Redacción farmacosalud.com
Las mujeres mayores de 65 años pasan más años de su vida con peores condiciones de salud que los hombres, según un análisis realizado por los organizadores del XIV Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer, SAMEM 14. Aunque la esperanza de vida es mayor que el hombre, la calidad de vida es peor. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a los 65 años, los varones viven el 51,9% el resto de su vida en buena salud frente al 40,4% de las mujeres, han informado fuentes de SAMEM.
Esta peor salud de la mujer se debe “a la peor calidad de vida que sufren con respecto a los hombres a medida que van envejeciendo”, comenta el doctor Santiago Palacios, director del Instituto Palacios y coordinador de SAMEM 14. Los últimos datos del INE muestran que la percepción del estado de salud de hombres y mujeres disminuye con la edad y siempre es peor en el caso de ellas. “Su vida se extiende unos 25 o 30 años después de la menopausia y suelen vivir un promedio de seis años más que ellos en los países desarrollados, pero no en buenas condiciones. Por eso es imprescindible llevar a cabo medidas de prevención que contribuyan a mejorar su calidad de vida y, en consecuencia, su estado de salud”, asegura el doctor Palacios.
Diferencias genéticas
Uno de los retos es “identificar a aquellas mujeres con factores de riesgo que se encuentran en la postmenopausia”, según su coordinador. Esas medidas deben ir encaminadas a “difundir información sobre el envejecimiento normal, centrar la atención en los principales problemas de salud con la edad y orientar la investigación a mejorar su estado de salud con estudios que aumenten el número de mujeres en ensayos clínicos”, indica. Para ello hay que tener en cuenta también las diferencias genéticas, hormonales y sociales entre ambos géneros, “lo que a menudo no sucede”, advierte.
Las diferencias genéticas desde la fecundación originan “un desarrollo del sistema nervioso central distinto, lo que mantiene las diferencias en la función neuronal, modula el comportamiento, la fisiología cerebral y las funciones neuroendocrinas”, comenta el doctor Palacios. Por lo tanto, la genética, las hormonas y las diferencias sociales podrían explicar “la mayor prevalencia femenina de la osteoporosis o la depresión, la diferencia en la evolución de ciertas enfermedades cardiovasculares, o el diverso comportamiento de los analgésicos”, añade.
Diferencia de patologías
También existen diferencias por género en las patologías crónicas. Las más frecuentes en el femenino son la artrosis o reumatismo, el dolor de espalda crónico lumbar y el dolor de espalda crónico cervical. En cuanto a las causas de muerte, la principal en las mujeres son las enfermedades del sistema circulatorio, seguidas de los tumores (al contrario que los hombres). “El problema son las cargas familiares, del hogar, etc.; que acaban soportando las mujeres en su mayoría y que les resta tiempo para su cuidado personal”, indica el doctor Palacios. El tiempo medio dedicado por las féminas al hogar y la familia es de cuatro horas frente a las dos de los varones y las excedencias para el cuidado de familiares es casi seis veces superior (5.245 frente 877 en 2012), según el Instituto de la Mujer.
Además, ellas son más dependientes. Según el INE, tienen mayor dependencia funcional para el cuidado personal, para las labores domésticas o para la movilidad. También sufren más discapacidad que los hombres de su misma edad y la diferencia es más pronunciada con el envejecimiento: de 65 a 74 años la sufren un 30% de ellas frente a un 22% de ellos. Entre los 74 y los 84 años la padecen la mitad de las mujeres frente a un tercio de los varones, según esta fuente.