Redacción Farmacosalud.com
La seguridad de los pacientes y los profesionales sanitarios constituye una preocupación y una prioridad constante para todos los agentes que intervienen en el sistema sanitario. No en vano, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra en 2,6 millones de personas el número de pacientes que fallecen al año a causa de problemas de seguridad en la atención sanitaria[1]. Con el fin de aunar visiones y proponer medidas que den solución a este problema, ha tenido lugar la “V Jornada Tecnología y Seguridad en la Atención Sanitaria”, celebrada en el Hospital Universitario Reina Sofía, de Córdoba. El Dr. Rafael Manuel Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), explica que no hay más opción que aumentar la proporción de las inversiones dedicadas a la prevención respecto de la curación. “Ante la situación actual que muestra una creciente demanda de recursos sanitarios, empieza a intuirse un estancamiento en la inversión pública y un aumento del cansancio de los profesionales, que amenaza con una vuelta atrás del sistema sanitario, que podría estar reflejándose en la pérdida de satisfacción de los pacientes referida ya en 2018”.
Según este experto, es necesario adecuar los recursos para mejorar las tecnologías y, fundamentalmente, para mejorar el perfil, la cultura y la motivación de los profesionales. Para hacer sostenible el sistema sanitario, propone aumentar la inversión pública y el interés de la sociedad en materia de prevención primaria, tanto para evitar la enfermedad con medidas de salud pública, como para mejorar la seguridad de los pacientes en el ámbito asistencial.
La seguridad en la atención hospitalaria, un problema de todos
Durante las estancias hospitalarias, los principales problemas de seguridad están relacionados con errores en la administración de medicación, la aparición de infecciones (denominadas nosocomiales) y las complicaciones derivadas de la cirugía. Además del sufrimiento que esto supone a los pacientes y a sus familiares y la imposibilidad de volver a trabajar y a retomar su vida diaria, este problema representa además un elevado coste sanitario y económico para el sistema, según se ha puesto de manifiesto durante la jornada.
De acuerdo con datos facilitados por la OMS[2] el pasado 17 de septiembre, Día Mundial de la Seguridad del Paciente, en los países de la OCDE, el 15% del gasto hospitalario se debe a errores relacionados con la seguridad. Según esta misma fuente, 4 de cada 10 pacientes de los servicios de atención primaria y ambulatoria sufren complicaciones, a pesar de que en el 80% de los casos son prevenibles. En España, 1 de cada 15 personas hospitalizadas padecen una infección nosocomial, un problema que causa más de 3.000 muertes al año, una cifra mayor que la correspondiente a fallecimientos por accidentes de tráfico, según el Plan de Lucha contra las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria (IRAS), elaborado por la Fundación Tecnología y Salud con el soporte de Fenin. La puesta en práctica de las medidas recomendadas en esta iniciativa permitiría reducir hasta en un 30% los casos de infección nosocomial.
Contratación pública basada en el valor
Según se ha expuesto en la jornada, otro de los aspectos que intervienen de manera crucial en la seguridad en la atención sanitaria es la calidad de la tecnología sanitaria presente en los centros sanitarios y el acceso de los profesionales y los pacientes a las mejores tecnologías y terapias. “Es necesario que todos los agentes del sector trabajemos conjuntamente para que el Sistema Nacional de Salud disponga de un parque tecnológico de calidad para mejorar la salud y calidad de vida de los pacientes, la eficiencia de la atención sanitaria y evitar problemas de seguridad, tanto a los pacientes que se someten a pruebas o tratamientos, como a los profesionales que los manejan”, apunta Margarita Alfonsel, secretaria del Patronato de la Fundación Tecnología y Salud y secretaria general de Fenin.
Por ello, es preciso que la adquisición de terapias y tecnologías esté sustentada en sistemas de contratación pública basados en el valor real que aportan estas novedades terapéuticas. “Se debe realizar una planificación estratégica de la compra pública y con un mayor nivel de interoperabilidad entre los diferentes niveles asistenciales y entre las CC.AA.”, señala Alfonsel, quien añade que “dichos procesos deben contemplar, entre otros, criterios de calidad, de seguridad y de innovación”.
Referencias
1. https://www.who.int/es/news-room/detail/13-09-2019-who-calls-for-urgent-action-to-reduce-patient-harm-in-healthcare
2. https://www.who.int/es/news-room/detail/13-09-2019-who-calls-for-urgent-action-to-reduce-patient-harm-in-healthcare