Redacción Farmacosalud.com
A lo largo de las cerca de dos primeras décadas del siglo XXI, la mortalidad por enfermedad cardiovascular ha caído en España en todas las comunidades autónomas sin excepción. No obstante, las defunciones por esta causa no son las mismas en todas las regiones ni descienden al mismo ritmo. Un estudio realizado por el Hospital Universitario La Paz y la Universidad Autónoma de Madrid, presentado en el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares SEC 2018, apunta no solo que el grupo de comunidades autónomas con menor Producto Interior Bruto (PIB) tiene mayor mortalidad cardiovascular, sino que señala además que la mortalidad por esta causa desciende más lentamente que en el resto de CCAA. La reunión SEC 2018 tiene lugar en Sevilla entre el 25 y el 27 de octubre. Una delegación de www.farmacosalud.com está presente en dicho Congreso.
Para obtener las conclusiones sobre PIB y CCAA, se realizó un análisis retrospectivo de la incidencia de muerte por enfermedad cardiovascular y del PIB, año a año, entre 2002 y 2015 a nivel nacional y por CCAA, utilizando datos agregados del Instituto Nacional de Estadística (INE). Se definió el conjunto de CCAA con menor nivel económico como aquellas cuyo PIB era menor al 90% del promedio nacional. Las comunidades de Andalucía, Asturias, Castilla La Mancha, Extremadura, Galicia y Murcia conformaban este grupo. Se comparó la mortalidad cardiovascular y la reducción de esta (absoluta y relativa) entre los años 2002 y 2015 en las regiones de menor nivel económico con el resto de CCAA (aquellas con PIB mayor al 90% de la media nacional).
El promedio de mortalidad cardiovascular por 100.000 habitantes resultó 14 puntos inferior en el año 2002 en las CCAA con PIB por debajo del 90% respecto al resto de comunidades (105 versus 91). Trece años después, en 2015, esta diferencia resultó de 17 puntos (87 versus 70). Fijándonos en la caída de la mortalidad desde el año 2002 a 2015, esta fue de 18 puntos en el primer grupo (disminución del 18%) y de 21 puntos en las CCAA con PIB superior al 90% de la media (disminución del 23%).
“En la medida en que las estrategias de prevención y tratamiento influyen sobre la mortalidad por enfermedad cardiovascular, nuestros datos sugieren la conveniencia de fomentar la solidaridad y coordinación interterritorial en la asistencia sanitaria”, opina el Dr. Jaime Fernández de Bobadilla, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y primer firmante del estudio.
¿Cómo se explica esta relación entre el PIB y la mortalidad cardiovascular?
Existen muchos factores que hacen que las regiones con rentas inferiores se vean más amenazadas por la enfermedad cardiovascular. Es bien conocida la asociación entre la mala calidad de la dieta y la falta de recursos a causa no solo del mayor precio de los alimentos frescos y de calidad, “sino también por una cuestión educacional y cultural”, aclara el primer firmante del estudio, quien destaca el consumo de tabaco como “uno de los motivos más importantes para el desarrollo de la enfermedad cardiovascular”. Y es que según la última Encuesta de presupuestos familiares del Instituto Nacional de Estadística, los hogares con menos renta dedican un mayor presupuesto a bebidas alcohólicas y tabaco (2,4%) que las familias más acomodadas (1,4%).
También hay componentes genéticos, poblacionales (sobre todo edad), dietéticos, educativos y culturales que explican la asociación del PIB con la mortalidad cardiovascular, además de las diferencias en la inversión de recursos. No obstante, “los recursos invertidos en prevención cardiovascular son probablemente más importantes desde el punto de vista poblacional que los recursos de tratamiento”, matiza el especialista.
