Redacción Farmacosalud.com
La vaporización prostática con láser avanzada es una técnica sofisticada que permite tratar a pacientes con hipertrofias benignas de próstata mayores de manera ambulatoria. “La vaporización prostática con láser es una técnica mínimamente invasiva que se realiza en aquellos pacientes candidatos para no tener que practicar una cirugía abierta o transuretral. Con este dispositivo de última generación, que alcanza una potencia de 180 vatios cuando la anterior era de 80 vatios, conseguimos tratar la hipertrofia benigna de próstata y que el paciente pueda irse a su domicilio el mismo día de la intervención”, explica el doctor Narcís Camps Lloveras, médico especialista del Servicio de Urología del Hospital Universitario de Bellvitge. Uno de los avances más importantes de esta técnica es la capacidad de coagular los vasos sanguíneos mientras se elimina el tejido. Así, se consigue evitar el sangrado durante la intervención y disminuir al máximo el riesgo de sufrir complicaciones hemorrágicas. “Uno de los problemas principales de la cirugía prostática es el riesgo a sufrir una hemorragia. Hasta ahora, con la utilización de esta técnica no hemos tenido ninguna hemorragia que haya requerido transfusión de sangre”, indica Camps.
En la actualidad, el 50% de pacientes del hospital con patología prostática benigna son tratados con este tipo de intervención, cifra que ha aumentado, ya que con este dispositivo es posible llegar a tratar próstatas de un tamaño más grande. Además, la técnica permite operar a pacientes bajo tratamiento farmacológico antiagregante que no puede ser suspendido, situación que antes impedía la intervención quirúrgica.
Vaporizar el tejido y eliminarlo
La vaporización prostática con láser consiste en introducir una fibra láser a través del conducto de la orina hasta llegar a la uretra prostática para vaporizar el tejido benigno y eliminarlo. El aumento de energía del nuevo dispositivo permite una vaporización más rápida con una mayor capacidad de coagulación. Todos estos avances hacen posible que el paciente pueda volver a su domicilio el mismo día de la intervención. Sin hemorragia ni infección de orina, complicaciones que pueden derivarse de la intervención y se detectan de manera inmediata, la persona puede abandonar el hospital a las pocas horas con total seguridad. Durante los días siguientes, se hace un seguimiento hasta que se quita la sonda, y un control rutinario durante los 6-12 meses posteriores. Gracias al tratamiento mínimamente invasivo, la recuperación es más rápida y el paciente gana calidad de vida en un corto plazo de tiempo.
La hipertrofia (o hiperplasia) benigna de próstata es el aumento del tamaño de la glándula prostática producido por un incremento de niveles de testosterona, aunque otros factores también pueden predisponer al desarrollo de la enfermedad. Este crecimiento progresivo afecta a la uretra y provoca diferentes síntomas relacionados con la micción, como son la incontinencia, la retención o la infección urinaria. La patología prostática benigna es la enfermedad más frecuente en hombres de más de 65 años, según han informado fuentes del Hospital Universitario de Bellvitge (l’Hospitalet de Llobregat, en Barcelona).
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