Redacción Farmacosalud.com
El aura de glamour que desde siempre ha rodeado a los pilotos de aviación comercial tiene otro trasfondo nada encantador, una cara de la moneda que a menudo permanece oculta y que, al ir mucho más allá de los consabidos riesgos de sufrir un accidente aéreo, repercute en ese colectivo profesional a todas horas, no solamente en las de vuelo efectivo. “Los pilotos y los Tripulantes de Cabina de Pasajeros tenemos el doble de incidencia de melanoma comparado con la población general”, ejemplifica Ariel Shocrón, jefe de la Vocalía Técnica y de Seguridad de Vuelo del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA). “Destacamos las cataratas, que padecemos los pilotos con una frecuencia tres veces superior a la media”, asegura Shocrón, quien añade que el archiconocido Jet-Lag “está asociado a los linfomas no hodgkinianos, entre otras enfermedades”. Después de desgranar un catálogo de afecciones típicas de los profesionales de la aviación, el portavoz de SEPLA lanza una petición que, por decirlo de algún modo, ejecuta una especie de vuelo rasante sobre la conciencia de las instituciones: “Me gustaría hacer un llamamiento a que se investigue y se hagan estudios médicos en España que ayuden a concienciar a las autoridades sobre los efectos sobre nuestra salud que tiene nuestra actividad laboral”.
-Los pilotos de aviación tienen más riesgo de sufrir cáncer de piel. ¿Por qué? ¿Existen cifras de prevalencia de la enfermedad en ese colectivo profesional?
Según el último estudio publicado por la Universidad de California, los pilotos y TCPs (Tripulantes de Cabina de Pasajeros) tienen un tasa de incidencia del 2.2 respecto a cualquier otro tipo de población. Esto significa que los pilotos y los TCPs tenemos el doble de incidencia de melanoma comparado con la población general, derivado de nuestra exposición a radiación ionizante, no ionizante y rayos UV, cuya incidencia es acumulativa.
-¿Cómo puede evitar la tripulación el riesgo de desarrollar un tumor cutáneo?
En primer lugar, consideramos que las autoridades deben reconocer que esto es un problema de salud laboral con importantes consecuencias. Son las autoridades quienes tienen la potestad de modificar las normas y requerir que se pongan medios para mitigar esta incidencia. Desde SEPLA e IFALPA (Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas) llevamos años reclamando que se nos considere grupo de riesgo laboral debido a las radiaciones, no sólo las UV, sino también las radiaciones cósmicas y de tormentas solares. De hecho OACI establece requisitos para medir las dosis de radiación promedio, sin contar todavía con las procedentes de tormentas solares que reciben los tripulantes en cada vuelo. Esto se ha demostrado bastante poco práctico, pues no se establecen medidas de acompañamiento, ni se han tomado medidas proactivas destinadas a velar por la salud de los tripulantes de vuelo.
-¿Volar frecuentemente a tanta altitud también comporta algún otro tipo de problema para la salud de los pilotos?
El melanoma no es el único tipo de cáncer que nos afecta. Hay estudios de la FAA norteamericana que confirman el riesgo de enfermedades oculares. Destacamos las cataratas, que padecemos los pilotos con una frecuencia tres veces superior a la media debido a las radiaciones que recibimos a través de los cristales y que repercuten en nuestra vista. Ello se debe a que los cristales no son capaces de absorber toda la gama de rayos UV, por lo que se nos aconseja llevar gafas con alto índice de protección UV para proteger nuestra vista.
Otros problemas vienen derivados de nuestros cambios constantes de los ciclos circadianos, esto es, los cambios de horarios asociados al cruce de husos horarios, comúnmente conocido como Jet-Lag, que se está demostrando que está asociado a los linfomas no hodgkinianos*, entre otras enfermedades. Las tripulaciones también estamos expuestas a trastornos del ritmo circadiano asociados a cambios de turnos laborales, que se ha demostrado que están asociados con varios tipos de cáncer. Así pues, las tripulaciones de vuelo de larga distancia están expuestas a los dos tipos de trastorno del ritmo circadiano de origen laboral que reconoce la prestigiosa APA, siendo la única profesión, además de los astronautas, expuesta a ambos riesgos.
Hay otros tipos de problemas de salud derivados de nuestra actividad, como pueden ser los dolores musculares de espalda, hombros y codos, debido al transporte constante de nuestro equipaje, y problemas circulatorios, digestivos y estomacales ocasionados bien por la acumulación de gases propios de las diferencias de presión que tenemos a lo largo de un vuelo o bien por el tipo de alimentos que consumimos. Incluso existen problemas menstruales entre las mujeres debido a los cambios de los ya mencionados ciclos circadianos. Por poner otro ejemplo, estamos realizando actualmente un estudio sobre cambios cromosomáticos entre el personal de vuelo.
Por último, y no menos importante, tenemos el problema de la fatiga, producido por las largas horas de trabajo, los horarios cambiantes, el ruido ambiental en cabina o el estrés. Todo ello, prolongado en el tiempo, puede provocar una fatiga crónica, que incluso puede hacernos perder nuestra aptitud para el vuelo.
