Redacción Farmacosalud.com
La utilización inadecuada de estrategias terapéuticas antidepresivas, la comorbilidad somática o con otros trastornos mentales, así como la mayor gravedad o duración de la enfermedad son algunas de las causas más frecuentes que se asocian a la presencia de síntomas residuales en la depresión. Así se ha puesto de manifiesto durante la presentación de la actualización de las ‘Recomendaciones para el tratamiento de la depresión mayor’ de SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria). Los síntomas residuales son aquellos que persisten a pesar de que el paciente está en remisión. La falta de interés y/o disminución del placer en las actividades diarias, la astenia, la alteraciones del sueño, el estado de ánimo triste y las molestias físicas son los principales síntomas residuales, que suelen aparecer con más frecuencia en los trastornos afectivos.
La naturaleza de estos signos se podría asociar a la utilización inadecuada de estrategias terapéuticas antidepresivas y a la comorbilidad somática. Frecuentemente, se asocian a un mayor riesgo de recaídas, cronicidad y deterioro funcional del paciente. Se consideran un predictor respecto a la posible aparición de nuevas recurrencias siendo la causa de conductas muy frecuentadoras en las consultas. Es muy importante su detección y tratamiento en los pacientes de Atención Primaria para evitar que la depresión se cronifique. En relación al tratamiento de estos síntomas, se deberían utilizar antidepresivos con perfil noradrenérgico y dopaminérgico, como la agomelatina, para intentar remitir la clínica.
La depresión afecta a 120 millones de personas en el mundo
Con el fin de ayudar al médico de Atención Primaria en la detección de los síntomas residuales, SEMERGEN ha incluido en la última actualización de sus Recomendaciones para el Tratamiento de la Depresión Mayor un apartado dedicado a este tipo de síntomas. Por su parte, el doctor José Ángel Arbesú, coordinador del Grupo de Salud Mental de SEMERGEN, afirma que es necesario persistir en la formación médica continuada de las enfermedades mentales y, especialmente, en la Atención Primaria. Por otro lado, apunta que “la promoción de hábitos saludables, la detección precoz de la depresión mediante entrevista clínica y la adecuación tanto de tratamientos psicológicos como farmacológicos evitarían el sufrimiento del paciente”. Además, se ha puesto de manifiesto que los conocimientos, las habilidades clínicas y la actitud para el desempeño en el abordaje del paciente con enfermedad mental ha conseguido mejorar en la medicina de familia. Aun así, es muy importante la detección de pacientes dentro de este nivel asistencial y la coordinación con otros niveles.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a unos 120 millones de personas en el mundo, de los cuales menos del veinticinco por ciento tienen acceso a tratamientos efectivos. Además, la OMS advierte que una de cada cinco personas llegará a desarrollar un cuadro depresivo durante el transcurso de su vida, por lo que aumentarán las cifras si concurren otros factores como la comorbilidad o las situaciones de estrés.
Variaciones en los patrones de actividad cerebral caracterizan mejor la depresión
El trastorno depresivo mayor (TDM) es el trastorno mental más prevalente en el mundo. Del conocimiento que se dispone hasta el momento se desprende que en la depresión hay alteración de las redes neuronales distribuidas de estructuras anatómicas corticales y subcorticales del cerebro. Un trabajo[1] coordinado por Gustavo Deco, director del Centro de Cognición y Cerebro (CBC) y profesor de investigación ICREA del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (DTIC) de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (UPF), ha estudiado la conectividad cerebral global y local de enfermos con depresión mayor y ha identificado variaciones en los patrones de la actividad cerebral en estado de reposo (resting state) que ayudan a caracterizar mejor el trastorno.
Tal y como afirma Deco "la dinámica de la estado de reposo refleja estrictamente la actividad del cerebro debida únicamente a sus propiedades intrínsecas (estructura neuroanatómica, dinámicas espontáneas locales de las áreas cerebrales, fluctuaciones, demoras) y, por consiguiente, no está contaminada por los imperativos de una tarea o una estimulación externa". Del análisis de la conectividad funcional dinámica se ha visto que los pacientes con depresión presentan una estabilidad y una sincronización fuera de los patrones de actividad cerebral normales, unos patrones similares a los estados reflexivos y de pensamiento. Los resultados del estudio han mostrado que, en cuanto a la conectividad funcional neuronal, los enfermos con depresión mayor presentan un incremento en la conectividad general y una disminución en las conexiones específicas del cerebro.