Este estudio abre la puerta para investigar hasta qué punto las diferencias en resultados en salud cardiovascular pueden ser producto de desigualdades reales entre los sistemas sanitarios de las comunidades autónomas. “De ser así”, apunta el Dr. Fernández de Bobadilla, “convendría buscar mecanismos eficientes para que todas las comunidades mejoren al tiempo que se mejore la solidaridad entre territorios”. La educación es el pilar fundamental para mejorar la salud cardiovascular de la población. Para eso, son importantes las inversiones muy bien orientadas pero, sobre todo, es imprescindible que haya voluntad y determinación para convertirlo en una prioridad por parte de las Administraciones.
Para el Dr. Fernández de Bobadilla “la educación para la salud debería ser una asignatura obligatoria y troncal desde primero de la ESO hasta segundo de bachillerato, como las matemáticas, la lengua o la historia”. Pero la educación no debe quedarse únicamente en la escuela. “Sería fantástico que en la televisión no solo emitieran un documental de vez en cuando, sino que hubiera programas específicos de contenido lúdico, concursos, anuncios financiados por las administraciones que den información de calidad a todos los estratos de edad sobre qué hacer por nuestra salud”, opina. “Una mayor sensibilidad social hacia la importancia de la dieta, el ejercicio físico, el control de la tensión arterial y, sobre todo, la reducción del consumo de tabaco podrían cambiar mucho el panorama en poco tiempo”, concluye el experto.
Las enfermedades coronarias y la tomografía computarizada
Por otro lado, según un estudio publicado recientemente por la revista ‘European Heart Journal’, la tomografía computarizada (TC) puede ser una ayuda útil para los equipos médicos de cardiología en la toma de decisiones para tratar enfermedades coronarias complejas[1]. Los resultados del estudio SYNTAX III, hechos públicos por GE Healthcare durante el Congreso de la Sociedad Española de Cardiología 2018, sugieren también que la tecnología de diagnóstico por imagen de última generación puede ofrecer una alternativa de diagnóstico no invasiva a la angiografía coronaria tradicional[1]. GE Healthcare presenta en el marco de la reunión de la SEC CardioGraphe™[2], una nueva tecnología de TC con aplicaciones específicas para trabajar en el área de cardiología.
La enfermedad de las arterias coronarias (EAC) y sus complicaciones es una de las principales causas de muerte en el mundo[3]. De acuerdo con las guías terapéuticas actuales, las enfermedades de la arteria coronaria izquierda o la enfermedad de tres vasos representan el mayor riesgo de casos de EAC, que a menudo requieren como tratamiento la cirugía de baipás coronario (CABG) o la intervención percutánea coronaria (PCI)[4].
SYNTAX III – conducido por Cardialysis en representación del Instituto Europeo de Investigación Cardiovascular (ECRI) - incluyó a 223 pacientes diagnosticados de enfermedades de la arteria coronaria izquierda o de enfermedad de tres vasos. Cada uno de ellos fue diagnosticado usando técnicas invasivas de angiografía convencional y posteriormente fue sometido a un escáner multicorte en un equipo RevolutionTM CT[5] de GE Healthcare. Los datos de cada paciente fueron recogidos y evaluados por dos equipos médicos aleatorios, cada uno de ellos compuesto por un cardiólogo intervencionista, un cirujano y un radiólogo, con el fin de hacer las recomendaciones de tratamiento con CABG o PCI. Uno de los equipos hizo las recomendaciones de tratamiento usando únicamente imágenes de TC, mientras que el otro utilizó la prueba invasiva (angiografía convencional).
En base a los resultados obtenidos, las decisiones de ambos equipos sobre el tratamiento que debía recibir el paciente fueron de una concordancia casi perfecta (Coeficiente kappa de Cohen 0.82). Después de analizar los resultados de las pruebas, el 84% de los cirujanos encuestados[6] estuvieron de acuerdo en que es viable planificar y ejecutar una cirugía basándose en el escáner multicorte proporcionado por el TC.
