Redacción Farmacosalud.com
La Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) advierte de la fuerte relación que tiene la diabetes con las enfermedades renales. En concreto, la patología diabética es la principal causa de insuficiencia renal y de necesidad de Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS), es decir, diálisis o trasplante, en España, y es un factor de riesgo clave que eleva notablemente la posibilidad de sufrir Enfermedad Renal Crónica (ERC). “La diabetes es la primera causa de ERC en España; en el 26% de los pacientes que iniciaron Tratamiento Renal Sustitutivo en 2020, la causa de la enfermedad renal fue la diabetes. Con respecto a si los pacientes diabéticos tienen más riesgo de fracaso del injerto, habría que diferenciar la causa. Los diabéticos no tienen más riesgo de perder el riñón a causa de un rechazo, pero sin duda, el paciente diabético suele tener una mayor afectación de los vasos sanguíneos y esto puede dificultar el trasplante”, explica la Dra. Patricia de Sequera, presidenta de la S.E.N.
“La diabetes afecta a todos los vasos, los del riñón, la retina, las vías coronarias… y el estado de todo ello es fundamental para realizar la anastomosis vascular del injerto, es decir, para coser el vaso del riñón del donante con el vaso del riñón del receptor”, especifica la Dra. De Sequera en declaraciones a www.farmacosalud.com.
Evidencias sobre la excelencia del injerto combinado páncreas-riñón
“El trasplante renal es la mejor opción de tratamiento para todos los pacientes con ERC, y para los diabéticos también. Además, un grupo seleccionado de pacientes diabéticos también se podrá beneficiar de las ventajas de un trasplante de páncreas realizado de forma simultánea (trasplante combinado páncreas-riñón), de manera que en la misma intervención quirúrgica se implantan ambos órganos. Son varias las publicaciones que ponen en evidencia la excelencia de esta opción de tratamiento para el paciente con diabetes mellitus insulino-dependiente y ERC avanzada, con la que el paciente deja de ser diabético y recupera la función renal”, apunta la experta.
La enfermedad renal diabética es aquella que sufren los sujetos con diabetes y que incluye entre sus complicaciones más relevantes la enfermedad renal. Destaca de manera especial entre los enfermos de entre 65-74 años, en los que la diabetes es la principal causa de ERC con un 35%, o entre los de 45-64 años, con un 32%. Hasta un 30-40% de las personas con diabetes tipo 2 pueden desarrollar enfermedad renal diabética, que puede llegar a requerir TRS, lo que ha motivado que haya sido considerada por el Ministerio de Sanidad como una de las patologías crónicas de preferente atención por el Sistema Nacional de Salud, al igual que la ERC. De hecho, el coste del tratamiento de los sujetos diabéticos con ERC puede llegar a suponer casi el doble (un 86% más) que el de las personas con diabetes que no presentan complicaciones renales o cardiovasculares.
De ahí que los nefrólogos subrayen la importancia de controlar la diabetes para la prevención del desarrollo de daño renal y enlentecer la progresión de la ERC hacia los estadios más avanzados. Asimismo, insisten en otros aspectos como la necesidad de seguir apostando por un manejo y abordaje integral, multifactorial y multidisciplinar con el que mejorar el tratamiento de los individuos con enfermedad renal diabética, con el fin de detectar precozmente la diabetes y la enfermedad renal y concienciar sobre todo ello a la sociedad en general y a los profesionales en particular, y reducir así las complicaciones en este tipo de enfermos.
Según De Sequera, “el diagnóstico de ERC en la diabetes es sencillo y al alcance de todos: con una muestra de sangre para determinar la creatinina y estimar el filtrado glomerular, y con una muestra de orina para la determinación del cociente albúmina/creatinina, podemos diagnosticar o descartar la existencia de enfermedad renal en un diabético”. Además -prosigue-, “diferentes estudios y ensayos clínicos desarrollados con nuevos fármacos en los últimos años han confirmado que la progresión de la enfermedad renal diabética puede enlentecerse, y que su tratamiento con estas terapias implica importantes ventajas no sólo para frenar la progresión de esta patología, sino también para mejorar los diagnósticos de los problemas renales y cardiovasculares en los pacientes renales con diabetes”.
Diabetes y enfermedad renal, factores de riesgo de presentar COVID-19 grave
En cuanto al hecho de sufrir COVID-19 y padecer también enfermedad renal diabética, cabe destacar que “la diabetes y la enfermedad renal influyen y son factores de riesgo de presentar COVID-19 grave. Además, la diabetes coexiste con frecuencia con otras enfermedades como la hipertensión arterial, la afección cardiovascular y la obesidad, y éstas aumentan también el riesgo de que la COVID-19 tenga una peor evolución. En realidad, los casos más severos, con mayores tasas de mortalidad, se producen en pacientes más ancianos y con enfermedades crónicas. Y entre éstas, los pacientes con ERC debida a la diabetes tienen un riesgo muy alto de presentar infecciones en general y de que éstas sean más graves. Y así lo es también con la COVID-19”, señala la Dra. De Sequera.
