Redacción Farmacosalud.com
Dar la importancia que se merecen, ni más ni menos... las nuevas Pautas de Actuación y Seguimiento (PAS) en Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP) destacan, por primera vez, el relevante papel que tienen los profesionales de Enfermería a la hora de observar la evolución de los pacientes hiperplásicos. De acuerdo con el doctor Carlos Hernández, coordinador de la primera y segunda edición de las PAS y jefe del Servicio de Urología del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, en el nuevo documento “hacemos hincapié en la actividad o en la responsabilidad en el seguimiento de estos pacientes que tiene el personal de Enfermería: el trabajo conjunto del médico con Enfermería es muy importante y, en este sentido, en un último capítulo hacemos hincapié en cuáles pueden ser las responsabilidades o las decisiones que se pueden compartir con Enfermería en el seguimiento de esos pacientes”.
A juicio del doctor Hernández, en la segunda edición de las PAS “se refleja de una manera mucho más real la importancia que ya de por sí tiene el colectivo de Enfermería, porque creo que tanto la urología como la medicina de familia tiene que trabajar, y de hecho trabajan, con estos profesionales de una manera muy cercana. Si no es así, es muy difícil llevar a cabo de la mejor manera posible el tratamiento y sobre todo el seguimiento de estos pacientes que, además de ser muchos, a menudo son personas mayores que necesitan más de una explicación para entender lo que tienen que hacer. De ahí el papel primordial de la Enfermería en el seguimiento, en la atención en domicilio, etc”.
El abordaje terapéutico de los pacientes de HBP, cada vez más complicado
La Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial (FFOMC) y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en colaboración con la compañía GSK, han presentado las nuevas Pautas de Actuación y Seguimiento (PAS) en HBP con el objetivo de establecer unas directrices sobre esta patología que sirvan para facilitar el trabajo a los profesionales sanitarios. Con el aumento de la esperanza de vida, algunas de las afecciones urológicas que aparecen a edades más tardías han elevado su prevalencia entre la población. Y, dentro de ellas, la hiperplasia benigna de próstata es la primera causa de consulta ambulatoria al urólogo[1]. Esta afección repercute muy negativamente en la calidad de vida de los varones afectados y consume una parte importante de los recursos sanitarios disponibles[1].
Para el coordinador de las PAS, el abordaje terapéutico de estos pacientes cada vez es más complicado porque los afectados “viven más años y, en consecuencia, cuantos más años tiene un individuo más patologías sufre y más polimedicado está, lo que conlleva tener que tomar fármacos por distintos motivos”. De este modo, añade, “el especialista en urología debe tener todas esas premisas en consideración a la hora de indicar uno u otro tratamiento en hiperplasia benigna de próstata”.
El documento presenta una doble misión: formativa e informativa. Así, se pretende proporcionar a los profesionales sanitarios un libro de consulta rápida y de fácil manejo para la toma de decisiones en beneficio de los enfermos. Además, sus contenidos científicos han sido elaborados por expertos en el área siguiendo una rigurosa metodología. Los capítulos de los que se compone la obra están redactados de forma práctica y didáctica para un mejor entendimiento. Además, se complementa con un test de evaluación que permitirá al profesional sanitario no sólo actualizar su formación al respecto de la HBP, sino también obtener una acreditación de los conocimientos obtenidos. Según el facultativo, el nuevo documento “hace una revisión sistematizada de la evidencia científica que hay en el ámbito de la HBP y, en consecuencia, se dan una serie de recomendaciones que pueden ser válidas tanto para los médicos de familia como para los especialistas en urología”.
Aunar la buena práctica clínica con la ética
La nueva herramienta formativa, fruto de la cooperación entre urólogos y médicos de Atención Primaria, supone una revisión y actualización de las primeras PAS sobre esta enfermedad, publicadas en 2013. Así, como otro elemento diferencial de esta serie se introducen indicadores clínico-deontológicos que permitirán al profesional médico disponer de los criterios éticos para su práctica diaria. Su finalidad es impulsar el paso de una práctica centrada en la enfermedad a la atención centrada en el enfermo, teniendo en cuenta no sólo la consulta, sino también la continuidad de la asistencia y el seguimiento del paciente. “En el fondo -comenta Hernández-, la deontología consiste en aunar la buena práctica clínica con la ética. Yo creo que, en medicina, esto ha sido así desde siempre, pero el hecho de poderlo sistematizar de alguna manera también ayuda al profesional”. En ese sentido, la petición de los consentimientos informados y la sistematización de la información que se le da al paciente permite que el médico también lo tenga claro a la hora de recomendar una u otra alternativa en el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata.
