Redacción Farmacosalud.com
Nadie nace enseñado. Por supuesto, tampoco nacen enseñados los cirujanos, quienes también deben aprender de otros para poder desarrollar sus tareas profesionales, entre las cuales se encuentra la actualización de sus conocimientos y la adaptación a las novedades prácticas y tecnológicas que van surgiendo. Pero el doctor Manuel López Paredes, jefe del Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Vall d’Hebron (Barcelona), advierte a través de www.farmacosalud.com que “en las últimas dos o tres décadas en Europa las horas de trabajo en formación que realizan los cirujanos en formacion han ido disminuyendo, y si a esto sumamos la baja incidencia de malformaciones raras, la disminucion de la natalidad, y el derecho a interrumpir el embarazo además de la aparición de nuevas técnicas”, crea un gap, algo que obviamente repercute de manera negativa en estos especialistas, y que debería compensarse con nuevos métodos de aprendizaje.
Así las cosas, el Hospital Maternoinfantil Vall d’Hebron ha acogido recientemente el curso ‘European Symposium & Hands On Course i Pediatric, Neonatal and Fetal MIS’, el primer encuentro de España centrado en las técnicas mínimamente invasivas basadas en simulación para tratar a enfermos pediátricos. El curso, además, ha sido pionero en este ámbito al desarrollarse exclusivamente bajo el modelo de la simulación para el aprendizaje. Aunque el balance de la reunión ha sido “bastante positivo”, sobre todo por la presencia de cirujanos pediátricos “reconocidos a nivel mundial” que ostentan las “más largas experiencias” en estas técnicas quirúrgicas y en los nuevos métodos de formación, al doctor López Paredes le queda el regusto amargo de saber que, en la Medicina actual, no siempre es posible organizar un encuentro de tan alto nivel como este: “Organizar un congreso de esta magnitud necesita una gran financiación, pero cada vez es más difícil obtener los fondos necesarios debido a que los sponsors apoyan cada vez menos este tipo de actos. Necesitamos ayuda, por lo que espero que los sponsors nos puedan ayudar en futuros encuentros.”
“Hemos tratado de hacer un gran esfuerzo para realizar el ‘European Symposium & Hands On Course i Pediatric, Neonatal and Fetal MIS’. Las personas que han participado en la reunión han tenido la posibilidad de conocer a grandes expertos procedentes de diferentes partes del mundo, y también han podido tener una tutoría casi personalizada… Seguramente vamos a realizar eventos similares de una manera sistemática cada año”, manifiesta esperanzado el facultativo.
“La mayoría de prácticas quirúrgicas se pueden aprender fuera del quirófano”
El objetivo del curso ha sido cubrir un vacío en la formación de los cirujanos pediátricos, que cada vez cuentan con menos horas de práctica en los quirófanos. “Efectivamente -lamenta el galeno-, en las últimas dos o tres décadas en Europa las horas de trabajo en formación que realizan los cirujanos han ido disminuyendo”. Y lo que se necesita, precisamente en este ámbito de la Medicina -como en todos, pero en este aún más-, es formación, por dos motivos básicos: en primer lugar, porque a pesar de que la cirugía pediátrica es una especialidad que aborda numerosas patologías (malformaciones congénitas neonatales, oncología, urología, sistema digestivo, etc), la experiencia que puede adquirirse con la práctica es menor debido a que la incidencia de los casos es más baja si se compara con la de los adultos, y en segundo lugar, porque van apareciendo nuevos métodos quirúrgicos que llevan aparejados nuevas tecnologías, lo que implica la necesidad de someterse a una formación continua.
Para López Paredes, todo ello puede solucionarse con el modelo del aprendizaje por simulación: “La gran mayoría de prácticas quirúrgicas se pueden aprender fuera del quirófano y, precisamente, la simulación quirúrgica presenta muchas ventajas para la persona que se está formando. Primero, porque puede preparar sus técnicas antes de enfrentarse a una cirugía real; en segundo lugar, porque obtiene una respuesta de su formación al tiempo que se evalúan los objetivos propuestos, y en tercer lugar porque aumenta el rendimiento del cirujano, lo que repercute siempre en una mayor seguridad para el paciente”. A juicio del doctor, “la inmensa mayoría de esas simulaciones deberían ser métodos obligatorios, de bajo coste y con un alto nivel de realidad. Yo pienso que la educación en cirugía tendrá que ir cambiando y basarse en lo que es la simulación”.