Unas alteraciones en la adenosina, responsables de los síntomas de la esquizofrenia
A pesar de que la esquizofrenia es una enfermedad muy investigada, se desconocen las causas que la originan, hecho que dificulta la obtención de tratamientos más eficaces. El Grupo de Investigación en Neurobiología del Comportamiento (GReNeC) de la UPF profundiza en las causas de la esquizofrenia mediante un estudio[2] para determinar cuál es el origen de los síntomas psicóticos que caracterizan la enfermedad. Los resultados de la investigación aparecen en la revista ‘European Neuropsychopharmacology’.
Estudios previos indican que los pacientes con esquizofrenia pueden presentar una menor densidad de receptores de adenosina A2A (receptores A2A). Estos receptores se encuentran sobre todo en las neuronas del estriado, áreas del cerebro involucradas en las respuestas de recompensa, motivación y refuerzo; y, en menor medida, en el hipocampo, implicado principalmente en la memoria, y en la corteza cerebral, área implicada en numerosos procesos como la percepción, el lenguaje, la conciencia o la memoria. Por ello, los científicos de GReNeC han utilizado ratones transgénicos carentes del receptor A2A para estudiar en profundidad las bases neurológicas de la esquizofrenia y facilitar así el desarrollo de nuevas aproximaciones terapéuticas.
Los resultados obtenidos por el equipo de Olga Valverde, líder de GReNeC, son muy positivos. Los ratones que no expresan genéticamente los receptores A2A muestran fallos en el filtrado sensorial, la coordinación del movimiento y en la capacidad de aprendizaje. De igual manera, la interacción social se ve empobrecida, características habituales de la esquizofrenia. Además de estos cambios en el comportamiento, la eliminación de los receptores A2A conlleva también cambios anatómicos de determinadas regiones cerebrales. En esquizofrenia se han identificado varios marcadores de anomalías congénitas como indicadores de un inicio de la enfermedad durante el desarrollo neural. Estas anomalías incluyen las alteraciones del cuerpo calloso, la dilatación de los ventrículos y la reducción del grosor de la corteza cerebral en pacientes con esquizofrenia infantil. Es la primera vez que un equipo de investigación observa estas diferencias anatómicas en animales modelo para la enfermedad.
Estos resultados reafirman la hipótesis de que la adenosina y sus receptores A2A juegan un papel crucial, y demuestran que la ausencia de los receptores A2A es causante de muchos de los síntomas psicóticos que caracterizan a la esquizofrenia. Estos resultados son extrapolables a las características definidas en la versión humana de la enfermedad y por ello, muy valiosos para el desarrollo de terapias efectivas.
Los primeros años tras el diagnóstico de la esquizofrenia son cruciales
Según informa la compañía Janssen, los primeros años tras el diagnóstico de esquizofrenia son cruciales en el abordaje de los pacientes. Realizar un recorrido desde los primeras señales psicóticas, pasando por el control de los síntomas de la esquizofrenia o fase de estabilización, hasta la recuperación funcional en la esquizofrenia y el optimismo en la integración sociosanitaria, son algunos de los temas que se han abordado en los dos simposios “En busca de la recuperación del paciente”, organizados por Janssen. Durante los primeros episodios de la esquizofrenia es fundamental poner en marcha actuaciones eficaces, cruciales para evitar el deterioro de los enfermos y mejorar su pronóstico.