-Los asientos de pilotaje de un avión comercial son ergonómicos y por tanto adaptados a las necesidades anatómicas de las personas. Además, los pilotos se pueden turnar para llevar los mandos del aparato, con lo cual pueden ‘estirar las piernas’. Con todo, ¿surgen problemas en las zonas lumbares y en las articulaciones de esos profesionales?
Efectivamente, los tripulantes de vuelo tendemos a sufrir problemas lumbares debido a la cantidad de horas que estamos en la misma posición. Debemos tener en cuenta que nuestras jornadas laborales pueden llegar hasta las 15 horas, de las que la mayor parte las pasamos sentados (los pilotos) o de pie (los TCPs), y en sitios bastante confinados. Pese a que la ergonomía ha mejorado mucho en las últimas décadas, los asientos de los pilotos no están diseñados para prevenir este tipo de problemas y dolencias, al igual que las zonas de trabajo de los TCP... y los carros de comida no se diseñan optimizando las condiciones de trabajo.
Como ya he mencionado antes, el tener que transportar constantemente nuestro equipaje por aeropuertos, terminales y calles también termina provocando lesiones y dolencias en las articulaciones.
-Los aviadores están sometidos a un gran estrés por la enorme responsabilidad del trabajo que ejercen. ¿Qué impacto psicológico comporta eso?
El impacto psicológico es importante, no sólo por el estrés cotidiano al que estamos sometidos derivado de nuestra vida personal, sino el que se genera en nuestro lugar de trabajo por la necesidad de salir en hora y hacer que toda la operación sea segura, rápida y eficiente (operación que se ve alterada por las condiciones meteorológicas, ambientales, congestión de tráfico aéreo, etc…) A ello debemos sumar un grado importante de estrés en caso de sufrir un incidente, ya sea propio o de un compañero o conocido.
Por este motivo, SEPLA instauró hace cuatro años, a raíz de nuestra experiencia tras el accidente de Spanair en Barajas, el programa CIRP (Critical Incident Response Program), basado en el famoso CISM y que tiene como misión prestar una primera atención y ayuda a nuestros compañeros que han pasado por un incidente serio con el fin de ayudarles a normalizarse tras un incidente que les haya afectado.
-¿Los problemas de varices -causados por estar de pie durante largos períodos y por los cambios de presión- es la única patología que acostumbra a sufrir el personal que atiende a los pasajeros, o bien padecen otras alteraciones?
Efectivamente, esta es la afección más visible, pero son multitud los problemas que se pueden padecer debido a nuestro trabajo. El ejemplo más extremo se puede poner cuando la compañía Air France operaba el famoso Concorde y limitaba el número de vuelos a las tripulantes femeninas, pues estaban teniendo problemas importantes respecto a sus ciclos menstruales, provocados por las descompensaciones de los ciclos circadianos y las altitudes de vuelo.
También están expuestos a daños muy ocasionales, pero potencialmente serios, causados por turbulencias severas inesperadas en aire claro, cuando la mayor parte de pasajeros y los pilotos están sentados y con los cinturones abrochados pero los TCPs, debido a sus obligaciones, están de pie.
-¿Qué es un barotrauma y cómo puede evitarse?
Los barotraumas son problemas de permeabilidad en los conductos auditivos producidos por los cambios de presión. La mejor forma de prevenirlos es evitar volar en caso de tener congestión nasal, ya que en el peor de los casos se puede provocar una rotura de tímpanos y, por consiguiente, nuestra incapacitación para volar. Como medidas mitigadoras tenemos la opción de masticar, tragar saliva, realizar la maniobra de Valsalva**, etc.
-Nos preguntamos si la larga exposición al aire acondicionado de los aviones puede tener alguna repercusión en la salud de la tripulación y de los pasajeros…
En los últimos años se está hablando mucho del Síndrome Aerotóxico, que es la intoxicación producida por los sistemas de aire acondicionado de los aviones. El sistema de aire acondicionado y presurización de un avión funciona obteniendo aire del exterior que ha sido comprimido por el motor y se ha pasado por unos intercambiadores de temperatura y unos filtros. Este sistema es susceptible de contaminarse con vapores producidos al quemarse aceite o combustible, lo que generaría la inhalación de TCP (la neurotoxina Tricresil Fosfato, por sus siglas en inglés) por parte del tripulante o pasajero, lo que puede producir problemas cognitivos, mareos, desorientación, problemas neurológicos, etc. A pesar de que las autoridades ya consideran este tipo de eventos como accidentes, creemos que no le están dando la importancia que a nuestro parecer debiera tener.
Es muy importante que la sociedad médica tome conciencia de estas enfermedades tan específicas de nuestra profesión. Desde estas líneas, me gustaría hacer un llamamiento a que se investigue y se hagan estudios médicos en España que ayuden a concienciar a las autoridades sobre los efectos sobre nuestra salud que tiene nuestra actividad laboral, algo en lo que SEPLA siempre estará dispuesta a colaborar.
* Un tipo de cáncer
**Intento de exhalar aire con la glotis cerrada o con la boca y la nariz cerradas