Redacción Farmacosalud.com
TruSculpt3D es un método no invasivo que, a base de láser, elimina de forma natural la grasa que destruye permitiendo la reducción del tejido adiposo mediante la apoptosis. Esta tecnología diferida, que puede utilizarse tanto en hombres como en mujeres, permite, además, luchar contra la flaccidez por su efecto sobre el colágeno. Como toda tecnología de radiofrecuencia que genera un calor interno superior a 42º, TruSculpt3D provoca una estimulación de colágeno con el consiguiente engrosamiento de la dermis, lo que da lugar a una mejoría en el tono de la piel. “Hace falta un mínimo de 21 días para que se produzca colágeno en la zona a tratar, con lo que su eficacia” frente a la flaccidez “se nota a medio-largo plazo”, explica la doctora Carmen Álvarez, directora médica de Clínica Álvarez (Madrid).
La plataforma TruSculpt3D está diseñada para reducir la circunferencia y disminuir de manera definitiva la grasa corporal aplicando temperaturas terapéuticas al tejido adiposo en el menor tiempo posible, con el objetivo de lograr la apoptosis de las células grasas. La apoptosis es una vía de destrucción o muerte celular que se usa en oncología para evitar el crecimiento de las células malignas (tumores). Lógicamente, el tratamiento de la medicina estética que persigue la destrucción celular presenta diferencias con respecto a la terapia antitumoral, si bien “la consecuencia del tratamiento es la misma: la muerte celular o apoptosis”, señala Álvarez en declaraciones a www.farmacosalud.com.
“La grasa destruida no vuelve a aparecer”
TruSculpt3D elimina, sin pasar por el quirófano, la grasa localizada en varias zonas del cuerpo como cartucheras, flancos y papada. El número de sesiones que se necesitan para conseguir tales resultados varía en función de la zona a tratar, el volumen de grasa del área afectada, los hábitos del paciente… pero, en general, suelen necesitarse entre una y cuatro sesiones. “Las cartucheras, en concreto, es una zona más complicada porque es una grasa más dura que necesita más" visitas para poder ser ablandada en primer término, comenta. El precio del tratamiento parte de los 600 euros por sesión según la zona a tratar.
Según la doctora Álvarez, “la grasa destruida no vuelve a aparecer”, pero ello no significa que el/la paciente no pueda desarrollar nuevos problemas estéticos, cuya posible aparición vendrá determinada por los hábitos alimenticios que se sigan, la práctica o no de ejercicio físico… en definitiva, dependerá del esfuerzo realizado para mantener el peso. “Si engordamos -precisa la doctora-, esas células no vuelven a aparecer, pero las que quedan pueden aumentar de tamaño por aumento de peso y eso nos llevaría a recuperar algo de volumen, si bien nunca se recupera todo. Si mantenemos el peso, el volumen no se recupera”.
El uso en embarazadas, una de las contraindicaciones
La grasa corporal se deposita según un patrón genético, pauta que puede modificarse, en parte, mediante la adopción de un correcto estilo de vida basado en la actividad física y una buena alimentación. Sin embargo, estos factores no hacen desaparecer al 100% la grasa en zonas localizadas. La cartuchera es más típica en mujeres jóvenes, mientras que los flancos son más comunes en el sexo masculino, y en el femenino tras la menopausia. Sea como fuere, no hay un perfil de persona más proclive a sufrir este tipo de acumulación adiposa.
La innovadora TruSculpt3D, eficaz en cualquier tipo de piel, no requiere el uso de anestésicos locales u orales y permite la vuelta a la rutina de forma inmediata. De acuerdo con un comunicado de Cutera, la firma que desarrolla la nueva tecnología, los resultados antigrasa son visibles desde la cuarta semana del tratamiento. “Es un procedimiento seguro y cómodo. Los efectos secundarios pueden incluir enrojecimiento, sudoración y sensibilidad, que se resuelven en unos pocos días”, afirma la experta.
El uso de TruSculpt3D está contraindicado en embarazadas, en personas que llevan marcapasos y en pacientes que presentan lesiones en la piel (eccemas, herpes, etc). Tampoco hay que tratar sobre órganos genitales ni sobre zonas con implantes metálicos. Para el resto de pacientes, se realiza una historia clínica con el fin de valorar si la presencia de otras patologías puede “interferir en el resultado del tratamiento”, subraya la doctora Álvarez.