Redacción Farmacosalud.com
¿Qué son los sofocos?
Los sofocos son unos síntomas de aparición súbita que constituyen el síntoma más común de la menopausia. Los padecen aproximadamente entre un 15 a un 50% de las mujeres de edad superior a 40 años con ciclos menstruales regulares antes de la transición perimenopáusica. Este porcentaje aumenta a medida que se acerca la menopausia (momento en que cesa la menstruación), pudiendo padecerlos hasta un 85% de mujeres postmenopáusicas.
Una posible definición para el sofoco es un enrojecimiento de aparición brusca de la piel en la zona del tórax alto, cuello y cabeza, que se acompaña de una intensa sensación de calor corporal intenso y finaliza en ocasiones con una sudoración profusa, cuya duración va desde unos pocos segundos a varios minutos y raramente hasta una hora.
Más de un 80% de mujeres con sofocos los mantienen durante más de un año.
A lo largo del tiempo los sofocos varían, hay mujeres que inicialmente sólo los sufren por la noche y luego pasan a sufrirlos también durante el día. Hay otras que presentan un mayor número y a medida que pasa el tiempo, disminuyen progresivamente.
Más del 80% de mujeres con sofocos los mantienen durante más de un año. Sin tratamiento, suelen remitir de forma espontánea tras varios años de su inicio y una vez concluye la etapa inicial de la menopausia, aunque algunas mujeres pueden llegar a padecerlos durante más tiempo, 15 ó incluso 25 años. Se ha reportado que hasta un 15% de mujeres en la década de los 60 y un 9% de mujeres en la década de los 70 sufren sofocos. Por todo ello, en base a la severidad y frecuencia de los síntomas, suele ser recomendable iniciar un tratamiento para tratar de reducirlos o eliminarlos.
¿Cuáles son las fases de la menopausia?
¿Cuáles son los síntomas en la mujer menopáusica?
Síntomas neurovegetativos
-Sofocos: son el síntoma más frecuente y más precoz de la menopausia. Son crisis de vasodilatación cutánea, con sensación de calor que asciende desde el tórax al cuello y a la cara, acompañadas de enrojecimiento cutáneo y sudoración profusa.
Su frecuencia y duración son variables (desde unos segundos hasta una hora), son más frecuentes durante la noche, y se acompañan de una sensación de malestar indeterminado. Pueden aparecer unos años antes que la menopausia y durar hasta unos 5 años después, aunque su intensidad va disminuyendo con el paso de los meses.
-Otros: pueden aparecer también otros síntomas como palpitaciones, insomnio, cefalea, sudoraciones, vértigos, etcétera.
Síntomas locales
-Ovarios: disminuyen su tamaño, y superficialmente adoptan una forma rugosa. Internamente destaca su aspecto fibroso y la ausencia de formaciones foliculares.
-Vulva: se produce una atrofia vulvar, con pérdida del grosor de la piel y aparición de prurito (picor vulvar).
-Vagina: se produce una atrofia del epitelio vaginal, disminuye su secreción y puede acortarse, de tal forma que puede aparecer dispareunia (dolor en las relaciones sexuales) y aumentar el riesgo de infección.
-Útero: disminuye su tamaño y se produce un adelgazamiento del endometrio. A nivel del cuello uterino se produce una disminución en su secreción.
Debido a las alteraciones, es más frecuente la aparición de prolapsos genitales, así como incontinencia urinaria a causa de las modificaciones en músculos y ligamentos.
Síntomas sistémicos
-Alteraciones psicológicas: destacan en este grupo los cambios en los hábitos del sueño con insomnio frecuente. También podemos observar irritabilidad, estado de ánimo depresivo, ansiedad, dificultades de concentración, disminución de la libido, etcétera.
-Alteraciones cutáneas: disminuye el grosor de la piel y su elasticidad, y presenta una mayor sequedad, pudiendo producirse picor.
-Enfermedad cardiovascular: se origina un incremento de la incidencia de la enfermedad cardiovascular (infarto, angina de pecho, hipertensión, arteriosclerosis…) debido a la disminución de los estrógenos, que ejercen un papel de protección de estas patologías por su acción vasodilatadora y antiaterogénica.
-Osteoporosis: se trata de una enfermedad caracterizada por una baja masa ósea y una alteración de la estructura del tejido óseo, que provoca un aumento de su fragilidad y por lo tanto, un mayor riesgo de fractura.
