Redacción Farmacosalud.com
Cada año, la osteoporosis causa más de 1,3 millones de fracturas de vértebras, muñeca o cadera en el mundo, pero las más graves desde la perspectiva del anciano -aunque no las únicas- son las fracturas de cadera. “Cerca del 20 por ciento de los ancianos que ha sufrido esta lesión fallece en los seis meses siguientes. Por si esto fuera poco, de los que sobreviven, sólo un 30-40 por ciento recupera su autonomía y un nivel de actividad similar al de antes de la fractura, quedando dependientes de terceros para ejercer su autocuidado otro 30 por ciento”, explica el doctor Alfonso González, geriatra del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca y coordinador del Grupo de Osteoporosis, Caídas y Fracturas de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más frecuente. Se estima que aproximadamente tres millones de personas la sufren en España (2,5 millones son mujeres). “La osteoporosis se desarrolla silenciosamente a lo largo de años, pasando desapercibida hasta que debuta clínicamente con las temidas fracturas”, comenta el facultativo. A día de hoy se calcula que sólo el 18 por ciento de los pacientes está diagnosticado y, entre las mujeres con osteoporosis, solo un 10 por ciento recibe tratamiento, informa el doctor González. “Desde el punto de vista de las fracturas, se estima que una de cada dos mujeres y uno de cada tres hombres por encima de los 60 años sufrirá, a lo largo de su vida, una fractura osteoporótica. Estas fracturas no solo están asociadas a una mayor morbi-mortalidad, sino que suponen una importante carga económica y un gran impacto a nivel personal, familiar y social”, recuerda.
Perfiles de personas para someterse a una densitometría ósea periódica
La densitometría es una herramienta diagnóstica que permite adelantarse a la aparición de una fractura, han especificado desde la SEGG. La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología indica que tienen que hacerse una densitometría ósea de forma periódica:
-Las mujeres postmenopáusicas candidatas a tratamiento hormonal sustitutivo.
-Los pacientes en los que exista sospecha de fractura o aplastamiento vertebral tras practicarles una radiografía convencional.
-Los pacientes que siguen un tratamiento prolongado con corticoides.
-Los afectados por hiperparatiroidismo primario asintomático (una enfermedad metabólica ósea).
-Todas las personas diagnosticadas de osteoporosis tras comenzar el tratamiento.
Además, es recomendable que se hagan esta prueba las personas que están en mayor riesgo de padecer osteoporosis: las mujeres mayores de 65 años y los hombres mayores de 70 años. Y por debajo de esas edades, también puede ser útil para conocer el riesgo de osteoporosis de las personas con antecedentes familiares de esta enfermedad, afectadas por artritis reumatoide, -sobre todo si es de larga evolución-, enfermedad renal crónica, trastornos alimentarios y menopausia precoz, así como los fumadores, entre otros grupos de población.
Con un alto consumo de cafeína y alcohol, más riesgo de fracturas
Por otra parte, en el marco de la prevención también juega un papel importante seguir una dieta rica en calcio y vitamina D, ya que estos nutrientes son fundamentales para gozar de una buena salud ósea. Pero, según recuerda el doctor González, su consumo no debe comenzar cuando la osteoporosis amenaza con aparecer, sino que desde niños se deben seguir las indicaciones médicas relacionadas con la ingesta recomendada de calcio y vitamina D. Otras recomendaciones son realizar ejercicio físico y no fumar (a las mujeres fumadoras les llega antes la menopausia, de acuerdo con un comunicado de la SEEG). Además, el alto consumo de cafeína y alcohol está relacionado con un alto riesgo de fracturas por osteoporosis.
Para el doctor González, “todas estas medidas son fundamentales para combatir la osteoporosis, pero sin duda una de las más importantes es la constancia con la medicación. Aunque el paciente se encuentre bien, si su médico le ha puesto en tratamiento, éste debe seguirse tal cual se le ha indicado. Confiar en que ya estamos curados porque no sentimos ningún síntoma, y abandonar la medicación, es un error que conlleva un empeoramiento de la enfermedad”.