Redacción Farmacosalud.com
Los edulcorantes artificiales no calóricos, y por tanto usados para perder peso, favorecen el desarrollo de la intolerancia a la glucosa a través de la inducción de alteraciones funcionales en la microbiota intestinal (bacterias residentes en el intestino), según publica la prestigiosa revista científica ‘Nature’.
En otro artículo -publicado tiempo atrás en la página web de la Sociedad Española de Diabetes (SED)-, se indica que tanto la intolerancia a la glucosa (ITG) como la glucemia basal alterada (GBA) conforman la llamada ‘prediabetes’. La ITG es más habitual en mujeres y su prevalencia se incrementa a medida que aumenta la edad, se lee en el mismo artículo.
Unos sustitutivos artificiales del azúcar
Los edulcorantes artificiales no son más que sustitutivos del azúcar. Estas sustancias son ampliamente usadas en la industria alimenticia y la sacarina es una de las más conocidas, además de ser una de las más antiguas al haber sido sintetizada en el último tercio del siglo XIX.
La investigación que ha publicado ‘Nature’ se ha basado en estudios realizados en ratones y seres humanos.