Redacción Farmacosalud.com
Bajo el título ‘Biomarcadores en EM. Presente y Futuro’ tuvo lugar la tercera entrega del ciclo de CÁPSULAS ‘Preguntas prácticas sobre la Esclerosis Múltiple (EM) para Farmacia Hospitalaria’. Estos videos formativos, puestos en marcha por la plataforma CAMPUS FARMACOSALUD, forman parte de una iniciativa científica de la Fundación GAEM que cuenta con el patrocinio de las compañías Bristol Myers Squibb y Novartis. En esta ocasión, intervinieron como moderador el Dr. Miguel Ángel Calleja, jefe del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, mientras que el papel de ponente recayó en la Dra. Sara Eichau, neuróloga y coordinadora de la Unidad de EM en dicho centro hospitalario. Eichau cree que, de entre los nuevos biomarcadores de EM, los neurofilamentos (Nfl) y la GFAP podrían estar presentes en la práctica clínica en un corto plazo de tiempo.
Hoy en día, y desde hace ya varios años, se usan diversos biomarcadores para el diagnóstico de la EM. La Dra. Eichau pasa a detallarlos en la VIDEO-CÁPSULA que puede visualizarse clicando aquí o bien posándose y clicando sobre la imagen que aparece bajo estas líneas:
El Simoa, aparato clave
Para Eichau, los nuevos indicadores de la EM que se presentan como más prometedores y que en breve podrían usarse de forma estandarizada en la práctica clínica son los neurofilamentos (Nfl) y la GFAP. Los neurofilamentos son unas proteínas que están en el citoesqueleto y que revelan la presencia de daño axonal. Antes se medían en líquido cefalorraquídeo, mientras que en la actualidad existen técnicas y aparatos que permiten evaluarlos en suero. Según Eichau, “la máquina más sensible y estandarizada para medir los Nfl de cadena ligera es el Simoa”, una tecnología que ya se encuentra en algunos centros españoles. En opinión de la coordinadora de la Unidad de EM del Hospital Virgen Macarena, este es un tipo de avance que “muy pronto” estará disponible en toda España “porque se están haciendo guías nacionales e internacionales y la evidencia es ya increíble con los Nfl”. Cabe destacar que el daño axonal asociado a este biomarcador demuestra:
• la relación con nuevas recaídas
• empeoramiento de la discapacidad
• empeoramiento del deterioro cognitivo
• aumento del volumen lesional
• correlación con nuevas lesiones
• correlación con la atrofia
Monitorizar tratamientos y respuestas al tratamiento
La utilidad de dicho indicador es tan prometedora que, si sus niveles se elevan en el marco de nuevas recaídas, se está pensando incluso en la posibilidad de intentar “prevenir el brote” de EM, es decir, determinar si se está ante la “antesala” de un brote, sostuvo la neuróloga. Además, en el caso de los medicamentos usados “a cursos” -en espera de que haya actividad en resonancia o clínica-, se pretende que el análisis de los Nfl “sea una forma de monitorizar tratamientos y respuestas al tratamiento”, remarcó.
La GFAP, por su parte, es una proteína que se ha vinculado con la progresión de la enfermedad. Su determinación también se puede practicar con el Simoa.
Con el estudio de los Nfl y la GFAP “tendremos una ayuda más para determinar, en primer lugar, el pronóstico del paciente”, y poder elegir posteriormente “el fármaco adecuado” para cada caso, señaló la Dra. Eichau, quien a renglón seguido insistió en que estos nuevos biomarcadores podrían ser una realidad en la práctica clínica “a corto plazo”.
Los retos de futuro con respecto a estos indicadores pasan, lógicamente, por generar evidencia científica, y esto ya “está ocurriendo a una velocidad vertiginosa… cada mes hay muchísimas publicaciones sobre neurofilamentos y de GFAP, y va a haber muchísimas más en los próximos años”, vaticinó la facultativa. A juicio de Eichau, el problema de los costes asociados al uso de los nuevos biomarcadores no debería hacer olvidar que estos avances, además de tener potencial para evitar que los pacientes de EM “empeoren”, permiten ser “efectivos a largo plazo” desde un punto de vista terapéutico.
En definitiva, la evidencia debe dar paso a la elaboración de guías de práctica clínica que faciliten el establecimiento de factores pronósticos y de respuesta al tratamiento en el ámbito de la esclerosis múltiple.
Asimismo, habrá que determinar los rangos de referencia en diferentes laboratorios y en diferentes edades -cómo varían según el rango de edad de las personas con EM-, e investigar, ante la presencia de daño axonal, el papel de la senescencia, o sea, habrá que ver si a lo largo de la vida del paciente estos Nfl se mantienen bajos o bien aumentan debido al condicionante senescente.