Redacción Farmacosalud.com
“Los estrógenos son capaces de regular el peso corporal y se ha descubierto, recientemente, que pueden también disminuir la conducta de comer compulsivamente”. Así lo ha puesto de manifiesto el Dr. Rubén Nogueiras, profesor titular del Departamento de Fisiología de la Universidad de Santiago de Compostela, en la conferencia ‘Las hormonas sexuales sí importan: riesgo cardiovascular, obesidad e hipogonadismo’, celebrada en el marco del 57 Congreso anual de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). “Hay numerosos trabajos que demuestran que los estrógenos reducen el peso al disminuir la ingesta e incrementar el gasto energético. Asimismo, la disminución o ausencia de las hormonas, como por ejemplo en la menopausia, induce la ganancia de grasa”, ha explicado este experto, a la vez que ha asegurado que “las hormonas realizan estas acciones –que se producen a través de los efectos que los estrógenos ejercen en diferentes tejidos, en especial en el encéfalo- regulando la ingesta y las calorías que gastamos, además de regular la distribución de la grasa corporal”.
“Otro trastorno hormonal frecuente en obesidad es la falta de testosterona que se asocia a alteraciones del colesterol, diabetes y elevada tensión arterial. Todo ello provoca mayor mortalidad cardiovascular”, según la Dra. Silvia Pellitero, del Hospital Germans Trias i Pujol (Badalona, en Barcelona). En esta línea, esta experta ha trasladado las últimas novedades sobre el problema del hipogonadismo, afección en la cual los testículos en los hombres producen pocas o ninguna hormona sexual. “La mejoría del hipogonadismo se ha asociado a la reducción ponderal o de peso, bien con dieta o con cirugía”, ha explicado. Según los datos que ofrece esta experta, “la asociación entre hipogonadismo y obesidad es de hasta un 50%-70% en los pacientes con obesidad grave, incluso existen datos de una mayor prevalencia (75%), aunque varían en función de la metodología con que se ha determinado la testosterona en cada laboratorio. Sin embargo, la asociación es elevada (50% de la población con obesidad frente al 2% en población general)”. Si bien, la mejoría del hipogonadismo resulta más efectiva tras la cirugía de la obesidad (bariátrica), ya que, tal y como apunta, “la pérdida de peso y las consecuencias negativas de la obesidad se revierten de manera más sostenida”.
El problema de la obesidad
Desde hace tiempo, la obesidad se ha asociado más a problemas como la diabetes y no tanto a otros ejes hormonales. En este sentido, para la Dra. Pellitero, “un mayor conocimiento de la relación entre obesidad e hipogonadismo por parte de los pacientes, podría motivar nuevos intentos de reducción de peso”. Pero como indica el Dr. Nogueiras, “la obesidad es una enfermedad en la que influyen múltiples factores, desde cambios genéticos hasta factores ambientales y, en muy poco tiempo, en muchos países hemos pasado a tener fácil acceso a alimentos hipercalóricos, y nuestro organismo, en general, no está preparado para soportar la gran cantidad de calorías que ingerimos, sobre todo si no gastamos esas calorías debido a nuestra vida sedentaria”.
Por otro lado, conocer los déficits o excesos de aporte energético en una persona enferma resulta esencial para su salud presente y futura. Tanto por exceso como por defecto, una inadecuada contribución energética puede tener importantes consecuencias, asociándose con un incremento de la morbilidad y la mortalidad. Los requerimientos energéticos de los individuos vienen determinados por su tasa metabólica basal, la energía gastada en la actividad física y otros componentes como la energía requerida para el crecimiento y el efecto térmico de los alimentos. “En una situación de enfermedad es necesario realizar la medida o la estimación de la energía que necesita el individuo para cubrir sus necesidades; en estos casos, los requerimientos estarán además incrementados por la situación de enfermedad, en una cantidad que será variable en función de la gravedad de la enfermedad, que condiciona un estrés metabólico”, según la Dra. María Ballesteros, vocal de la Junta Directiva de la SEEN y miembro del comité Gestor del Área de Nutrición. En los últimos años, numerosos estudios clínicos han puesto de manifiesto que en las personas enfermas es necesario cubrir sus requerimientos energéticos de una forma adecuada, evitando tanto las situaciones de deficiencia como de exceso de nutrientes.
Los avances auguran un cambio importante en la evolución de los diabéticos
La innovación farmacológica en diabetes ha evolucionado de forma importante en los últimos años, ofreciendo al profesional sanitario una flexibilidad terapéutica con la que no contaba hasta la fecha. Las nuevas moléculas descubiertas, muchas complementarias, son una oportunidad para aplicar nuevas perspectivas en la práctica clínica, ya que han demostrado mejorar tanto el control glucémico del paciente como otras comorbilidades asociadas, como hipoglucemias o sobrepeso. La optimización o la individualización del tratamiento según las circunstancias y características de cada paciente son claves para mejorar el manejo de la diabetes. Así lo han constatado los expertos reunidos en la mesa/simposio ‘Innovación en el tratamiento de la diabetes tipo 2 (DM2): el arte de la individualización, el tratamiento oral que mejor se adapta a cada paciente’, según un comunicado de Alianza Boehringer Ingelheim y Lilly.
Casi la mitad de los casos de diabetes 2 podrían evitarse
“Casi la mitad de los casos de diabetes tipo 2, enfermedad cuya prevalencia en España por encima de los 30 años es sobre el 14%, se podría prevenir si se mantuviera una actividad física regular (más de cuatro días por semana) y una alimentación saludable, lo más cercano al concepto de dieta mediterránea”, ha explicado el Dr. Luis Alfonso Calle, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos. “Debemos invertir en prevención para garantizar el futuro. Si la diabetes tipo 2 se diagnostica y se trata precozmente con estos cambios en el estilo de vida podría regresar también en un 50% de los casos”, continúa, a la vez que añade que “si esto significa curación de la diabetes o meramente control adecuado es una pregunta que queda aún por contestar”, han apuntado fuentes del congreso SEEN 2015.