“En relación a la diabetes -agrega la facultativa-, no conocemos los mecanismos por los que estos pacientes tienen peor evolución cuando se infectan por el SARS-CoV-2. Sin embargo, con la Enfermedad Renal Crónica hay mucha evidencia”. Así, uno de los estudios epidemiológicos más importantes, el OpenSAFELY, realizado en el Reino Unido en 10.926 pacientes fallecidos por COVID-19, mostró que, después de la edad, la ERC avanzada es el factor de riesgo más importante para morir a causa de la COVID-19. En concreto, el riesgo ajustado de morir en diálisis fue de 3’69, en trasplantados de 3’53, y en pacientes con filtrados por debajo de 30 ml/min de ERC, de 2’52.
“Estos pacientes tienen alterada la inmunidad y, por eso, en ellos, las infecciones son más graves”, remarca De Sequera. En el caso de los trasplantados, a esta alteración de la inmunidad se le suma la que producen los fármacos inmunosupresores que toman para evitar el rechazo del órgano injertado.
La ERC, infradiagnosticada
“La diabetes asociada a la ERC es uno de los problemas de salud con mayor impacto en nuestra sociedad en la actualidad. Uno de cada cuatro pacientes que empiezan diálisis o trasplante en España lo hace como consecuencia de esta patología. Además, en los últimos 10 años la tasa de prevalencia de la diabetes como causante de la Enfermedad Renal Crónica ha crecido un 17%. De ahí la importancia de concienciar sobre un manejo intensivo, integral y multidisciplinar para la diabetes y la ERC, y, sobre todo, de fomentar iniciativas que contribuyan a su prevención a través de estrategias que promuevan un estilo de vida saludable”, indica la presidenta de la S.E.N. mediante un comunicado.
Estudios como el EPIRCE y el ENRICA-Renal sitúan la prevalencia de la Enfermedad Renal Crónica en España entre el 10%-15%, con un infradiagnóstico que supera el 40%, lo que ha llevado a los expertos a calificarla como la ‘epidemia silenciosa’. En España unos 7 millones de personas ya tienen ERC. Su prevalencia en las fases más avanzadas de la afección ha crecido en los últimos años, y concretamente aquellas que requieren TRS. El número de personas que necesitan diálisis (hemodiálisis o diálisis peritoneal) o trasplante ya supera las 1.300 por millón de población en territorio español, situándose en 64.666 personas.
A esta preocupación por el aumento de la prevalencia (número total de pacientes) de la ERC se suma también el incremento de la incidencia (nuevos casos). Los datos sobre nuevos casos anuales que precisan TRS muestran que, en los últimos diez años, el número de nuevos enfermos que necesitan TRS ha aumentado un 17% (de 120 personas por millón de población en 2011, a 141'4 en 2020).
Fomento de un estilo de vida saludable
Para revertir esta situación, y controlar la diabetes y en general los factores de riesgo asociados a las enfermedades renales, la S.E.N. pide un mayor esfuerzo en campañas de sensibilización sobre la importancia de llevar hábitos de vida saludable para la salud del riñón. Una dieta equilibrada, actividad física, el abandono del hábito tabáquico y un control de la diabetes y de la hipertensión arterial si están presentes, pueden enlentecer la progresión de la ERC hasta en un 50%. “Todos los pacientes diabéticos, independientemente de su edad y del grado de afectación renal, se van a beneficiar de estas medidas. Éstas pueden retrasar la progresión de la enfermedad renal y disminuir el riesgo cardiovascular en el paciente diabético, que ya de por sí es muy elevado y aún más si tiene ERC”, afirma la Dra. De Sequera, quien a renglón seguido puntualiza que “otra cosa es hablar de revertir las lesiones que se han producido en el riñón”.
“La enfermedad renal diabética se considera una enfermedad irreversible, en la que todos los esfuerzos deben centrarse en la prevención, primero, y en detener la progresión, después. Yo sólo conozco que se hayan revertido las lesiones renales tras el trasplante de páncreas. Cuando a un paciente diabético se le coloca un páncreas que es capaz de producir insulina, se alcanzan valores normales de glucosa. Entonces, además de alcanzarse este correcto control metabólico, el injerto permite estabilizar e incluso revertir algunas de las complicaciones crónicas asociadas a la enfermedad diabética, como es la nefropatía diabética. No obstante, estudios en animales han demostrado que la regresión de las lesiones morfológicas renales existentes es factible”, detalla la nefróloga.
Para prevenir y controlar la diabetes y otros factores de riesgo asociados a las enfermedades renales, la S.E.N. ofrece a la población una serie de recomendaciones esenciales:
• Alimentación saludable. Comida sana y baja en grasa. Tomar alimentos frescos, con predominio de verduras y frutas, evitando los que elevan la glucosa. Evitar también el exceso de sal.
• Control del azúcar. Es fundamental controlar las cantidades de azúcar que se consumen, y realizar análisis de los niveles de glucosa en sangre para conocer las cifras de glucemia. Si el paciente ya es diabético, el control de las cifras de glucemia es la mejor manera de prevenir no sólo la aparición de enfermedad renal, sino también otra clase de problemas como son los de índole ocular o cardiaca.
• Presión arterial y colesterol. Igualmente, es necesario controlar la presión arterial y los niveles de colesterol para evitar las complicaciones de la diabetes.
• Evitar el sobrepeso y aumentar la actividad física. Unos 45 min. de ejercicio al día ayudarán a estar mejor.
• Nada de alcohol y tabaco. Evitar fumar y limitar al máximo el alcohol.
• Realizar revisiones y consultas al médico. Se recomienda realizar pruebas de diagnóstico para la diabetes con el fin de prevenir, detectar y tratar con éxito cualquier tipo de complicación.