Redacción Farmacosalud.com
Según el Dr. Óscar Soto Angona, psiquiatra adjunto del Hospital Vall d'Hebron (Barcelona) y presidente de la Sociedad Española de Medicina Psicodélica (SEMPSi), el novedoso uso de compuestos psicodélicos para fines terapéuticos debe combinarse, en la mayoría de los casos, con un abordaje psicoterápico para que los resultados sean los esperados: “es importante recalcar que estas sustancias psicodélicas funcionan a muchos niveles, pero en general se considera que es necesaria su combinación con una psicoterapia específica. De hecho, en la mayoría de los supuestos se considera que es la ‘psicoterapia asistida con psicodélicos’ la que tiene un efecto beneficioso; la sustancia actúa como un catalizador de la misma”.
La SEMPSi ya ha solicitado su inclusión como organización científica en el registro de asociaciones del Ministerio del Interior y, en este sentido, Soto Angona enfatiza que la Sociedad Española de Medicina Psicodélica es una entidad “que incluye a profesionales del ámbito sanitario y de la investigación, entre los que hay médicos pero también psicólogos, enfermeras... estamos esperando la respuesta del Ministerio de Interior para comenzar a trabajar y abrirnos a la inclusión de nuevos socios, algo que esperamos ver en los próximos dos o tres meses”.
Alivio del sufrimiento, prevención, salutogénesis…
Cuando se habla del término ‘psicodelia’ es inevitable pensar en un concepto como muy ‘pop’, típico de la música de los años 60. Es por ello que resulta imprescindible explicar que la medicina psicodélica se refiere al uso de sustancias psicodélicas para aliviar el sufrimiento y tratar un amplio abanico de trastornos mentales. También se está investigando su uso en el campo de la prevención y la salutogénesis, y de manera incipiente en la neurología. “Si bien el término psicodélico tiene connotaciones culturales y artísticas, hace referencia a una serie de sustancias con la capacidad de causar estados alterados de conciencia (etimológicamente significa ‘revelador de la mente’), y la evidencia científica actual muestra que varias de estas sustancias, como el MDMA, la psilocibina o la ketamina, tienen un potencial muy prometedor y probablemente nos permitan tratar a personas que no han respondido a otras intervenciones”, sostiene el experto.
La ketamina es un psicodélico atípico, de la familia de los disociativos, que se utiliza desde los años 60 como analgésico. Aunque su uso como psicodélico (usando los estados alterados de conciencia que induce para potenciar la psicoterapia) no está muy extendido en España, se conoce y se ha investigado desde los años 70. “Uno de los compuestos presentes en la ketamina, la esketamina, ha sido comercializado por Janssen y aprobado este año con la indicación de tratamiento para la depresión resistente, si bien los efectos psicodélicos que induce son leves, y diferentes de los psicodélicos ‘clásicos’ como la psilocibina o el LSD”, detalla el Dr. Soto Angona.
“El MDMA ha mostrado resultados muy prometedores para tratar el Estrés Postraumático, y es probable que su comercialización llegue alrededor de 2025; a todo esto, se espera que la psilocibina sea aprobada a finales de esta década para el tratamiento de la depresión”, precisa el facultativo. Otras sustancias bien conocidas, como la ayahuasca, el LSD o el DMT, están siendo también investigadas y forman parte de diversos ensayos clínicos. Es importante recalcar nuevamente que la mayoría de estas sustancias están siendo analizadas en conjunción con psicoterapia, “y es muy probable que su aprobación e indicación impliquen la obligatoriedad de la misma”, recuerda el presidente de SEMPSi.
Ventajas e inconvenientes de la medicina psicodélica
“La psicoterapia con psicodélicos tiene la ventaja de actuar a varios niveles -afirma el Dr. Soto Angona-. Por un lado, las sustancias psicodélicas tienen diversos efectos específicos neurobiológicos, como la inducción de neuroplasticidad o el incremento de la conectividad entre las distintas áreas del cerebro, que son beneficiosos per se. Por otro lado, su combinación con la psicoterapia permite a la persona trabajar específicamente sobre la causa de su sufrimiento, en lugar de tratar el síntoma como ocurre con otros tratamientos que utilizamos actualmente. Si bien hay que ser cautos respecto a su eficacia, el resultado de esto es que, con una o dos dosis de la sustancia y varias sesiones de psicoterapia, se podría conseguir que la persona estuviese libre de síntomas sin necesidad de tomar tratamiento de manera crónica”.
“Sin embargo -matiza a renglón seguido-, el uso de los psicodélicos implica trabajar con estados alterados de conciencia que pueden llevar al participante a afrontar circunstancias vitales o personales complejas, y no todo el mundo podría estar preparado para ello. En personas predispuestas genéticamente, existe el riesgo de desencadenar una psicosis, por lo que hay que seleccionar cuidadosamente a las personas que pueden recibir este tratamiento. Además, el estado mental inducido por los psicodélicos incrementa la sensibilidad de los pacientes al entorno externo y a su propia situación personal interna. Por ello, es preciso que sean administrados en un entorno adecuado y confortable y por personas con un alto grado de especialización y formación, lo cual puede ser un obstáculo para su implementación generalizada”.
“Uno de nuestros propósitos como Sociedad es facilitar la formación de profesionales y trabajar por un uso de estas sustancias ético, seguro y basado en la evidencia científica”, agrega Soto Angona.