Redacción Farmacosalud.com
El doctor Jordi Sierra, director del Servicio de Hematología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau-UAB de Barcelona, es el nuevo presidente electo de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). Así pues, Sierra no tomará posesión del cargo como presidente hasta el próximo Congreso Nacional de esta institución, que se celebrará en octubre de 2016 en Santiago de Compostela (La Coruña). Hasta ese momento, el doctor José Mª Moraleda sigue siendo el actual presidente de la SEHH.
Recientemente se ha celebrado el LVII Congreso Nacional de esta sociedad médica, a raíz del cual se ha comentado que en España hay inequidad en el acceso de los pacientes a los nuevos medicamentos hematológicos. Y es que, según el doctor Sierra, “la prescripción de fármacos costosos tiene menos filtros en algunos hospitales y comunidades autónomas (CCAA) que en otros”. El presidente electo de la SEHH advierte que existen “algunos modelos de gestión que, por optimizar recursos físicos y de personal, no priorizan la calidad y el conocimiento”, por lo que pide “que políticos y gestores escuchen más a los especialistas”. Por otro lado, Sierra destaca los grandes y prometedores avances que se han producido últimamente en su especialidad médica, como son el tratamiento con CART-Cells para las leucemias y los nuevos hallazgos sobre la antitrombina a la hora de abordar terapéuticamente las predisposiciones hemorrágicas graves.
-¿Cuáles son sus principales retos como nuevo presidente electo de la SEHH?
a) Dar relevancia al gran nivel de los hematólogos españoles, que en lo asistencial están igual o mejor que otros especialistas de fuera del país y en el campo de la investigación son líderes internacionales reconocidos en un buen número de enfermedades.
b) Dar a conocer esta especialidad a la sociedad en sus diferentes pero a la vez integrados ámbitos: clínico, laboratorio diagnóstico, alteraciones de la hemostasia, transfusión de sangre y hemoderivados, trasplante hematopoyético y terapia celular.
c) Como puede desprenderse del campo tan amplio que cubre la Hematología, uno de los objetivos a alcanzar es que la duración de la formación MIR capacite para desarrollar estos aspectos con plena competencia. Para ello es preciso que se prolongue el período de residencia más allá de los 4 años actuales, para que los hematólogos españoles tengan una formación que se pueda homologar en cualquier país europeo. Es un reto que está desarrollando la junta actual y debe potenciarse todavía más para facilitar la integración de los especialistas más jóvenes en la SEHH y ofrecerles ayudas para formación cada vez más numerosas y promover la movilidad entre centros españoles y del extranjero.
d) En cuanto a las actividades educativas, ampliar las disponibles ‘online’ y velar por su calidad e independencia. Por otra parte, es importante representar y defender la identidad de la Hematología ante la Administración, en los hospitales y en los laboratorios de éstos, particularmente en un tiempo en que se aboga por los modelos centralizados y/o externalizados. También es importante tener una mayor presencia en las organizaciones europeas, en particular en la European Hematology Association (EHA).
e) Finalmente, promover la colaboración con las asociaciones de pacientes, de enfermería, la industria y otros estamentos relacionados con la especialidad, desde el respeto y la independencia mutuos.
-¿Qué le gustaría destacar del LVII Congreso Nacional de la SEHH?
Además de los aspectos organizativos, que han sido excelentes, y que la interacción personal es siempre muy positiva y provechosa, el ver como la investigación nacional en Hematología es de primerísimo nivel y abarca aspectos básicos y clínicos. También es muy destacable que la innovación diagnóstica y terapéutica no sólo ha llegado a la Hematología, sino que en muchos ámbitos como el diagnóstico molecular, el tratamiento adaptado al riesgo y la inmunoterapia antitumoral los avances han partido de nuestra especialidad.
-Uno de los temas estrella del Congreso ha sido la terapia celular con linfocitos T modificados genéticamente (CART-Cells). ¿Qué nos puede contar acerca de ello?
El tratamiento con CART Cells es una aplicación muy novedosa en el campo de la ingeniería genética, celular y en la Inmunología. Consiste en generar linfocitos de estirpe T que tienen en su superficie receptores dirigidos frente a proteínas presentes en la superficie de las células tumorales. Estos receptores tienen en su porción intracelular estructuras que activan la respuesta inmune de forma muy intensa; es decir, esta terapia hace que linfocitos T se dirijan de forma precisa hacia las células tumorales y que, una vez se unen a éstas, se activen con una gran potencia para eliminarlas.
