Redacción Farmacosalud.com
Según el doctor Fermín Mearín, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Centro Médico Teknon (Barcelona), “ya hay datos” que sostienen que “los probióticos son útiles en enfermedades digestivas y en enfermedades extradigestivas”. En opinión del doctor, cuando se habla de estos complementos nutricionales “tenemos que ser muy científicos y, verdaderamente, fiarnos de aquellos probióticos que tienen estudios bien diseñados, bien realizados, aleatorizados, contra placebo, y en los que realmente han demostrado tener una eficacia. Alflorex (Bifidobacterium infantis) tiene estudios en los que demuestra no sólo su eficacia contra placebo, sino su eficacia contra otros probióticos”. Mearín ha realizado estas declaraciones en el marco de la 30ª edición de INFARMA (Madrid, 13-15 de marzo de 2018).
-¿Qué importancia tiene la microbiota?
La microbiota tiene una importancia fundamental en nuestra salud y en nuestra enfermedad. De hecho, se la considera actualmente como otro órgano metabólico y con una actividad pro- y antiinflamatoria muy importante. En cualquiera de las enfermedades que se evalúen actualmente, se ve cuál es la importancia de la microbiota, no tan sólo en patologías digestivas, sino también metabólicas, cardiológicas e incluso neurológicas o psiquiátricas.
-¿Entonces, como es posible que a la microbiota no se le haya prestado hasta ahora tanta atención?
Verdaderamente, parece increíble que pensásemos que nuestro organismo estaba sólo, y que no nos diésemos cuenta de que hay decenas de miles de bacterias, de virus, de archaea que conviven con nosotros y que tienen una gran influencia cuando estamos sanos y cuando estamos enfermos. Muy probablemente el problema ha sido, fundamentalmente técnico, ya que el cultivo de la gran mayoría de las bacterias no puede realizarse con los medios actuales y se necesitan estudios mucho más complejos del RNA bacteriano. Por otra parte, no sabemos ni la décima parte de lo que está ocurriendo, dado que nuestro intestino también está lleno de virus, de los cuales desconocemos cuál es su función, y cómo influyen en la enfermedad y en la salud de los seres humanos.
-¿Hasta dónde puede llegar, en un futuro, la relevancia de la microbiota en el tratamiento de patologías?
Ya ha llegado, y de hecho ya hay datos que corroboran que los probióticos son útiles en enfermedades digestivas y en enfermedades extradigestivas. Pero también hay otro ejemplo: el trasplante fecal, que es cambiar la microbiota completamente de un ser humano a otro, ha demostrado su utilidad en la colitis pseudomembranosa, en la colitis por Clostridium difficile. Y, en la actualidad, hay muchos estudios sobre diferentes enfermedades muy prometedores en los que se aborda como el cambio de la microbiota también puede ser de gran utilidad, no sólo por los probióticos, sino muy probablemente en el futuro por el trasplante fecal.
-¿Cómo debemos controlar nuestras bacterias?
Es fundamental el aspecto alimenticio. No debemos olvidar que hay otro término, que no es el de ‘probiótico’ sino el de ‘prebiótico’, que es de lo que se alimentan las bacterias normales, nuestra microbiota, la que tenemos en el intestino. Fundamentalmente, una dieta rica en fibra, con vegetales, equilibrada, sin un exceso de grasa, es la mejor forma de mantener activas y con buena salud a las bacterias intestinales, aquellas de las que luego va a depender también nuestra salud.
-Hablando de probióticos, y en el caso un poco más concreto de Alflorex®… ¿cómo pueden favorecer una buena microbiota?
Hay múltiples probióticos en el mercado. Se dice: ‘los probióticos son buenos’… Yo creo que con esto tenemos que ser muy científicos y, verdaderamente, fiarnos de aquellos probióticos que tienen estudios bien diseñados, bien realizados, aleatorizados, contra placebo, y en los que realmente han demostrado tener una eficacia. Alflorex (Bifidobacterium infantis) tiene estudios en los que demuestra no sólo su eficacia contra placebo, sino también su eficacia contra otros probióticos… y aún más, se demuestra cuál es uno de sus mecanismos de acción, ese efecto antiinflamatorio que tiene. Por lo tanto, yo creo que actualmente eso de que ‘los probióticos son buenos o son malos’ debería de descartarse de nuestra conversación médica o farmacéutica y fiarnos realmente sólo de aquellos probióticos que presenten estudios buenos y científicos, con capacidad demostrativa.