Redacción Farmacosalud.com
El Observatorio Estatal de la Discapacidad (OED) del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, cuya gestión operativa desempeña el CERMI (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), ha revelado que el suicidio obedece a factores de riesgo multicausales, en distintos ámbitos (sociales, comunitarios, individuales), y que tienen mayor incidencia entre las personas con discapacidad, sobre todo en los casos de discapacidad por trastorno mental, insuficiencia renal, lesión cerebral y discapacidad física.
Así se ha puesto de relieve durante la presentación de la Investigación titulada ‘El suicidio en las personas con discapacidad en España', acto en el que se ha puesto especial énfasis sobre la necesidad de realizar un abordaje multifactorial o ‘multicapa’ para la base de los factores de riesgo multicausales. De esta manera, se actúa en distintos planos para contrarrestar esos condicionantes y fortalecer los factores protectores. El objetivo del nuevo informe, promovido por el Observatorio Estatal de la Discapacidad y realizado por parte de ILUNION Accesibilidad para CERMI y Real Patronato de Discapacidad, es analizar los aspectos fundamentales de la relación entre suicidio y discapacidad, en sus distintos planos, de cara a generar conocimiento y propuestas para la prevención de esta lacra social.
La soledad no deseada, el aislamiento, el acoso…
El estudio, que toma como punto de partida el enfoque teórico y conceptual de la conducta de quitarse la vida y de la incapacitación como base para entender sus relaciones complejas, ofrece un acercamiento a las relaciones entre suicidio y discapacidad, considerando los diferentes factores en su interacción, tanto psicocorporales como sociales, tales como la soledad no deseada y el aislamiento, el acoso, el papel de los estereotipos y el estigma. Según el trabajo, se constata el carácter de tabú y, sobre todo, lo doloroso de esta experiencia.
El suicidio obedece a factores de riesgo multicausales, en diferentes ámbitos que actúan de manera combinada y acumulativa. Los colectivos diferentes al estándar normativo -minorías- experimentan una mayor probabilidad de conductas suicidas, por su mayor exposición a prejuicios/estigma, discriminación y exclusión social. En estas circunstancias se encuentran las personas con discapacidad y, de manera particular, las mujeres y niñas con esta condición. En el caso de las personas con discapacidad, tanto los estudios disponibles como la perspectiva de los informantes clave coincide en apuntar a una combinación de factores, tanto del ámbito psicocorporal como social y comunitario, en relación con la mayor probabilidad de comportamiento autolesivo, en sus distintos grados.
Entre los factores protectores ante el suicidio de las personas con discapacidad se cuentan cualidades individuales-personales, tales como la competencia/inteligencia emocional, y habilidades comunicativas. La red familiar desempeña un papel protector clave, que requiere a su vez contar con apoyos para que resulte viable.
Diferencias en función del género de la persona
El informe advierte de que se da un comportamiento diferenciado en relación con el suicidio entre hombres y mujeres, que se proyecta también en el ámbito de la discapacidad. Es necesario tener en cuenta, de cara a la prevención, estos aspectos diferenciales, en sus distintos componentes: mayor impulsividad, determinación, en varones (‘se suicidan como en silencio’), y mayor proporción de tentativas en mujeres.
Por su parte, la subdirectora del Área de Conocimiento y Salud de Cruz Roja España, Fátima Cabello Sanabria, destaca el gran logo que ha supuesto la implantación del teléfono de atención a la conducta suicida y el impacto que está teniendo en las personas que están acudiendo a él: “los números hablan. Son más de 45 mil llamadas al teléfono 024 las que tenemos registradas en estos cuatro meses. Se han derivado más de 1.500 al 112. Se están atendiendo 300/400 llamadas al día y la atención media es de 25 minutos”.
A todo esto, el presidente de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio, Andoni Anseán, ha puesto el foco en el importante papel que juega la formación de los profesionales y el entorno en evitar muertes por suicidio: “no basta con formar a profesionales del ámbito sanitario. Va más allá. Es cuestión de formar a un montón de profesionales que son agentes de prevención”.