El colesterol ‘bueno’ y pacientes con aneurisma aórtico abdominal
El aneurisma aórtico abdominal (AAA) es una dilatación permanente de la aorta que afecta a aproximadamente el 5% de los varones mayores de 50 años y a más del 1% de las mujeres mayores de 65. La rotura del AAA constituye una causa importante de muerte en nuestro país y, en la actualidad, no existen tratamientos farmacológicos que ayuden a prevenir la progresión de la enfermedad, siendo la intervención quirúrgica la única alternativa terapéutica. Ahora, un nuevo estudio[7] en el que participan investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), pertenecientes a sus áreas de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) y de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV), podría abrir nuevas posibilidades de tratamiento, al identificar los mecanismos por los cuales las lipoproteínas que transportan el colesterol bueno (HDL) pierden su capacidad cardioprotectora en pacientes con AAA.
El trabajo, publicado en la revista ‘Arteriosclerosis Thrombosis and Vascular Biology’, ha sido desarrollado por investigadores del CIBERDEM en el Institut de Recerca del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, y del CIBERCV en el Instituto de Investigaciones Sanitarias de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, liderados por Joan Carles Escolà-Gil y José Luis Martin-Ventura, respectivamente, en colaboración con investigadores finlandeses y daneses. El AAA generalmente se caracteriza por la acumulación de colesterol e infiltración de macrófagos en la pared aórtica. “El objetivo de esta investigación se centró en evaluar la composición de partículas HDL circulantes y su potencial para promover el flujo de salida del colesterol de los macrófagos en sujetos con AAA”, explica José Luis Martin-Ventura.
“Los hallazgos permiten concluir que los pacientes con AAA presentan alteraciones en la composición de las HDL y una reducción en su principal función cardioprotectora: su capacidad para prevenir la acumulación de colesterol en los macrófagos de la pared arterial”, afirma Joan Carles Escolà-Gil. El trabajo mostró por primera vez que, en estos pacientes, la eliminación del colesterol de los macrófagos que propicia el HDL es defectuosa. Los pacientes presentaron niveles bajos de apolipoproteína A-I y partículas preβ-HDL y alteración en el flujo de salida del colesterol de los macrófagos. “Se trata de una importante alteración funcional del HDL que podría estar vinculada mecanísticamente a AAA”, añade el primer firmante del trabajo, Diego Martínez-López.
Referencias
1. Coronary computed tomography angiography for heart team decision-making in multivessel coronary artery disease, European Heart Journal, 11 October 2018
2. El CardioGraphe es conforme con los requisitos esenciales de seguridad establecidos en Real Decreto 1591/2009, de 16 de octubre, por el que se regulan los productos sanitarios, y está marcado CE.
3. Gersh BJ, Sliwa K, Mayosi BM, Yusuf S. “Novel therapeutic concepts: the epidemic of cardiovascular disease in the developing world: global implications.” European Heart Journal. 2010 Mar; 31(6):642-8. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20176800/
4. Mohr FW, Morice MC, Kappetein AP, etc. “Coronary artery bypass graft surgery versus percutaneous coronary intervention in patients with three-vessel disease and left main coronary disease: 5-year follow-up of the randomised, clinical SYNTAX trial.” Lancet. 2013 Feb 23; 381(9867):629-38. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23439102/
5. El Revolution CT es conforme con los requisitos esenciales de seguridad establecidos en Real Decreto 1591/2009, de 16 de octubre, por el que se regulan los productos sanitarios, y está marcado CE.
6. Cardialysis. “Theoretical Feasibility of Planning CABG based only on Coronary CTA and FFRCT: A Survey of the Surgeons involved in the Randomized Syntax III Revolution Trial.” 2018 Jan. Unpublished raw data.
7. Impaired HDL (High-Density Lipoprotein)-Mediated Macrophage Cholesterol Efflux in Patients with Abdominal Aortic Aneurysm. Diego Martínez-López, Lídia Cedó, Jari Metso, Elena Burillo, Annabel García-León, Marina Canyelles, Jes S. Lindholt, Monica Torres-Fonseca, Luis Miguel Blanco-Colio, Jesús Mª Vázquez, Francisco Blanco-Vaca, Matti Jauhiainen, Jose Luis Martín-Ventura, Joan Carles Escolà-Gil. DOI: 10.1161/ATVBAHA.118.311704