La densidad mineral del hueso alcanza su pico máximo a los 30-35 años; a partir de este momento, va disminuyendo de forma gradual cada año (se pierde aproximadamente un 0,5-1,0% de masa ósea anualmente). Esto ocurre tanto en hombres como en mujeres, pero en la época de la menopausia esta pérdida se acelera, llegando a alcanzar el 3% en los primeros 5 años. Posteriormente, una vez pasada la menopausia, el descenso de masa ósea anual se iguala al de los hombres.
La explicación a esta pérdida más acelerada durante los años del climaterio es la disminución de los estrógenos, ya que estos juegan un papel muy importante en la densidad ósea y con su descenso en sangre, se obtiene un balance negativo de calcio y una mayor pérdida de hueso.La manifestación más importante de la osteoporosis (presente en el 5-10% de las mujeres) es la aparición de fracturas óseas, principalmente a nivel de la columna vertebral y el fémur (cadera). Pero también puede manifestarse por dolores articulares, disminución de la talla por aplastamientos vertebrales, etcétera.
La prueba que más se emplea para medir la densidad ósea es la densitometría, de tal forma que gracias a ella se puede observar si existe una osteoporosis, o si se trata de una osteopenia (disminución de masa ósea en menor grado).
¿Cual es el diágnostico de la Menopausia?
El diagnóstico de la menopausia suele ser retrospectivo aunque debido a los síntomas requiera tratamiento previo. El dato más importante es la amenorrea o el cese de la menstruación desde al menos 6 meses (FIGO - Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia) ó 12 meses (OMS – organización mundial de la Salud).
Esta amenorrea suele ir acompañada de los siguientes síntomas:
-Sofocos
-Sudoración nocturna
-Insomnio
-Sequedad vaginal
Pueden realizarse determinaciones plasmáticas de hormona FSH y Estradiol. La FSH es una hormona que estimula la producción de óvulos y el Estradiol es la hormona responsable del crecimiento del útero, las trompas de Falopio y de mantener un buen trofismo de la vagina. Niveles mayores de 40U/l de FSH y menores de 25pg/ml de Estradiol sugieren una situación de agotamiento folicular (óvulos agotados).
Se pueden realizar exámenes complementarios como:
-Citología vaginal
-Citología de cérvix
-Ecografía vaginal
-Mamografía (como cribado para detectar cáncer de mama)
¿Cómo aliviar los sofocos en la Menopausia?
Tratamiento Natural
Entre los síntomas que experimentan las mujeres durante la etapa de la menopausia se encuentran los sofocos o la sudoración excesiva que se puede padecer de forma más acusada en la noche. Se desconoce la causa exacta que provoca estos sofocos, pero es normal que ocurran puesto que en esta etapa se produce una disminución de estrógeno lo que hace la temperatura corporal se eleve en gran medida.
-El estrés y la tensión pueden agravar el padecimiento de sofocos durante la menopausia y ocasionar que ocurran con más frecuencia. Es por ello que poner en práctica algunos remedios naturales para evitarlo es una buena opción. Así, para aliviar los sofocos se recomienda hacer técnicas de relajación como practicar yoga o pilates, realizarse masajes y baños de inmersión con agua tibia. En el mismo momento de padecer los sofocos, respirar profundamente y soltar el aire de forma lenta durante unos minutos es algo que ayudará a reducir la tensión y evitar que los calores vayan en aumento.
-Mantenerse bien hidratada y beber los líquidos suficientes a lo largo del día también es una buena ayuda. Beber un poco de agua muy fresca cuando se está pasando por un sofoco puede aliviar de manera significativa.
-Hay algunas hierbas y alternativas naturales que se señalan como beneficiosas para aliviar síntomas de la menopausia, incluidos los sofocos y la sudoración excesiva durante esta etapa. Entre ellas destacan:
- Infusión de salvia
- Aceite de onagra
- Infusión de hamamelis
- Aceite de linaza
-Cuidar la alimentación y evitar llevar una vida sedentaria son hábitos saludables que ayudarán a combatir los sofocos en la menopausia. Sobre todo, se aconseja que las cenas sean ligeras y seguir una dieta mediterránea en la que no falten ingredientes como las verduras, las legumbres, las frutas, el pescado, los cereales y el aceite de oliva.
Se ha demostrado que la soja es un alimento excelente para reducir la intensidad y la frecuencia de los sofocos en la menopausia. Por ello, es recomendable incorporar este ingrediente a la dieta en cualquiera de sus presentaciones, ya sea mediante yogures de soja, leche de soja, harina de soja, semillas de soja, etc.
