Redacción Farmacosalud.com
“La investigación en el campo de la inmunosupresión está reduciendo de forma importante el riesgo de rechazo del riñón trasplantado. Ello permite en la actualidad trasplantes que no eran posibles hace unos años. Por tanto, en un futuro los avances técnicos y médicos para evitar el rechazo ampliarán las opciones de trasplante con éxito”, afirma a www.farmacosalud.com el Dr. Francisco Vigués, jefe del Servicio de Urología del Hospital Universitario de Bellvitge (l’Hospitalet de Llobregat, en Barcelona).
El Hospital de Bellvitge es el centro hospitalario que más injertos renales ha realizado en España durante el año 2019, con un total de 196 intervenciones. En total, este último año y en territorio español se han llevado a cabo 3.423 trasplantes de este tipo, según el Informe de actividad de la Organización Nacional de Trasplantes. De acuerdo con el jefe del Servicio de Urología del Hospital de Bellvitge, detrás de la cifra alcanzada "hay mucho trabajo y un gran sacrificio de los equipos para estar disponibles, de manera coordinada, todos los días -laborables o festivos- a todas horas". El récord de 196 transferencias de órgano (cifra que engloba las de donante vivo y las de donante cadáver) significa un incremento del 15% sobre el número del año anterior (170 trasplantes).
El Dr. Vigués añade que se trata de un éxito compartido, en primer lugar, por los profesionales de los servicios de Urología y Nefrología y Coordinación de Trasplantes, con el apoyo del resto del hospital. "Y, aún más importante -añade a través de un comunicado-, estamos especialmente agradecidos a los familiares de los donantes, sin la generosidad de los cuales no sería posible mantener un volumen de actividad tan destacado".
Alternativa a la hemodiálisis en los enfermos con insuficiencia renal crónica
El trasplante de riñón se indica como alternativa a la hemodiálisis en los pacientes con insuficiencia renal crónica. Las causas más frecuentes de insuficiencia renal crónica y, por tanto, de posible tratamiento con trasplante, son las enfermedades nefrológicas que pueden deteriorar progresivamente los dos riñones, hasta el extremo de que éstos dejen de funcionar por completo. En esa situación, se necesita sustituir los riñones con hemodiálisis (conexión a una máquina que elimina los productos tóxicos de la sangre, productos que normalmente se eliminan con la orina) o con un injerto renal. “El trasplante es una opción mucho mejor para la calidad de vida del paciente, ya que el tratamiento con hemodiálisis conlleva sesiones de varias horas -habitualmente tres veces por semana- y con una importante repercusión sobre el estado general de los pacientes”, señala Vigués.
El centro hospitalario de Bellvitge ha destacado también estos últimos años en la aplicación de técnicas y procedimientos innovadores en este ámbito, como es el caso del trasplante renal de donante cadáver con cirugía robótica, siendo pionero a nivel estatal y uno de los centros líderes en Europa.
“En octubre de 2018 iniciamos nuestro programa de trasplante renal robótico, el tercer programa estatal de este tipo de trasplante tras la Fundación Puigvert y el Hospital Clínic de Barcelona -remarca Vigués-. El programa se inició, de hecho, con trasplante robótico de donante vivo, de los que hemos realizado 20 hasta la actualidad con buenos resultados. Posteriormente, iniciamos el programa de trasplante de donante cadáver por primera vez en España, pero aún con pocos casos dados los problemas logísticos de este tipo de injerto. La técnica es la misma en los dos casos, si bien en el trasplante de donante cadáver la preparación del abordaje robótico viene dificultada, sobre todo, por la necesidad de poder hacer coincidir todo un equipo de urólogos y Enfermería con experiencia en cirugía robótica”.
La cirugía robótica facilitará el trasplante en los casos técnicamente difíciles
La tecnología robótica ofrece una mejor visión del campo quirúrgico al permitir ver la imagen aumentada por diez. También facilita el trabajo en espacios reducidos y de difícil acceso. “Estas ventajas la hacen ideal para casos de especial dificultad, sobre todo por obesidad del sujeto trasplantado y en casos de arteria y vena renal especialmente cortas, como sucede en el trasplante de donante vivo, y más si se trata de un riñón derecho, en el que la vena es considerablemente más corta. En las personas obesas, la técnica robótica permite hacer el trasplante dejando una incisión mucho menor, con lo que la recuperación tras la intervención es más rápida y el riesgo de complicaciones de la herida quirúrgica mucho menor”, destaca.
En el injerto de vivo se busca minimizar el riesgo de complicaciones y molestias al donante para permitir su recuperación con la mayor rapidez y con el mínimo impacto posibles para su vida diaria. Por otro lado, se busca que el receptor tenga las máximas posibilidades de no rechazar el órgano transferido, asociando a ello mínimas complicaciones y una recuperación lo más rápida posible. Esto obliga a varias estrategias. “En lo que se refiere al donante, la instauración de la laparoscopia ha supuesto un gran avance en este sentido, ya que permite realizar incisiones mínimas y lograr una recuperación precoz de su vida habitual. En lo que se refiere al receptor, la instauración de mejoras técnicas como la cirugía robótica facilitará el trasplante en los casos especialmente difíciles desde el punto de vista técnico”, aduce el Dr. Vigués.