Los últimos estudios multicéntricos de seguimiento de pacientes tratados con palmitato de paliperidona, “demuestran su eficacia en la mejora de funcionalidad y calidad de vida de los pacientes, en base a su fácil manejo y farmacología exclusiva, que facilita la asociación con diferentes fármacos, con una tolerabilidad favorable para el paciente, permitiéndole su integración en terapias psicológicas y de rehabilitación. En definitiva, palmitato de paliperidona ha demostrado ser un fármaco con un buen equilibrio de eficacia y tolerabilidad”, según se apunta en un comunicado de la compañía. La Comisión Europea (CE) ha aprobado ya el uso de TREVICTA® (palmitato de paliperidona trimestral) para el tratamiento de mantenimiento de la esquizofrenia en pacientes adultos.
En esquizofrenia, tratarse en el momento del ingreso reduce la hospitalización
Los pacientes con esquizofrenia que comienzan el tratamiento con palmitato de paliperidona durante el ingreso reducen su estancia hospitalaria. Esta es una de las principales conclusiones del estudio observacional, multicéntrico y prospectivo Shadow presentado en el XXV Congreso de la Asociación Europea de Psiquiatría (EPS, por sus siglas en inglés) en el que han participado 24 hospitales de España con la inclusión de 280 personas con esquizofrenia y que ha contado con la colaboración de Janssen.
El objetivo principal de este estudio es evaluar la eficacia clínica, tolerabilidad e impacto sobre la estancia media hospitalaria en pacientes con esquizofrenia que requieren, de acuerdo con la práctica clínica estándar, tratamiento con palmitato de paliperidona en el momento de ingresar en la Unidad de Agudos debido a una exacerbación psicótica aguda[3].
Los trastornos psicóticos afectan a entre el 10 y el 15% de la población reclusa
La OMS estima que la incidencia de alteraciones psiquiátricas entre la población penitenciaria es hasta 7 veces mayor que entre la población general en el mundo occidental. Los delitos de robo con violencia y contra la salud son las principales causas de ingreso en prisión de los pacientes con trastorno mental grave. No obstante, la depresión, el trastorno adaptativo y el suicidio también son prevalentes en este entorno.
El Dr. Álvaro Muro, coordinador de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica Penitenciaria de Catalunya, explica que “los trastornos psicóticos en las prisiones españolas afectan a entre el 10 y el 15% de la población reclusa”. El 14% de los pacientes con enfermedades mentales que ingresan en centros penitenciarios padecen esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos. Los trastornos de personalidad o del estado de ánimo son también comunes, aunque la tasa más elevada de ingresos se relaciona con toxicomanías, suponiendo el 30% de los casos de estos pacientes.
Falta de integración de los servicios asistenciales para tratar la patología dual
En la patología dual, condición clínica definida por una adicción y otro trastorno mental, coexiste el uso problemático de una sustancia adictiva y otro trastorno también reconocido por el citado campo científico, en un mismo individuo. Un ejemplo muy extendido es la adicción al alcohol en pacientes que padecen esquizofrenia. Asía las cosas, la nueva junta directiva de la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) trabaja para evitar el ‘síndrome de la puerta equivocada’: “El hecho de que existan dos redes claramente diferenciadas -Salud Mental y Drogodependencias- y que, dependiendo del diagnóstico transversal del enfermo se produzca su entrada en una de las dos redes para asistirle, provoca que el paciente se pierda y no sea recuperable”, asegura la nueva directiva.
El Dr. Szerman, psiquiatra, fundador de la SEPD y presidente de la Fundación Patología Dual, propone paliar esta problemática con un abordaje integral, lo que no sólo conseguiría un tratamiento eficaz, sino que, además, desde el punto de vista de la eficiencia "también se reducirían costes", pues se simplificarían las duplicidades que hay en los recursos disponibles.
Los ancianos con patología dual pueden mejorar más rápido que los jóvenes
Existe la idea no científica de que con edad avanzada (de 65 años en adelante) ya no se consumen drogas, pero no es real, según aseguran los expertos que se han dado cita en el marco de las XVIII “Jornadas Nacionales de Patología Dual”. “A pesar de que no hay un registro de la incidencia de la patología dual en ancianos, sí que hay constancia de que, con frecuencia, en edad adulta tardía existen adicciones asociadas a las demencias, al deterioro cognitivo o a trastornos afectivos o de ansiedad”, comenta el Dr. Carlos Roncero. Una de las circunstancias asociadas a las personas mayores es que su detección y diagnóstico es más complejo ya que, en muchas ocasiones, pasa desapercibido. Sin embargo, “una vez que se realiza un buen diagnóstico diferencial en estos pacientes y se les ofrece un tratamiento adecuado, realmente el éxito es superior al de los más jóvenes”, asegura el doctor. Esto se debe, según los expertos, a que cuando el paciente anciano deja de consumir sustancias, sus capacidades cognitivas y la sintomatología afectiva mejoran de manera muy clara y rápida.