¿Mejora la soja los síntomas de la menopausia?
Un estudio revela que no mejora la sintomatología de la menopausia. No existe relación entre el consumo de píldoras de isoflavona de soja y la pérdida ósea o los síntomas de la menopausia. Hasta ahora, las isoflavonas de soja habían llegado a ser consideradas como un sustitutivo real para las hormonas en el tratamiento sintomático durante los primeros cinco años de la menopausia.
Los resultados de la investigación, dirigida por Silvina Lewis, miembro del Sistema de Salud de Miami (EEUU) y de su Facultad de Medicina, han sido publicados en la revista médica Archives of Internal Medicine. Para la realización de dicho estudio, los investigadores han analizado los resultados del consumo de isoflavona de soja en mujeres de entre 45 y 60 años, desde julio de 2004 a marzo de 2009. De las 248 mujeres que se sometieron al estudio, 126 recibieron comprimidos placebo y a las restantes 122 se les administraron 200 miligramos diarios de píldoras de isoflavona.
Tras dos años de seguimiento, no se obtuvieron diferencias en la pérdida de densidad del hueso entre las que recibieron píldoras y las que recibieron el placebo. En cuanto al resto de síntomas propios de la menopausia (sofocos, sequedad vaginal, sueño interrumpido, etc.), en torno al 48% de las mujeres que consumía soja informó que sufría sofocos. Entre el grupo que no consumía, sólo cerca del 32% dijo haberlos padecido.
Pese a que muchas mujeres prefieren no seguir una terapia a base de estrógenos para prevenir los síntomas, incluida la pérdida ósea, que acarrea la menopausia, el estudio descarta la alternativa natural que hasta hoy se creía que constituían las píldoras de isoflavona de soja.
Tratamiento Farmacológico Hormonal
El tratamiento hormonal, terapia de reemplazo hormonal o terapia hormonal sustitutiva (THS) consiste en la administración de hormonas de forma exógena.
Las hormonas que se pueden administrar son:
-Estrógenos.
-Estrógenos combinados con progestágenos (se ha visto que esta terapia combinada disminuye el riesgo relativo de padecer cáncer de endometrio en mujeres con útero).
-Tibolona: hormona sintética con actividad similar a las hormonas sexuales femeninas.
Tanto los estrógenos como los progestágenos pueden ser naturales o sintéticos.
-Comprimidos vía oral
-Parches vía transdérmica
-Geles
-Cremas vía vaginal, indicada en casos en los que predomina la atrofia urogenital
-Vía intranasal
La vía de administración será elegida por la paciente atendiendo a su comodidad, exceptuando casos de imperativo médico.
La THS a corto plazo funciona sobre los síntomas vasomotores (sofocos, sudoración nocturna, palpitaciones) y sobre la atrofia urogenital (atrofia de los tejidos de la vagina, uretra y vejiga) pero los efectos sobre las alteraciones psiquiátricas no son satisfactorios. A largo plazo previene la osteoporosis y la cardiopatía isquémica.
La administración de estrógenos puede reducir el ritmo de pérdida de masa ósea desde un 30% hasta en un 50% pero el efecto protector termina con la interrupción del tratamiento, momento a partir del cual la pérdida recupera el ritmo previo. Esta administración de estrógenos debe reducirse a la mínima dosis eficaz y el menor tiempo posible. Esta mínima dosis se irá ajustando a la necesidad del tratamiento cada doce meses. Por ello, la necesidad de realizar tratamientos individualizados para cada caso.
Los estrógenos reducen hasta en un 50% la incidencia de casos clínicos de cardiopatía isquémica. Además tienen efectos beneficiosos sobre las HDL o “colesterol bueno” y las LDL o “colesterol malo”. No existen evidencias de que el efecto protector continúe después de la interrupción del tratamiento.
La relación entre THS y riesgo de padecer cáncer de mama y endometrio está muy discutido. Hay estudios que defienden que incrementa el riesgo relativo de padecerlos y hay otros que defienden que no existe tal relación.
La THS está contraindicada en los siguientes pacientes:
-Mujeres con endometriosis
-Casos de carcinoma mamario o endometrial
-Hipertensión arterial grave
-Hepatopatía activa
-Insuficiencia renal avanzada
Enlaces Recomendados:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000894.htm