Las nuevas PAC se pueden encontrar en: http://formacion.ffomc.org/. Desde la OMC comentan que “con el desarrollo de las Pautas de Actuación y Seguimiento no sólo pretendemos dar una herramienta de actuación al médico, sino también una herramienta formativa que mantenga al día los conocimientos de las enfermedades de mayor incidencia y prevalencia, contribuyendo por tanto a la sostenibilidad del SNS mediante una asistencia más eficiente”.
Frecuencia miccional, disminución en la fuerza del chorro de la orina, goteo…
“Colaborar en la realización de esta obra supone un paso más en la coordinación de todos los profesionales implicados en la asistencia de la Urología, desde los propios urólogos hasta los médicos de Atención Primaria, pudiendo mejorar la asistencia y los tratamientos a los pacientes de una manera clara, sencilla y efectiva para todos”, indica el director médico de GSK, Arturo López-Gil. La colaboración entre médicos de familia y urólogos resulta fundamental para el manejo del paciente con HBP y, por tanto, ambos grupos han llevado a cabo, de forma conjunta, la elaboración de la obra. Pero esta unión entre Atención Primaria y Urología no debe limitarse a la elaboración y difusión de este protocolo consensuado. Así, para que se lleve a cabo una coordinación eficiente entre ambos grupos, además del diseño de protocolos estructurados de actuación, se precisa del compromiso de colaboración entre los profesionales, vías de comunicación bidireccionales y un programa de actividades de formación entre los profesionales de ambos ámbitos.
De hecho, en España existen varias experiencias de coordinación entre los médicos de AP y la atención hospitalaria urológica que han demostrado mejorar la calidad y la eficiencia de la asistencia a los pacientes con Síntomas del Tracto Urinario Inferior (STUI) o HBP, adecuando las derivaciones en varones con HBP y otras entidades urológicas y manteniendo la continuidad asistencial[2].
La HBP es una enfermedad cuya característica principal es el crecimiento benigno de la glándula prostática, proceso que puede generar una obstrucción del flujo urinario, lo que convierte a esta patología en la causa más frecuente de síntomas del tracto urinario inferior en el varón adulto, si bien no todos los que tienen estos síntomas son por HBP[3]. Algunos de los signos más frecuentes asociados a la HBP son: aumento de la frecuencia miccional, tanto de día como de noche, ganas de orinar más imperiosas, disminución en la fuerza del chorro de la orina, goteo, etc. En ocasiones pueden surgir complicaciones importantes derivadas de la HBP como la retención aguda de orina (RAO) o la necesidad de cirugía para tratar la HBP. También puede provocar alteraciones del funcionamiento de la vejiga, infecciones urinarias, formación de cálculos en la vejiga e incluso un deterioro progresivo de la función de los riñones que, de no ser controlada, puede llevar a la insuficiencia renal. De ahí que sea recomendable que todos los varones con síntomas del tracto urinario inferior se sometan a una revisión periódica a partir de los 50 años.
Referencias
1. Navarro-Pérez J, Peiró S, Brotons-Muntó F, López-Alcina E, Real-Romaguera A. Indicadores de calidad en hiperplasia benigna de próstata. Un estudio cualitativo. Atención Primaria. 2014;46(5):231-237.
2. Brenes FJ, Brotons F, Castiñeiras J, Cozar JM, Fernández-Pro A, Martín JA, et al. Criterios de derivación en hiperplasia benigna de próstata para Atención Primaria. 3ª ed. Madrid: Undergraf, S.L.; 2015. Disponible en: https://www.semfyc.es/wp-content/uploads/2016/12/criterios_derivacion_hbp_3.pdf (último acceso septiembre 2017).
3. Carballido J, Fourcade R, Pagliarulo A, Brenes F, Sessa A, Gilson M, et al. Can benign prostatic hyperplasia be identified in the primary care setting using only simple tests? Results of the Diagnosis Improvement in Primary Care Trial. Int J Clin Pract. 2011; 65: 989-996.