Otra de las características de la patología dual en personas mayores reside en que con la edad, el cerebro se vuelve más vulnerable y, por tanto, son más frecuentes efectos como el enlentecimiento cognitivo o la bradipsiquia (síntoma caracterizado por la lentitud psíquica, mental o del pensamiento). Según los expertos, estas alteraciones normalmente mejoran cuando se disminuye el consumo de drogas y, por tanto, la recuperación es más rápida que en otro grupo de pacientes. A diferencia de los jóvenes, las sustancias más consumidas por estos pacientes son el alcohol, las benzodiacepinas y los opioides analgésicos. “También existe, aunque en menor medida, el consumo de cannabis o cocaína que suele realizarse en el entorno familiar y no solo con amigos”, comenta el doctor.
Casi todos los casos de adicción al juego, asociados a otros trastornos mentales
Las adicciones comportamentales (adicciones sin sustancia) son cada vez más frecuentas en nuestra sociedad, y empiezan a estar vinculadas a las nuevas tecnologías (juego online, teléfono móvil o videojuegos), a funciones corporales (el ejercicio físico, el sexo y el comer), y a conductas sociales (la compra compulsiva o la dependencia emocional). Suelen presentarse en personas que sufren de otros trastornos mentales, en individuos con altos niveles de ansiedad, rasgos disfuncionales de personalidad o pacientes depresivos, desarrollándose lo que se denomina una patología dual (enfermedad en la que coexisten de forma simultánea o secuencial un trastorno adictivo y otro mental y cuya prevalencia es superior al 50%). Así lo han puesto de manifiesto los expertos que se han dado cita en las II Jornadas de Adicciones Comportamentales y Patología Dual, organizadas por el Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid) y la SEPD, junto a la Fundación Patología Dual, en colaboración con el Plan Nacional de Drogas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
“De entre todas las adicciones comportamentales, la adicción al juego es la que cursa con más frecuencia con otros trastornos mentales, en concreto, en un 96% de los casos”, explica Szerman, jefe de Servicio de Salud Mental de Retiro, del Hospital Gregorio Marañón. La prevalencia en adultos del juego patológico se sitúa en torno al 1-2%, mientras que en adolescentes las cifras aumentan al 3-8%. En particular, la modalidad de juego online cumple, según los expertos, con todos los requisitos para ser altamente adictiva, todavía más que el juego presencial: la estimulación visual que llama la atención; la posibilidad de jugar en solitario y con cuantía de apuestas baja; la disponibilidad y accesibilidad 24 horas, y la privacidad (se puede jugar en el ordenador o en el móvil sin la preocupación acerca de qué pensarán las personas que están alrededor, al contrario de lo que ocurre en un bar o casino).
“Los jugadores patológicos adultos juegan más que los jóvenes a la lotería o tragaperras, mientras que los jóvenes juegan más a las apuestas deportivas y póquer online. Por tanto, las nuevas modalidades de juego por internet se dirigen especialmente al colectivo joven, y las enfermedades que se asocian más frecuentemente a estas adicciones son la fobia social, el TDAH, el trastorno obsesivo compulsivo, la personalidad límite y la psicosis”, declara Szerman. Y es que, “no se elige tener una adicción, y las personas vulnerables pueden desarrollar comportamientos compulsivos relacionados con circuitos cerebrales disfuncionales y que se vinculan a nuestra supervivencia (explorar, buscar comida, sexo…)”, asegura.
