Redacción Farmacosalud.com
La terapia focal con ultrasonidos de alta intensidad (HIFU) permite destruir mediante la concentración de calor el foco del tumor preservando la próstata. A través del recto y, dirigido por ecografía, se consigue llegar a dianas terapéuticas muy pequeñas (de hasta 3mm de diámetro), una precisión superior a otras terapias focales como la crioterapia. Además, el hecho de conservar la próstata permite que las funciones propias de la glándula -la eyaculatoria, la incontinencia de orina y la función eréctil-, no se vean afectadas. La intervención dura dos horas y en 24 horas el paciente puede volver a casa, con lo que se mejora la recuperación tras el postoperatorio.
Con el equipo Focal One, proporcionado por Coupler Medical, se usa la resonancia magnética para el diagnóstico y la ecografía para guiar las biopsias; después el equipo fusiona esa información durante el tratamiento y al finalizar se valida el resultado por contraste ecográfico. El procedimiento de aplicación es mediante un sistema robotizado con control ecográfico en tiempo real y no se requieren incisiones. Se trata de una alternativa terapéutica mínimamente invasiva para pacientes con carcinoma de próstata donde el elevado riesgo quirúrgico, la edad avanzada o las comorbilidades del paciente desaconsejan tratamientos más agresivos. HIFU también se contempla como una opción para pacientes afectos de cáncer de próstata de bajo grado que quieren mantener la función eréctil y de continencia.
“Focal One, un avance indudable frente a los cánceres de próstata de riesgo bajo”
El Dr. Miguel Ángel López Costea, especialista en Urología y Cirugía Robótica Urológica del Hospital Quirónsalud Barcelona, asegura que “la ablación de tumores prostáticos mediante ultrasonidos Focal One constituye un avance indudable en el tratamiento de cánceres de próstata de riesgo bajo en grupos de edad que no son candidatos a la cirugía robótica o que presentan una contraindicación específica para ella. Asimismo, constituye una alternativa válida para pacientes incluidos en programas de vigilancia o que rechazan la cirugía como opción terapéutica”.
Esta técnica ablativa, desarrollada hace 20 años, ya se utilizaba en otras enfermedades como la fibrosis uterina, o para paliar el dolor óseo metastásico, y también se ha aplicado en cáncer de mama, cerebro o páncreas. Esta es la primera vez que se aplica esta técnica (Focal One) para el tratamiento del cáncer de próstata en Cataluña y la tercera en el resto de España.
En Estados Unidos se han realizado unos 50.000 casos, y en Europa unos 40.000. Los resultados que se han realizado sobre esta técnica muestran que, a los 5 años del tratamiento, entre un 61% y un 95% de los pacientes están libres de enfermedad, y a los 7-8 años del tratamiento, el porcentaje se sitúa entre 69-84% de los pacientes. Las funciones de la próstata se mantienen en un buen nivel. Por este motivo, se trata de una técnica que se plantea como opción a tener en cuenta en el tratamiento del cáncer de próstata en aquellos pacientes en que la preservación funcional del órgano sea una prioridad. El progresivo aumento de la expectativa de la población hace que consideremos tributarios de tratamiento oncológico a un creciente número de pacientes que no hace mucho eran excluidos de cualquier tipo de terapia.
Alerta: presencia de metástasis en el diagnóstico inicial del cáncer de próstata
Por otro lado, la compañía Janssen-Cilag International NV ha anunciado que los datos de un análisis intermedio del Registro del cáncer de próstata, el primer y mayor estudio prospectivo de Europa realizado en varones con tumor prostático resistente a la castración metastásico (CPRCm), indican que la presencia de metástasis a distancia (M1) en el momento del diagnóstico inicial puede ser un indicador crítico del futuro tratamiento y el pronóstico de los pacientes con CPRCm.
Los datos, presentados en el Congreso de 2016 de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO), celebrado en Chicago, EE.UU., describen las características al comienzo del estudio de los varones con CPRCm que tenían metástasis a distancia en el momento del diagnóstico inicial (M1), en comparación con aquellos cuyo cáncer no había metastatizado cuando se hizo el diagnóstico inicial (M0). Los datos demostraron niveles más altos de antígeno prostático específico (PSA), una mayor incidencia de lesiones óseas y un estado funcional ligeramente peor, en cuanto a la capacidad de ocuparse de sus cuidados personales, actividad diaria y capacidad física (determinada mediante la escala del estado funcional del ECOG), en los pacientes con M1 en el momento del diagnóstico inicial en comparación con los que no presentaban metástasis (M0).
• Los niveles de PSA eran un 34,4 % mayores (61,7 ng/ml frente a 45,9 ng/ml) en los pacientes con M1 frente a M0
• La incidencia de lesiones óseas (>5) era un 24 % mayor (51 % frente al 41 %) en los pacientes con M1 frente a M0
• El porcentaje de pacientes con una puntuación >2 en la escala del estado funcional del ECOG era mayor (17 % frente al 13 %) en los que presentaban M1 frente a M0