Redacción Farmacosalud.com
El confinamiento derivado de la pandemia de coronavirus ha favorecido dos grandes problemas oftalmológicos que ya preocupaban anteriormente a nivel mundial por su creciente prevalencia: la miopía y el ojo seco. Durante la cuarentena domiciliaria, los hábitos de entretenimiento e incluso laborales (teletrabajo) han comportado que se haya forzado la vista leyendo, fijando la mirada en ordenadores, teléfonos móviles, televisor, etc. Todo ello, a la larga, genera un aumento de la acomodación o esfuerzo visual ‘de cerca’, “y eso está demostrado que induce a miopía”, explica el Dr. Enrique Cervera, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital General de Valencia. El hecho de forzar la vista de cerca también incide en un potenciamiento del ojo seco porque “involuntariamente reducimos el parpadeo, y al reducir el parpadeo potenciamos la sequedad del ojo”, agrega Cervera.
El facultativo recuerda que la fase de desescalada no supone pasar del nada al todo, es decir, que el proceso de desconfinamiento es y será progresivo, lo que permite poner las bases para tratar de corregir lo que se ha estado haciendo mal durante la cuarentena más rígida. El jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital General de Valencia da, en el siguiente video, detalles sobre la estrategia visual a seguir para combatir la miopía y el ojo seco, la que se conoce como regla del 20-20-20.
Video por cortesía del Hospital General de Valencia
El ojo no puede estar seco: el lagrimeo se convierte en un mecanismo de defensa
Según el Dr. Cervera, para prevenir el ojo seco hay que acordarse de cambiar la posición de la mirada, ya que “cambiando la posición de la mirada involuntariamente parpadeamos, y eso supone un efecto beneficioso sobre nuestra lágrima”.
El ojo no puede estar seco, de manera que provoca lagrimeo ocular -una especie de mecanismo reflejo- para intentar defenderse de la sequedad. "Pero ese lagrimeo no es bueno: picores, escozores, sensación de arenilla, sensación de cansancio… sensación incluso de que tienes variaciones en la visión; son síntomas relacionados con la sequedad”, concreta el experto.
Por otro lado, aunque “mirar al sol es absolutamente negativo para la vista”, también es cierto que el aporte del astro rey -un aporte adecuado, sin mirar al sol directamente- “genera una especie de mecanismo de defensa”, también en relación “a la miopía”, indica.
Unos fármacos para la hipertensión no aumentan el riesgo de COVID-19
En otro orden de cosas, la prestigiosa revista ‘The Lancet’ publica un trabajo farmaco-epidemiológico en el que se demuestra que la administración de fármacos bloqueantes del sistema renina-angiotensina es segura y no aumenta el riesgo de presentar COVID-19 ni tampoco de agravar esta infección. El sistema renina-angiotensina eleva la presión arterial y, por tanto, cuando se bloquea con estos medicamentos, la presión arterial baja. Por eso estos fármacos se utilizan mucho como antihipertensivos, si bien tienen otras aplicaciones.
La publicación es fruto del estudio que han dirigido profesionales de Farmacología Clínica y Medicina del Hospital Universitario Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares) y la Universidad de Alcalá junto con otros seis hospitales del Servicio Madrileño de Salud (Clínico San Carlos, Ramón y Cajal, Puerta de Hierro, La Princesa, Getafe y Hospital Central de la Defensa), la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y el IDAEA-CSIC de Barcelona. El proyecto ha recibido financiación por parte del Instituto de Salud Carlos III.
El trabajo confirma que el sexo masculino, la edad avanzada y los antecedentes de enfermedades cardiovasculares (hipertensión, insuficiencia cardiaca, antecedentes de infarto) y la diabetes son factores de riesgo del COVID-19 que requieren ingreso hospitalario. Sin embargo, el uso de los bloqueantes de sistema renina-angiotensina no aumenta dicho riesgo, ni siquiera en los pacientes que presentaron los cuadros más graves (ingreso en UCI o fallecimiento). Por el contrario, el estudio sugiere que estos fármacos podrían ser beneficiosos en pacientes diabéticos, aunque es un resultado que tendrá que confirmarse en futuras investigaciones.