La predisposición para una adicción, condicionada por factores biológicos y ambientales
No todas las personas que consumen drogas desarrollan adicción. Los expertos reunidos en las Jornadas de la SEPD describen que hay personas que nacen con una mayor comorbilidad a la adicción, principalmente por factores biológicos y ambientales, incluyendo la vulnerabilidad genética. El Dr. José Martínez-Raga, psiquiatra del Hospital Universitario Dr. Peset, afirma que “la presencia de otros trastornos psiquiátricos y, por lo tanto, la patología dual, aumenta la vulnerabilidad para desarrollar adicción a sustancias”. En este sentido, “hasta el 90% de los pacientes que acude a consulta por un trastorno adictivo presenta o ha presentado otro trastorno mental asociado y hasta el 75% que acude a una consulta de Salud Mental (por depresión, esquizofrenia, TDAH, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad,…) tienen o han tenido también otro trastorno mental asociado”.
Alrededor de 15 millones de europeos son alcohol-dependientes. El Dr. Pablo Vega, médico del Instituto de Adicciones subraya que, desde el punto de vista médico, “la abstinencia ha dejado de ser el objetivo prioritario en la adicción del alcohol y el foco se centra más en el desarrollo de programas de consumo controlado”. A pesar de que las mujeres están más protegidas biológica y culturalmente que los varones en el consumo de alcohol, en los últimos años ha habido un incremento significativo del consumo de alcohol en mujeres adolescentes, sobre todo en forma de atracones de bebida. Según el especialista, “los factores genéticos explicarían el 49% de la variancia en el riesgo para la dependencia del alcohol y que pueden influir sobre su velocidad de progresión, mientras que la edad de inicio podría estar más relacionada con factores ambientales”.
Los expertos detallan que el consumo intensivo de alcohol se confirma con patrones como el “binge drinking” o atracón que se produce por la ingesta de 5 o más vasos o copas en un intervalo aproximado de dos horas. Por otro lado, factores ambientales como el estrés, traumas en la infancia o la exposición temprana al alcohol pueden favorecer la dependencia.
Alcohol y depresión: factores de riesgo de suicidio en patología dual
Actualmente, el alcohol y la depresión son los factores de riesgo de suicidio más prevalentes en los pacientes que sufren patología dual (condición clínica en la que coexisten de forma simultánea o secuencial un trastorno adictivo y otro trastorno mental) y a los que hay que prestar especial atención, según destaca la Dra. Mercedes Navío, médico psiquiatra y directora del Proyecto Prevención de Suicidio de la Estrategia de Salud Mental del Ministerio de Sanidad.
Por este motivo, según Navío, el abordaje del riesgo de suicidio requiere de un tratamiento específico de la patología mental subyacente: “Habitualmente este tratamiento específico incluye intervenciones psicofarmacológicas y psicoterapéuticas combinadas, de corte cognitivo-conductual, dialéctico conductual, terapia de resolución de problemas y encuadre individual y grupal”.
Mejorar el diagnóstico del TDAH, entre las claves en el abordaje de la patología dual
Algunos trastornos mentales como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o el Trastorno del Espectro Autista están diagnosticándose tarde y mal en las redes de asistencia sanitaria, lo que influye en el abordaje de la patología dual. Por este motivo, mejorar el diagnóstico de estas enfermedades, además de los trastornos del estado de ánimo o de la conducta alimentaria y de la psicosis, es determinante para mejorar el abordaje de la patología dual, han apuntado fuentes de la SEPD.
“Ninguna persona elige ser adicta ni tener una enfermedad mental. Es necesario mejorar el diagnóstico de algunas enfermedades mentales con el fin de detectar a tiempo la patología dual. Además, las conductas adictivas sin sustancias, como la adicción a comer y otras, deben valorarse también en la perspectiva de la Patología Dual, con el fin de mejorar el diagnóstico y tratamiento de estos pacientes”, apunta el Dr. Néstor Szerman.
