Redacción Farmacosalud.com
“Hay que derribar el mito romántico del alcohol, que tiene que dejar de ser visto en Europa como una forma de vida. La evidencia científica demuestra que, más bien, resulta, a menudo, una forma muy evitable de morir”. Lo ha afirmado el hasta hace poco presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), el Dr. Manuel Romero, en el marco del 50º Congreso anual de esta sociedad científica, evento celebrado recientemente en Madrid (Romero era presidente durante la cita congresual). En este encuentro se ha debatido acerca del aumento de las enfermedades del hígado vinculadas al consumo de alcohol, de ahí que los especialistas coincidan en la necesidad de un gran cambio regulatorio, tanto a nivel europeo como nacional, para revertir esta tendencia. El tabaco marca el camino. La aplicación en todo el ámbito territorial de la UE (Unión Europea) de un etiquetado informativo similar al del tabaco, como ha aprobado Irlanda, es una de las medidas que se recomiendan desde la AEEH.
Pero no la única. Poner freno a la publicidad, crear espacios libres de alcohol, prohibir de forma efectiva el consumo en la calle y provocar una subida de los precios son otras medidas necesarias. De forma general, lo que piden los expertos es que se promueva “un gran cambio cultural” sobre el alcohol, que no se minimice las consecuencias de su consumo, disociándolo de las ideas de celebración, encuentro, comunión, alegría y fiesta de la vida, para presentar la “evidencia científica de su asociación con la mortalidad”, que, en el caso de las afecciones hepáticas, se objetiva en datos muy preocupantes.

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“Coraje”
“Necesitamos el mismo coraje que los políticos mostraron para enfrentarse al tabaco a principios de este siglo”, ha expuesto el Dr. Romero, para quien es necesario enfrentar “el bulo romántico” asociado a las bebidas alcohólicas, con la dura realidad de sus efectos sobre la salud. A este respecto, Romero ha advertido del riesgo de la narrativa del “consumo moderado”, que, a priori y de forma teórica, apela a la responsabilidad y a la prudencia, pero que en la práctica funciona muy mal. “La trampa es que quien se propone una copa al día bebe, normalmente bastante más de una, y el consumo moderado asumido como propósito acaba convirtiéndose en la práctica en un consumo de riesgo”.
Europa es la región con mayor consumo de alcohol del mundo, con una ingesta media de 9,2 litros de alcohol al año, siendo España uno de los mayores consumidores de Europa, con un consumo medio de 11 litros por persona, según datos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) de 2021 que probablemente ya se habrá superado. Alrededor de 300.000 personas en Europa mueren prematuramente cada año debido a problemas hepáticos, en muchos casos asociados al alcohol, con una creciente incidencia entre los jóvenes y a edades cada vez más tempranas. Las patologías del hígado son, además, la segunda causa principal de años de vida laboral perdidos en todo el Viejo Continente.
Existe una correlación directa entre la ingesta general de alcohol y la mortalidad hepática en 21 de los 28 Estados miembros de la Unión Europea (UE). España es uno de ellos, donde, el consumo de tales bebidas, solo o asociado a otras causas, representa más de la mitad de los casos de cáncer de hígado, el segundo que más años de vida resta. A pesar de todo ello, la percepción sobre los riesgos de esta ingesta sigue sin modificarse, y de hecho los jóvenes inician su consumo a edades cada vez más tempranas y con patrones asociados a un mayor riesgo (ingesta de grandes cantidades de alcohol en pocas horas).

El Dr. Manuel Romero interviniendo en el Congreso
Fuente: AEEH / Euromedia Comunicación
MetALD
“Unido a la epidemia de obesidad y diabetes, el alcohol suma el tercer ingrediente para un verdadero cóctel explosivo de enfermedad hepática en los próximos años”, explica el actualmente expresidente de la AEEH. Recientes estudios internacionales liderados por hepatólogos españoles han demostrado que las personas con síndrome metabólico y obesidad tienen mayor riesgo de sufrir una enfermedad hepática cuando consumen diariamente cualquier cantidad de alcohol, incluso si es moderada o baja. Dicho de otra forma, toda ingesta diaria de estas bebidas, aunque sea una sola copa vino, se asocia de forma independiente con daño hepático en este tipo de pacientes.
La combinación de alcohol y obesidad se viene convirtiendo en una amenaza tan importante para la salud hepática que está en debate dentro de la especialidad si no conforma una nueva enfermedad específica, a la que se ha denominado MetALD (Enfermedad Metabólica-Alcohólica). A los especialistas de la AEEH les preocupa su impacto en la salud del hígado de toda la población, pero particularmente en la de los jóvenes, ya que se vincula a estilos de vida muy perjudiciales y sin embargo cada vez más normalizados. De ahí, insistan, en la necesidad de convertir el alcohol y la obesidad, tanto juntos como por separado, en “el gran enemigo a batir”.
Cribados en personas de riesgo
Por otro lado, los hepatólogos recomiendan realizar un cribado de enfermedad hepática a todas las personas que, con independencia de la edad, presenten factores riesgo como consumo habitual de alcohol, diabetes, obesidad o transaminasas alteradas. “Hace unos años, encontrar a una persona menor de 30 años con cirrosis era algo excepcional; hoy no lo es en absoluto y cada vez lo va a ser menos, si no le ponemos remedio”, asegura el Dr. Romero.
Preocupa en especial la creciente prevalencia tanto del conocido como ‘hígado graso’ (esteatosis hepática metabólica), ligado a la obesidad y la diabetes tipo 2, así como la de la enfermedad hepática relacionada con el consumo de alcohol, cuya prevalencia se ha disparado en España, como en toda Europa, y con un impacto cada vez mayor a edades tempranas.