Redacción farmacosalud.com
La inmunoterapia ha demostrado ser la mejor estrategia para el tratamiento de algunas alergias infantiles al permitir frenar su evolución hacia el asma, según un documento de consenso elaborado por la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) y publicado en la revista ‘Allergologia et Inmunopathologia’, han informado fuentes de la SEICAP.
La inmunoterapia alérgeno-específica consiste en la administración gradual de cantidades crecientes de alérgeno con el propósito de inducir cambios inmunológicos de protección en el niño, según el informe. “Hasta el momento es el único tratamiento que altera la anormal respuesta del sistema inmunológico ante un alérgeno y el que ha demostrado beneficios clínicos a largo plazo, la prevención de nuevas sensibilizaciones alérgicas y la progresión de la enfermedad de un niño con rinitis a asma”, explica la doctora Ana Martínez-Cañavate, coautora del trabajo y coordinadora del Grupo de Inmunoterapia de la SEICAP.
La inmunoterapia sublingual, alternativa a la subcutánea
Otra de las conclusiones que expone esta revisión es que la “inmunoterapia sublingual ha emergido como una alternativa eficaz y segura a la inmunoterapia subcutánea”.
La diferencia principal es que “las inyectadas deben realizarse en la consulta del pediatra alergólogo y las sublinguales pueden tomarlas los niños en casa, lo que facilita su adherencia al tratamiento. Esto es fundamental para conseguir el mejor resultado”, expone la doctora Martínez-Cañavate.
La eficacia de la inmunoterapia con alérgenos para el asma y la rinitis alérgica también se confirma en muchos estudios como el publicado en la edición online de la revista ‘Expert Review of Clinical Immunology’. En él se comprueba que es útil sobre todo en la reducción de síntomas y el ahorro de medicamentos, y sus autores la califican como el “único tratamiento causal para la alergia respiratoria”. Las vacunas se aplican en aquellos niños con asma, rinitis, conjuntivitis, alergia a avispas o abejas y alergia al látex “cuando los síntomas son frecuentes, incapacitantes o limitantes, con mala respuesta a los medicamentos o cuando evolucionan de manera desfavorable”, expresa la doctora Martínez-Cañavate.
La vacuna para la alergia puede durar hasta 12 años
Se ha demostrado que la vacuna de la alergia “puede tener una eficacia que dura hasta 10 o 12 años, o incluso toda la vida en algunos casos”, comenta esta pediatra alergóloga. Los niños monosensibilizados (una sola alergia) son los que mejor responden al tratamiento, “ya que se utilizan vacunas frente a un único alérgeno”, indica.
Sin embargo, si el número de alergias es elevado, “la eficacia de las vacunas disminuye, puesto que se hace más complicado acertar con el alérgeno causante de la reacción”, asegura la doctora Martínez-Cañavate. Por eso, los pediatras alergólogos recomiendan el diagnóstico por componentes para los niños polisensibilizados. Éste estudia las moléculas responsables de la alergia, “lo que permite indicar tratamientos de inmunoterapia personalizados y asegurar su tolerancia, incluso evaluar la posibilidad de curación o persistencia de la alergia o mala tolerancia a las vacunas, mejorando así su calidad de vida”, concluye.