacunar porque haya habido reacciones postvacunales leves en anteriores ocasiones.
• No dejar de vacunar porque se presenten enfermedades agudas leves con o sin fiebre o porque estén tomando antibióticos.
• No reiniciar la pauta de vacunación una vez haya comenzado aunque se hayan alargado los intervalos entre dosis más de lo recomendado.
• No administrar la vacuna contra la COVID-19 a las personas en cuarentena por contacto estrecho, con síntomas sospechosos de COVID-19 o con COVID-19 confirmada hasta que hayan finalizado el aislamiento.
• No solicitar serología ni antes ni después de la vacunación de forma sistemática.
• No administrar sistemáticamente paracetamol para prevenir los posibles efectos secundarios de las vacunas contra la Covid-19.
• No rechazar un tipo u otro de vacuna, no se puede elegir qué vacuna administrar.
• No dejar de cumplimentar las medidas de protección general aconsejadas pese a estar vacunado.
• No administrar vacuna frente a SARS-CoV-2 antes de 7 días de haber administrado cualquier otra vacuna.
• No dejar de vacunarse por el hecho de haber pasado la infección.
• No desaconsejar sistemáticamente la vacunación por presentar previamente alergias a alimentos o medicamentos.
• No dejar de vacunar a un paciente con cáncer o inmunosupresión por la falta de información específica.
Bamlanivimab + VIR-7831 en adultos de bajo riesgo con COVID-19
Por último, Eli Lilly and Company, Vir Biotechnology, Inc. y GlaxoSmithKline plc han anunciado los resultados iniciales de la extensión del ensayo de fase II BLAZE-4 en pacientes de bajo riesgo con COVID-19 de leve a moderado. Los resultados muestran que el anticuerpo monoclonal en investigación bamlanivimab (LY-CoV555) 700 mg coadministrado con VIR-7831 (también conocido como GSK4182136) 500 mg demuestran una reducción relativa del 70% (p<0,001) en la persistencia de una carga viral alta (> 5,27; valor umbral del ciclo < 27,5) al día 7 de tratamiento comparado con placebo, alcanzando así el objetivo primario del estudio.
Además, bamlanivimab administrado con VIR-7831 ha demostrado una reducción estadísticamente significativa, comparado con placebo, en los criterios de valoración secundarios virológicos del cambio medio en la carga viral del SARS-CoV-2 desde el inicio hasta los días 3, 5 y 7. No hubo eventos para el criterio de valoración secundario de hospitalización o muerte relacionada con la COVID-19 el día 29 en ninguno de los brazos del estudio. Un paciente (en el grupo de tratamiento) visitó la sala de emergencias por síntomas relacionados con la COVID-19. No se observaron efectos adversos graves con la coadministración de bamlanivimab y VIR-7831. Bamlanivimab y VIR-7831 se unen a diferentes regiones de la proteína spyke del SARS-CoV-2. Los datos preclínicos sugieren que la administración conjunta de estos dos anticuerpos en investigación puede proporcionar protección contra las variantes actuales del SARS-CoV-2 que son resistentes al bamlanivimab.