Redacción farmacosalud.com
La rinitis alérgica es un conjunto de síntomas que afectan la fosa nasal produciendo una reacción de la mucosa. Estos síntomas son visibles cuando la persona inhala algo a lo que supuestamente es alérgica; como por ejemplo partículas de polvo, el polen de las plantas, etc. El causante de una alergia se denomina alérgeno. Al inhalar dicha sustancia, el cuerpo libera químicos que producen los síntomas de alergia.
En el caso de sufrir alergia al polen, la persona es más vulnerable en los días secos y cálidos ya que hay más cantidad suspendida en el aire. Algunas alergias son muy comunes por el medio ambiente; estar expuesto a partículas en espacios abiertos provoca ser más propenso a padecerlas. El hecho de tener padres con alergia aumenta la probabilidad de sufrirlas ya que son hereditarias.
Síntomas
Los síntomas se producen al poco tiempo de tomar contacto con el alérgeno y son:
- Ojos llorosos y rojez
- Picor en la nariz
- Estornudos
- Problemas de olfato(anosmia)
- Rinorrea
Posteriormente pueden desarrollarse en:
- Hinchazón debajo de los ojos/ojeras
- Congestión nasal
- Dolor de garganta
- Disminución del sentido del olfato
- Fatiga/ irritabilidad
- Dolores de cabeza
Tipos de rinitis y sus causas
Cuando se trata de rinitis alérgica también puede ser pasajera al deberse a una reacción inmunológica del sistema por presencia de determinados alérgenos. Sobre este caso la aparición de rinitis alérgica es estacional y coincide con la época de floración que son las causantes. Sin embargo, también ocasiona rinitis crónica cuando la alergia es producida por otras sustancias como los ácaros o el pelo de las mascotas, y no tan frecuente con determinados alimentos como el chocolate, las bebidas heladas o los previamente envasados.
La rinitis alérgica también puede presentarse como rinitis hormonal, causante de variaciones de los niveles plasmáticos de ciertas hormonas. Con razón son muy frecuentes en el periodo de gestación (rinitis gestacional) ya que durante el embarazo incrementa el nivel de estrógenos originando mayor secreción en las glándulas nasales. A diferencia de otros tipos se desconoce el origen de la rinitis atrófica, producida por la atrofia de la mucosa nasal desencadenando la formación de costras en la nariz y por ello, mal olor. Los síntomas son la pérdida del olfato y hemorragias nasales con frecuencia.
Con origen crónico también hay la rinitis vasomotora. Dilata los vasos sanguíneos provocando goteo y congestión nasal. Ambientes húmedos, cambios bruscos de temperaturas, humo e incluso olores fuertes suelen desencadenarla.
Diagnóstico
Para llevar a cabo un diagnóstico preciso debe llevarse a cabo distintas pruebas de laboratorio:
- Test cutáneos de alergia: un método que determina la hipersensibilidad inmediata
- Prueba de radioalergoadsorción (RAST): mide la cantidad de inmunoglobina E (IgE) ya que sirve como anticuerpo para un antígeno en particular.
- IgE sérica total: Los resultados pueden ser útiles en algunos casos cuando se combina con otros factores.
- Recuento eosinófilos en sangre : no son ni sensibles ni específicos para el diagnóstico, pero como con IgE, total en suero puede ser útil cuando se combina con otros factores.
En la evaluación alérgica de la rinitis también se utilizan estudios por imagen:
- Radiografía: útil para la evaluación de posibles alteraciones estructurales o para ayudar a detectar complicaciones, tales como sinusitis o hipertrofia de adenoides.
- Tomografía computarizada (TC): muy útil para la evaluación de sinusitis aguda o crónica.
- Resonancia magnética: puede ser de ayuda para la evaluación de la sinusitis.
Medidas preventivas
Las personas que sufren efectos adversos graves a medicamentos, las que tienen que tomar con frecuencia corticoides orales o las que padecen asma deberían considerar la opción de someterse a la inmunoterapia alergénica; una serie de inyecciones que pueden ayudar a evitar los síntomas de la alergia. En el caso de la inmunoterapia alergénica para la rinitis alérgica estacional debe comenzar meses antes de la época de polinización para hacer efecto.
Si el motivo del trastorno se identifica claramente con un alérgeno, por ejemplo con los ácaros del polvo, el tratamiento para evitarlo es que no entre en contacto con el paciente. En este caso algunas medidas preventivas serían:
- Poner fundas especiales para el colchón
- Lavado semanal de las sábanas a más de 60 C⁰
- Evitar las alfombras o moquetas
- Mantener la ropa en el armario para evitar el contacto con los ácaros
- Ventilar con frecuencia el hogar
- Carecer de aire acondicionado para mantener el ambiente el calor y humedad elevados
- Optar por materiales como el plástico o madera en vez de muebles tapizados
Sin embargo, no siempre es sencillo evitar el foco de riesgo. Entre otras razones, porque la persona suele ser alérgica a varias sustancias a la vez y no todas ellas son tan fáciles de controlar. En la mayoría de los casos y más, aquellos en los que la causa de la rinitis es desconocida, la acción terapéutica debe reducirse al empleo de medicamentos. De todos ellos, los más empleados son los antihistamínicos de segunda generación que carecen de efectos sedantes, y de corticoides cuando se precisan tratamientos de más duración.
Resumiendo las pautas marcadas, para una mejor calidad de vida se debería optar por:
Control ambiental: poner en práctica las recomendaciones anteriores para evitar lo mejor posible los alérgenos.
Control Sintomático: uso de determinados fármacos para controlar los síntomas de rinitis alérgica y asma.
Tratamiento Inmunológico: impedir que se produzcan reacciones inmunológicas en nuestro organismo desencadenadas por diferentes agentes alérgicos. Para ello se utilizan vacunas, las cuales después de ser aplicadas; durante un tiempo van a impedir que el paciente tenga una reacción alérgica a los diferentes componentes ambientales y poder así, evitar la enfermedad.