El papel de la AP en el seguimiento de los pacientes con enfermedad mental grave
Cada vez es más importante el papel de los profesionales de enfermería en la atención de los pacientes. En el caso de las personas con enfermedad mental, la enfermería adquiere un papel protagonista y es una pieza clave para conseguir la recuperación funcional y sociolaboral de las personas con trastornos mentales graves. En Zamora, más del 70% de los enfermeros trabaja con pacientes con trastornos mentales. Según el Dr. Manuel Franco, jefe del servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Zamora, “el Modelo Asistencial Reticular se constituye como un importante instrumento del sistema para el cumplimiento de los objetivos y mejora de la calidad de vida de las personas con enfermedad mental grave”. La implantación del Modelo Asistencial Reticular zamorano ha permitido que en su área de salud se reduzcan las estancias hospitalarias de estos pacientes en más del 60%.
Asimismo, Franco detalla que “se incorpora la atención de salud mental en los centros de salud de Atención Primaria (AP), favoreciendo la intervención de la red de salud mental en los propios territorios, mejorando la accesibilidad a la atención y tratando de intervenir no solo en la enfermedad sino también en el entorno, para lo cual se visita el entorno de cada paciente, y se trata de integrar los tratamientos farmacológicos, psicológicos y sociales, mejorando también la coordinación con la AP”.
El psiquiatra es clave para la recuperación del paciente alcohólico
El trastorno por consumo de alcohol (TAC) representa un desafío de salud pública debido a su elevada carga, tanto en términos de enfermedad como de sufrimiento personal/familiar y de costes asociados. Es la enfermedad mental con la tasa más baja de tratamiento, estimada en el 10% en Europa. Sin embargo, la patología cuenta con suficientes herramientas de diagnóstico y tratamiento. De hecho, entre todas las enfermedades adictivas es la que tiene mejor respuesta al tratamiento.
La Reunión Nacional y Foro de Expertos "Nuevos avances en el Tratamiento del Trastorno por Consumo de Alcohol (TCA)", organizada por Lundbeck, que se ha celebrado en Madrid recientemente, ha arrojado luz sobre la situación actual del trastorno por consumo de alcohol y su abordaje clínico, con especial hincapié en los nuevos enfoques en el manejo y tratamiento de esta enfermedad, centrados en la reducción del consumo de alcohol y sus beneficios asociados, ya sea abordándola por sí sola o en combinación con otros trastornos psiquiátricos (patología dual). El encuentro ha reafirmado la figura del psiquiatra como el profesional clave para el manejo del alcoholismo, patología dual y enfermedades psiquiátricas con abuso de alcohol.
El consumo moderado de alcohol de manera prolongada puede acarrear daños
Consumir más de una copa de vino al día, en el caso de las mujeres, o más de dos, en el de los hombres, de manera prolongada en el tiempo, puede conllevar deterioro cognitivo, aunque muchas veces no se diagnostique. Esta es una de las cuestiones tratadas en las XXI Jornadas de Actualización en Psicogeriatría, organizadas por el Hospital Sagrat Cor de Martorell de Hermanas Hospitalarias (Martorell, en Barcelona). Se estima que alrededor del 65 % de la población adulta consume alcohol de manera sistemática a lo largo de su vida. En este porcentaje se incluye un grupo de población con un funcionamiento aparentemente normal pero que presenta problemas cognitivos relacionados con haber estado más de 20 años consumiendo alcohol con moderación.
“La no visualización de signos externos claros de pérdida de las funciones cognitivas y el hecho de no tener un patrón de alto riesgo provocan que muchos de estos casos no se diagnostiquen”, explica Celia Mareca, neuropsicóloga de la Unidad Polivalente Barcelona Nord del Hospital Mare de Déu de la Mercè (Barcelona). Por otra parte, según Mareca, “existe gran heterogeneidad de deterioro posible debido al consumo de alcohol, que puede ir desde leves dificultades a un síndrome demencial, por lo que la diagnosis es todavía más complicada”. En cualquier caso, los síntomas del deterioro cognitivo que sufren estos pacientes repercuten en gran medida en su funcionamiento diario. “Presentan problemas tanto a nivel de memoria como fallos en la función ejecutiva, tales como la dificultad en la toma de decisiones, la disminución de la capacidad organizativa y de planificación, o la falta de control de la conducta”, indica.