“Deberíamos contar con materiales completamente adaptados, más miniaturizados”
Y es que la cirugía pediátrica, a su vez, también está cambiando y surgen nuevas necesidades. Esta especialidad médica divide a sus pacientes en diferentes grupos de edades, siendo la cirugía neonatal la que está registrando más avances, hasta el extremo de que “se está atravesando ya la frontera para llegar a los límites de la intervención en pacientes muy, muy pequeños, algunos de los cuales podrían beneficiarse de la técnica mínimamente invasiva”, aduce el especialista. Además, comenta el cirujano, “para llevar a cabo estos procedimientos se debe contar con un equipo muy experimentado, como por ejemplo tener un anestesista que conozca bien el impacto que puede implicar la introducción del gas carbónico en las cavidades de este grupo de pacientes; deberíamos contar, igualmente, con materiales completamente adaptados, o sea, materiales cada vez más miniaturizados para que este tipo de enfermos se puedan beneficiar de la cirugía mínimamente invasiva”. La razón por la que se reclaman materiales adaptados es evidente, según agrega: “En bebés muy pequeños, de quilo o quilo y medio, no podemos extrapolar el material que usamos para los grandes adolescentes o los jóvenes adultos. Algunos de los accidentes quirúrgicos que pueden sufrir este tipo de pacientes pueden estar causados por materiales completamente inadaptados”.
La apuesta por las operaciones menos ‘agresivas’ ya está llegando a los niños y niñas que reciben tratamiento en el Hospital Vall d’Hebron. Por ejemplo, se ha intervenido a personas acabadas de nacer con un peso de menos de 1,5 kg. Es el caso de un recién nacido con atresia de esófago, una lesión congénita que afecta al esófago y que puede derivar en lesiones pulmonares, intervenido recientemente en el centro, o el de otro que se sometió a una reparación de una hernia diafragmática y que pesaba solo 1,6 kg.
“Una de las grandes preocupaciones de nuestra disciplina es tratar de reducir la morbilidad de un organismo en crecimiento, como es el paciente pediátrico. Y existen dos ejes que cumplen esta premisa: uno es la cirugía mínimamente invasiva, y el otro son las técnicas mínimamente invasivas para corregir las malformaciones de la pared torácica. Particularmente, ante esas malformaciones a menudo la cirugía se practica mediante toracotomía (abrir la pared torácica), cuyas incisiones en un futuro pueden comportar, en algunos casos, alguna morbilidad (deformaciones torácicas o una escoliosis -deformación a nivel de la columna-). En cambio, la cirugía mínimamente invasiva intenta disminuir la posibilidad de aparición de morbilidades, a lo que se suma además el beneficio cosmético que puede comportar este tipo de procedimiento gracias a la aplicación de incisiones cada vez más pequeñas”, señala el especialista.
Avances frente al pectus excavatum y pectus carinatum
Asimismo, el grupo de Vall d’Hebron es pionero en aquellas técnicas de fetoscopia que permiten operar al niño en el vientre materno. A la vez, se ofrecen todos los procedimientos de reconstrucción en urología y en cirugía en neonatología. El futuro del servicio pasa, según argumenta el centro hospitalario mediante un comunicado, por llevar a la máxima expresión los progresos realizados hasta ahora. Los siguientes pasos son el desarrollo de nuevas técnicas en cirugía fetal buscando técnicas todavía menos invasivas que mejoren los resultados, o, incluso, desarrollar métodos que eviten entrar en el quirófano, como ya se está haciendo en algunos casos de tórax excavado y pecho de paloma (pectus excavatum y carinatum), una deformación congénita del pecho.
“Desde finales de los años 90 se han ido realizando técnicas mínimamente invasivas, particularmente para casos de pectus excavatum, pero en los últimos años han aparecido igualmente procedimientos mínimamente invasivos para otro tipo de malformaciones. El tratamiento no operatorio de estos problemas ha tenido un impacto cada vez más positivo porque… ¿qué más mínimamente invasivo puede resultar que no operar a un paciente? Así, desde hace un par de años se han descrito técnicas no invasivas y no operatorias para tratar a este tipo de pacientes; son técnicas que también se han aplicado en el abordaje del pectus carinatum, mediante sistemas de compresión”, explica el doctor López Paredes. A pesar de los éxitos logrados, el experto apuesta por la prevención o detección temprana de las malformaciones con el fin de poder utilizar métodos cada vez menos agresivos y no quirúrgicos, dado que el concepto mínimamente invasivo no libra al paciente de entrar en el quirófano y de la posibilidad de padecer alguna complicación asociada a la intervención.