Esta modalidad de tratamiento se ha mostrado eficaz en casos resistentes a otra terapia, incluido el trasplante de medula ósea, en la leucemia linfoblástica aguda, la leucemia linfática crónica y el linfoma B de células grandes; en todos estos casos los receptores de las células CART se dirigen a la proteína CD19 de la superficie de las células tumorales. En la actualidad se investigan células CART contra otras enfermedades como el mieloma, la leucemia mieloide aguda y la enfermedad de Hodgkin, entre otras.
-A raíz de dicho encuentro científico se ha apuntado que, en España, hay inequidad en el acceso de los pacientes a los nuevos medicamentos hematológicos. ¿Podría darnos detalles de esa preocupante situación?
La prescripción de fármacos costosos tiene menos filtros en algunos hospitales y comunidades autónomas que en otros.
-En un comunicado de su sociedad científica se señala que “la obstaculización del progreso de la ciencia y de la excelencia en la atención médica, mediante la implantación de medidas de corte economicista que tratan de disgregar la especialidad y de romper la unidad funcional que requiere el paciente hematológico, es un asunto que preocupa especialmente a la SEHH”. ¿A qué medidas de corte economicista se refieren?
Ello tiene mucho que ver con algunos modelos de gestión que, por optimizar recursos físicos y de personal, no priorizan la calidad y el conocimiento; esto último (calidad y conocimiento) es lo que hace progresar el sistema sanitario. El diagnóstico bien hecho por el especialista que corresponde -y bien remunerado- ahorra dinero. Las ‘economías de escala’ en medicina creo que no son buenas en la mayor parte de ocasiones y van en contra del diagnóstico y tratamiento personalizados, que es lo que promueven todos los países desarrollados de Europa.
-¿Cómo puede solucionarse este asunto, qué propone la SEHH?
Que políticos y gestores escuchen más a los especialistas, en este caso los hematólogos, que son los que conocen mejor los ‘procesos’ de diagnóstico y clínicos. Una mayor participación de los médicos en la toma de decisiones estratégicas es muy importante. Una sanidad pública que se base en profesionales sobrecargados, sin tiempo para pensar, analizar e innovar, y con salarios bajos no conduce a buenos resultados, sino a profesionales desmotivados, con ‘burnout’, lo que puede ser un caldo de cultivo para el desarrollo de conflictos en los equipos de trabajo.
-Se han cumplido 50 años del descubrimiento de la deficiencia de antitrombina ¿Hacia dónde va encaminada la investigación en relación a esta molécula?
La antitrombina es el anticoagulante natural más importante. Aunque se conoce desde hace medio siglo, en los últimos años se ha profundizado en nuevos mecanismos que explican su función. Investigaciones recientes han mostrado alteraciones conformacionales de la molécula de antitrombina y de los mecanismos de glicosilación que pueden afectar su actividad. Esto abre nuevas perspectivas en la investigación de alteraciones funcionales de la molécula y nuevos modelos de afectación en las proteínas en general.
Recientemente se han realizado estudios encaminados a disminuir la síntesis de antitrombina mediante la inhibición de la expresión de su gen en pacientes con hemofilia grave. De esta manera, se ha establecido un nuevo abordaje del tratamiento de las predisposiciones hemorrágicas graves mediante el bloqueo de lo que inhibe las reacciones procoagulantes. Es una estrategia novedosa y prometedora.
-En el ámbito de la hemofilia se ha observado una tasa de discontinuación de profilaxis mayor del 30% en adultos jóvenes debido a la falta de adherencia terapéutica ¿Por qué se produce tal incumplimiento y qué soluciones propone?
La disminución de adherencia a los tratamientos es un hecho frecuente en enfermedades crónicas y de origen multifactorial. En la hemofilia la aparición de sangrados es esporádica y los pacientes intentan controlar los episodios con la autoadministración de factor intravenoso, en ocasiones con pautas insuficientes.
Además de una educación dirigida a disminuir la no adherencia, hay que trabajar en el desarrollo de nuevos factores con una semivida más larga que facilite su administración más esporádica. Por ejemplo, con los factores disponibles en la actualidad, la administración en profilaxis implica la punción venosa habitualmente 3 veces por semana en hemofilia A y 2 en hemofilia B. Con los nuevos factores con semivida prolongada, la administración será posible una vez cada 7-10 días en hemofilia B y 1-2 veces en hemofilia A. Esto será un hecho muy relevante para la mejora de la calidad de vida y de la adherencia a los tratamientos.