Redacción Farmacosalud.com
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) analiza la actual evolución del subclado K del virus de la gripe A H3N2, una variante que está impulsando un aumento acelerado de los casos en España. El portavoz del Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas de esta organización, el Dr. José María Molero, explica que el subclado K “presenta unas modificaciones genéticas específicas en la hemaglutinina que le hacen más difícilmente detectable por nuestro sistema inmune”, lo que contribuye a su rápida propagación. Pese a todo, la semFYC llama a reforzar la prevención y el autocuidado y hacer un uso responsable de los servicios sanitarios.
Ese posicionamiento se basa en el hecho de que las alteraciones causadas por la alta capacidad de contagio del subclado K no implican un aumento de la gravedad intrínseca del virus, apunta el experto: “no se ha demostrado que sea un virus más grave ni que produzca más casos de ingresos hospitalarios o complicaciones”, aunque un virus más transmisible puede incrementar el número de personas vulnerables infectadas y, con ello, el volumen de complicaciones.

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El pico epidémico “se puede situar en la última semana del año”
En cuanto a la evolución de la onda epidémica, Molero estima que “el pico se puede situar en la última semana del año”, aunque podría adelantarse ligeramente por el clima frío y las reuniones sociales navideñas. También advierte que el descenso posterior podría no ser tan rápido como la subida, debido a la circulación de otros virus gripales.
Desde el Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas de la semFYC se señala que, en contexto de pandemia gripal, “todavía seguimos utilizando mucho los servicios sanitarios sin hacer un uso responsable de los servicios sanitarios”. En este sentido, se recuerda que los síntomas que deben motivar consulta médica deberían ser “la dificultad para respirar, la fiebre que persiste más de tres o cuatro días por encima de 38,5, el empeoramiento repentino, el dolor constante en un costado o los síntomas digestivos graves que impiden la hidratación”.
Uso de la mascarilla
Además, añade que ”los grupos vulnerables a la gripe que incluyen a las personas mayores (especialmente desde los 60–65 años), los niños pequeños, las mujeres embarazadas, quienes padecen enfermedades crónicas (cardíacas, respiratorias, metabólicas, renales, hepáticas, neurológicas, los con inmunodeprimidos, las personas institucionalizadas o con mayor dependencia), deben prestar especial atención a estos signos y síntomas de alarma y acudir a la consulta del médico de familia ante cualquier duda sobre la evolución de la infección”.
En relación con la situación de los servicios sanitarios, el Dr. Molero confirma que el aumento de casos está llegando a los centros de salud, donde se registra más frecuentación. El impacto en hospitales suele producirse “con un decalaje de unas dos semanas”, pero por ahora las tasas de hospitalización “se mantienen realmente como en otros años”. Molero también recuerda que “la gripe no tiene un tratamiento curativo” y que las medidas recomendadas son reposo, hidratación, analgesia y prevención de contagios, incluyendo mascarilla y evitar contactos en los primeros días.

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Recordamos la importancia de mantener las medidas de protección habituales frente a las infecciones respiratorias. Las personas con síntomas deben utilizar mascarilla para reducir la transmisión, y se recomienda que las personas vulnerables también la lleven en espacios cerrados o con poca ventilación. El lavado frecuente de manos, la higiene adecuada de superficies y evitar el contacto estrecho con personas enfermas siguen siendo actuaciones esenciales para limitar la propagación del virus.
Efectividad vacunal frente al subclado K
Respecto a la efectividad vacunal frente al subclado K del virus H3N2, el médico de familia y comunitaria explica que la protección se mantiene para los casos graves, ya que, “aunque pueda no ser bien reconocido, una vez que ha infectado, la vacuna sí tiene un cierto control sobre el desarrollo de complicaciones”.
José María Molero explica que el suero vacunal, como mínimo, siempre incorpora un componente H3N2 igual que H1N1 del virus A y un tercero del B. De hecho, en 2023, debido a los cambios antigénicos que ya se estaban observando, se incorporó la cepa A(H3N2) Wisconsin/129/2023; ciertamente, estos cambios “iban en la misma línea de los observados en el subclado K del 2025”, señala Molero, quien resalta que la cepa seleccionada cubre variantes con escape inmune que mantienen cierta similitud al subclado K actual.
Para este especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, “la vacuna está ahora mejor ajustada a esas mutaciones, aunque su efectividad dependerá de lo bien que coincida con los virus que estén circulando”. También recuerda, además, que la inmunización también protege frente al H1N1 y al virus B.




