Redacción Farmacosalud.com
La compañía Ipsen presenta el cortometraje ‘La secuela que nadie espera’ en el marco de la campaña de concienciación sobre la espasticidad, y coincidiendo con el 61º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), celebrado recientemente. El film, dirigido por Ferran Calbet y protagonizado por Pau Roca, Gemma Brió y Mercé Ortega, busca dar visibilidad a una secuela que, en diferentes grados, pueden padecer hasta el 40% de las personas que han sufrido un ictus. Conocer la espasticidad es fundamental para facilitar un diagnóstico temprano y preciso, lo que puede traducirse en mayores posibilidades de mejorar la funcionalidad y la calidad de vida del paciente y de sus familiares.
“Estamos muy contentos de haber acogido en nuestro 61º Congreso Nacional la presentación del cortometraje ‘La secuela que nadie espera’, ya que como médicos rehabilitadores creemos que es fundamental que la sociedad, los pacientes y sus familiares sean conscientes de la importancia de una detección temprana y un tratamiento adecuado que facilite la convivencia con la espasticidad y mejore la calidad de vida de las personas afectadas. Por eso, desde la Sociedad hemos querido apoyar esta campaña de concienciación sobre la espasticidad de Ipsen desde su inicio el año pasado”, señala Carolina de Miguel, presidenta de SERMEF.
Rigidez o tensión aumentada en los músculos, puño apretado…
Para favorecer esta detección temprana es fundamental saber identificar la espasticidad: la sensación de rigidez o tensión aumentada en los músculos, la adopción de posturas anormales como el puño apretado, la muñeca doblada o pulgar en la palma, entre otras, son síntomas asociados a esta secuela del ictus que cobran protagonismo en la historia, y que pueden contribuir a que los familiares reconozcan a la extraña visitante que aparece en el cortometraje. Una visitante que viene para quedarse, porque la espasticidad es una secuela crónica.
“Conocer la espasticidad, saber cómo puede afectar al paciente y ser conscientes de su cronicidad son factores determinantes para poder iniciar su tratamiento lo antes posible. Un tratamiento que requiere un abordaje multidisciplinar y que puede combinar diferentes disciplinas, desde la terapia física, la fisioterapia, la terapia ocupacional, el tratamiento farmacológico o la cirugía con un doble objetivo: mejorar la funcionalidad y la calidad de vida”, explica el Dr. Juan Vicente Lozano, jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital General Universitario Morales Meseguer de Murcia.
El cortometraje, avalado por SERMEF, por la Sociedad Española de Neurología (SEN) y por la Asociación de Traumatismos Craneoencefálicos y Daños Cerebrales (TRACE), tiene una duración de 4 minutos y muestra la llegada de un hombre a su casa después de haber sufrido un ictus. Le acompaña un familiar que, tras acomodarle en una habitación, le deja un momento a solas. Es entonces cuando recibe una visita inesperada. Una mujer entra en la habitación con una maleta y sorprende al hombre, que no entiende quién es y que está haciendo en su casa.
Cada 6 minutos se diagnostica un ictus en España
El ictus es una enfermedad cerebrovascular que se produce bien por la obstrucción-disminución del flujo sanguíneo (ictus isquémico) o bien por la ruptura de los propios vasos sanguíneos del cerebro (ictus hemorrágico). En ambos casos, la sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria y, por tanto, las células nerviosas dejan de recibir oxígeno y nutrientes, lo que provoca una alteración o una lesión del tejido cerebral que repercute en el funcionamiento normal de una determinada región cerebral1.
Según los datos del estudio IBERICTUS, la incidencia de ictus en España es de 187,4 casos por cada 100.000 habitantes2, con una mayor incidencia en hombres que en mujeres. Debido a su elevada incidencia y prevalencia, el ictus tiene un gran impacto sanitario y social, ya que constituye la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda de demencia después de la enfermedad de Alzheimer. Más del 80% de los ictus son evitables controlando los factores de riesgo modificables como la hipertensión arterial (HTA), el consumo de tabaco o alcohol, la diabetes mellitus, la dieta, la inactividad física, la obesidad, etc.
Referencias
1. El atlas del ictus en España: https://www.sen.es/images/2020/atlas/Atlas_del_Ictus_de_Espana_version_web.pdf
2. Díaz-Guzmán, J. et al. (2012). Stroke and transient ischemic attack incidence rate in Spain: the IBERICTUS study. Cerebrovasc dis, 34(4), 272–281. doi.org/10.1159/000342652.