Redacción Farmacosalud.com
De acuerdo con el doctor Julián Conejo, catedrático de Dermatología y presidente honorífico de la AEDV, uno de los avances del siglo XXI ha sido “la demostración de que el genoma humano tiene una capacidad fundamental en el desarrollo de enfermedades y de ser lo que somos”. A este respecto, “hemos creído importantísimo hablar de microbiomas” en el marco del Séptimo Curso Internacional de Dermatología Estética y Cosmética (Sevilla 9-11 de abril de 2015), señala el doctor Conejo. En concreto, estas cuestiones se han abordado en el simposio ‘Influencia del microbioma en la dermatitis atópica’.
Según la doctora Esther Serra, médico adjunta y responsable de la Unidad de Inmunoalergia del Servicio de Dermatología Hospital de Sant Pau de Barcelona, el microbioma es todo aquel “conjunto de microorganismos que viven en nuestra superficie cutánea y en nuestro cuerpo, y la genética y los genes que los acompañan. Sabemos que en algunas enfermedades, entre ellas la dermatitis atópica, está alterado este microbioma, no existe una homeostasis… nuestro cuerpo siempre es un equilibrio, y este equilibrio está alterado”, remarca Serra. Este es un punto de “gran importancia” porque estas disfunciones pueden incidir en la acción bacteriana. Así las cosas, el futuro de los tratamientos dermocosméticos para los pacientes de dermatitis atópica va a consistir en “apoyar a otros tratamientos médicos” que a su vez van a poder ser “más personalizados”, subraya la doctora.
Disminuir la cantidad de Staphylococcus aureus sin uso de antibióticos
Por su parte, Richard Martin, responsable de Nuevas Tecnologías del Departamento de Biotecnología de Advanced Research, L’Oreal R&I, sostiene que los avances registrados en microbiología molecular han permitido avanzar en la lucha contra la dermatitis atópica. De hecho, “con Lipikar Baume AP+ logramos hallar una gran fórmula para reequilibrar el microbioma. Y esto es lo que hemos hecho, es realmente un gran éxito porque cuando comparas tu composición bacteriana global antes y después del tratamiento compruebas que existe una gran diferencia… fuimos capaces de disminuir la cantidad de Staphylococcus aureus sin uso de antibióticos. Y así, con esta tecnología y gracias a Lipikar Baume AP+, hemos abierto una nueva puerta en el tratamiento de la dermatitis atópica”, afirma Martin.
A todo esto, Leonor Prieto, directora científica de Laboratorios La Roche-Posay, destaca que la unión de la bacteria no patógena vitreoscilla filiformis -bacteria con propiedades antioxidantes que crece en aguas termales y que se ha utilizado para tratamientos cutáneos- con el agua termal de La Roche-Posay ha propiciado la creación de “lo que podríamos llamar una superbacteria, puesto que se ha aumentado la capacidad de potenciar estos sistemas antioxidantes”. Según Prieto, el “lisado de la vitreoscilla filiformis, que se llama Aqua Posae filiformis, tiene todas las propiedades de la bacteria unidas a las propiedades del agua termal de La Roche-Posay”. Esto ha permitido “poder trabajar de forma eficaz sobre el microbioma” y ver “cómo podemos mejorar y espaciar los brotes de una manera mucho más eficaz que con el tratamiento clásico”, además de incidir en la manera de “eliminar o reducir el prurito y las lesiones, manteniendo durante más tiempo la condición de homeostasis”, indica.
“Una fórmula completa que abre el futuro a un tratamiento mucho más completo”
Prieto hace especial hincapié en otro elemento importante del producto: la niacinamida, que “trabaja sobre la barrera física de la piel restaurando los ácidos grasos esenciales, las ceramidas y también aumentando la hidratación de la misma”, al tiempo que se regula “la producción de histamina disminuyendo los mecanismos antiinflamatorios”. Otros elementos destacables son “la glicerina como hidratante, ya que estas pieles tienen un defecto de glicerol endógeno”, y los aceites vegetales como la manteca de Karité o el aceite de Canola, “que refuerzan esos ácidos grasos”, precisa la experta. Por todo ello, “podemos decir que hoy en día tenemos una fórmula completa que abre el futuro a un tratamiento mucho más completo dentro de la dermatitis atópica, uniéndose al arsenal terapéutico de los dermatólogos”, concluye Prieto.