Los jóvenes reconocen los riesgos del cannabis, pero aun así defienden su regulación
Mayoritariamente (59,1%) los adolescentes y jóvenes españoles de 16 a 34 años consideran al cannabis una sustancia bastante o muy peligrosa. Y sólo el 14% de ellos consideran que su consumo acarrea pocos o ningún problema. Sin embargo, y a pesar de esta percepción del riesgo, un 45,5% de adolescentes y jóvenes cree que debería permitirse a los adultos su consumo privado; el 14,5% opina que debería permitirse su consumo, incluso público, sin ninguna limitación; y el 2,7% cree que debería estar permitido su consumo a cualquier persona y en cualquier circunstancia. Por el contrario, un 26% considera que debería prohibirse y sancionarse su consumo incluso en privado.
Estos son algunos datos del estudio “Tendencias de cambio en la representación del cannabis. La perspectiva de adolescentes y jóvenes españoles” presentada en Madrid. La investigación ha sido elaborada, gracias a la financiación de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, un centro privado e independiente creado por la FAD.
Las diferencias culturales influyen en el diagnóstico en Urgencias
El Departamento de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona) ha llevado a cabo un estudio sobre el papel de la cultura en el uso de medidas coercitivas y el diagnóstico de enfermedades mentales entre los diferentes grupos étnicos que acuden a urgencias de psiquiatría. El trabajo concluye que es necesario dotar a los psiquiatras de herramientas y recursos para poder detectar los desajustes en el diagnóstico causados por las diferencias culturales entre los profesionales y los pacientes inmigrantes.
El Dr. Francisco Collazos, responsable del estudio, asegura que en la primera visita de un paciente a urgencias de psiquiatría, la comunicación con el especialista juega un papel fundamental, dado que no se disponen de pruebas biológicas a modo de marcadores que puedan indicar que el paciente presenta una enfermedad u otra. “En poco tiempo tenemos que determinar si el paciente puede irse a casa o tiene que quedarse ingresado, en función de unas conductas, de unas emociones expresadas y de unas ideas que tenemos que interpretar”, explica el investigador. “Y esta manera de expresar las emociones, de dar sentido, por ejemplo, a la vivencia de escuchar voces, varía muchísimo entre el discurso occidental que conocemos, frente al de otras regiones”, afirma. Esto puede explicar, según el doctor, porqué en el estudio los asiáticos y europeos del Este fueron diagnosticados de ansiedad hasta en 7 puntos más que la población autóctona, o los inmigrantes procedentes de Latinoamérica fueron menos diagnosticados de psicosis respecto a la población local.
En esta primera entrevista que realiza el psiquiatra con el paciente, el dominio de la lengua juega un papel clave. Según los resultados del estudio, los pacientes con el nivel de comprensión y de expresión más bajo del español, fueron diagnosticados de psicosis hasta 2,7 veces más que los que presentaban un nivel superior. En el mismo sentido, el estudio también ha concluido que el uso de medidas coercitivas -como son el ingreso involuntario y la petición de presencia del personal de seguridad- y de medicación intramuscular se multiplica por cuatro cuando la comunicación no es fluida.
Referencias
1. Murat Demirtaş, Cristian Tornador, Carles Falcón, Marina López-Solà, Rosa Hernández-Ribas, Jesús Pujol, José M. Menchón, Petra Ritter, Narcis Cardoner, Carles Soriano-Mas, Gustavo Deco, (2016), “Dynamic functional connectivity reveals altered variability in functional connectivity among patients with major depressive disorder“, 28 d’abril, Human Brain Mapping, DOI: 10.1002/hbm.23215.
2. Maria Moscoso-Castro, IreneGracia-Rubio, FranciscoCiruela, Olga Valverde. Genetic blockadeofadenosine A2A receptors induces cognitive impairments and anatomical changes related to psychotic symptoms in mice. Abril 2016, European Neuropsychopharmacology. DOI: 10.1016/j.euroneuro.2016.04.003
3. Real-world Paliperidone Palmitate data from acute units: The SHADOW Study. Poster presented at the 24 European Congress of Psychiatry (EPA 2016), Madrid, Spain, 12-15 March 2016 (Abstract number: EPA16-0795)